lunes, 29 de abril de 2019

Decir adiós a quien no te necesita también es crecer

¿Cuántas veces en tu vida te has visto obligado/a a tener que decir adiós? En realidad, no importa las ocasiones en que lo hayas hecho, lo esencial es que a lo largo de nuestro ciclo vital es necesario romper más de un vínculo, aunque ello nos ocasione sufrimiento.

Decir adiós es crecer, es permitir encontrarnos de nuevo con nosotros mismos porque por determinadas circunstancias, algo o alguien nos estaba alejando de esas esencias inquebrantables que son la felicidad y el equilibrio con nuestro ser.

Te digo adiós porque sé que ya no me necesitas, porque no soy tu prioridad, por que tus vacíos me llenan de carencias y porque a pesar de no que no lo digamos en voz alta, hace tiempo que nos despedimos.

En realidad, podríamos decir que la propia despedida en sí no duele tanto como el contener las ganas por volver. Por qué es ahí donde se halla no solo nuestra propia fortaleza, sino nuestra dignidad.

No te permitas nunca ser débil y correr detrás de quien no te necesita o ya sabe dónde estás. De hacerlo, te estarás haciendo un daño profundo a ti mismo, a tu autoestima y su vez, le estarás ofreciendo poder a una persona que tiene en su mano la llave de la cerradura de tu infelicidad.

Eres tú quien debe tener esa llave, tú quien debe mantener las riendas de su vida sabiendo en todo momento por quién vale la pena invertir tiempo, sueños y esperanzas. Decir adiós es un acto de valentía y la mejor expresión de amor propio.

Romper el vínculo de quien no nos necesita requiere coraje

Ojalá las cosas fueran más fáciles. Ojalá existiera una poción mágica para el desamor, para cerrar las puertas del corazón a quien ya no nos quiere, y practicar el arte del olvido como quien deja caer una piedra a un río y ve cómo desaparece en las profundidades.

Decir adiós requiere coraje, es un acto de voluntad personal por una necesidad vital. Es cerrar un círculo donde nos decimos a nosotros mismos que ya no vamos a permitirnos sufrir más, porque quien solo te regala ausencias no merece tu presencia.

No existe pues el olvido inmaculado que no deja huellas o cicatrices. Porque decir adiós implica en ocasiones tener que sanar muchos espacios, muchos agravios y dolores del alma que el tiempo no siempre alivia con el simple pasar de las hojas del calendario. El tiempo no cura si nosotros no ponemos de nuestra parte, de ahí que valga la pena tener en cuenta estos aspectos.

Decir adiós implica un duelo que afrontar

Es necesario asumir que el acto de decir adiós, de dejar ir, implica pasar por el proceso de un duelo. Son muchas las personas que lejos de entenderlo de esta forma, deciden aferrarse al día a día sin haber gestionado pensamientos y emociones.

  • Decir adiós a una persona que era significativa para nosotros requiere en primer lugar entender qué ha ocurrido, qué ha generado esa separación.
  • Es necesario aceptar que o bien ya no somos queridos, o bien, que es necesario dar por terminada una relación que ocasiona más sufrimiento que felicidad.
  • Las rupturas de vínculos requieren algún tipo de desahogo emocional, ya sea con lágrimas o con palabras.
  • La aceptación llega día a día, con lentitud pero sabiéndonos seguros, sintiéndonos bien con nosotros mismos porque hemos tomado la opción adecuada.
Decir adiós sin odios

Decir adiós sin rencor, odio o desprecio no siempre es fácil. En el momento en que somos conscientes de que no nos necesitan, de que han dejado de querernos o de que nos ofrecen un amor envenenado o doloroso, lo que sentimos es indefensión y rabia.

  • Ten en cuenta que toda emoción negativa va a impedirte cerrar ese cículo. Es una carga que vas almacenar y que de alguna manera, implica que sigas «unido/a a esa persona».
  • La rabia, el odio y el rencor dejan huella en nuestro carácter y nuestras emociones. Hace que seamos desconfiados, y de que esa rabia genera aún más negatividad contra nosotros mismos.
Libérate de todo, despréndete de quien no te necesita y de toda emoción negativa que implique seguir anclado a quien te hizo daño de algún modo. Todo ello te permitirá avanzar con más ligereza. Si acumulas cada piedra del camino, al final no podrás caminar en tu sendero de la vida. Quedarás encallado. Libérate.

Decir adiós para volver a ser quien eras y crecer

Cuando mantenemos una relación disfuncional, es decir, ahí donde experimentamos sufrimiento, desengaño y donde lejos de crecer se quiebra nuestro equilibrio personal, lo que hacemos en realidad es alejarnos de nosotros mismos.

Decir adiós implica hacer un delicado viaje de retorno. Necesitas curar heridas, atenderte y tirar de ese hilo dorado de tu esencia, para recuperar no solo a la persona que eras antes, sino también para crear a quien deseas ser ahora.

Deseo ser esa persona que es capaz de decir adiós y dejar ir, para que vengan cosas nuevas. Cosas mejores. Deseo ser quien era, y aunque soy consciente de que ya he perdido parte de mi inocencia, y ese destino ligado a quien dejé atrás, sé que soy artífice de mi futuro. Sé que voy a andar con ilusiones renovadas, que no voy a ser víctima, sino alguien capaz de aprender de lo vivido ya convertirme en quien deseo ser.


domingo, 28 de abril de 2019

Lo que debemos dejar ir para ser felices

El amigo que siempre miente, la idea de que debemos darle gusto a los demás o la obsesión por el pasado… Hay situaciones y personas que no nos hacen ningún bien, y que sería mejor dejar ir de nuestras vidas para encontrar aquello que sí merecemos. 

Tu obsesión con el pasado

Alguien que se arrepiente por lo que hizo en el pasado o que se culpa por lo que sus acciones causaron, puede verse envuelto en un círculo vicioso de lágrimas, tristeza y depresión. A veces olvidamos que no podemos cambiar el pasado y que la única forma de ser libres y felices es dejar de pensar en ello, dejar el recuerdo también en el pasado. Si en verdad has dañado a alguien puedes tratar de reparar el daño, pero no te obsesiones con lo que no se puede cambiar. Muchas veces necesitamos más nuestro propio perdón. De ser así, trabaja en ello y sigue adelante.

Ese amigo que te causa problemas

La amistad es una de las relaciones que enriquecen la vida del ser humano. Algunos de nuestros amigos están ahí desde que somos pequeños y otros se han ido uniendo en el camino. En cualquier caso, si alguno de estos amigos te causa problemas, te engaña, se aprovecha de ti, te decepciona o te provoca cualquier otro tipo de situación negativa de forma constante, quizá sea hora de que los caminos se separen. Esto suele causar un gran conflicto interno porque creemos que debemos ayudar a nuestros amigos a salir adelante, pero cuando la situación te está afectando debes analizar si está bien buscar su bienestar a costa del tuyo. Recuerda que la persona más importante de tu vida eres tú mismo.

Esas personas que esperan que cambies por ellos

Puede que tengas un amigo o amiga, un padre o una madre, o una pareja que vive con la esperanza de que te conviertas en quienes ellos quieren. Probablemente deseen lo mejor para ti, pero esto puede poner en peligro tú identidad, es decir, lo que tu quieres. Pueden ponerte, a veces sin querer, en una encrucijada de sentimientos en la que se mezcle el miedo a decepcionar a otros con el temor a renunciar a tus sueños.Ten en cuenta, que terminar viviendo la vida de otro/a es una bomba que termina explotando tarde o temprano ya que la recompensa por contentar a los demás no suele compensar una posible pérdida de ti mismo/a.

A quien está contigo a la fuerza

Algunas personas se quedan en nuestra vida a la fuerza. Ya sea porque están acostumbradas a las comodidades que les damos, que teman dejarnos solos, porque no nos creen independientes o porque estemos ejerciendo algún tipo de coacción. En cualquier caso, probablemente no lograrás ser feliz teniendo a esa persona en tu vida. Cuando alguien está atado a nosotros, nos atamos a su infelicidad y de esto no puede nacer nada bueno. Para ser felices es importante ser y dejar ser, pero también vivir en el presente valorándote.


viernes, 26 de abril de 2019

¿Cómo puedo identificar mi talento?

A veces, nos desorientamos en nuestro camino hacia el éxito, aunque sigamos una misma dirección. A veces, dudamos sobre qué actividades escoger para sentirnos bien, para ser felices. A veces, nos preguntamos en qué somos buenos o cómo podemos destacar. Nos perdemos en un mar de preguntas y cuesta, en muchas ocasiones, encontrar las respuestas. En este artículo te ofrecemos las orientaciones claves para poder identificar nuestro talento.

A partir de esta premisa podemos empezar a caminar. ¿Soy feliz haciendo lo que hago? ¿Quiero dedicar mi tiempo y mis días a lo que lo dedico? ¿Cómo podría encontrar cuál es realmente mi talento? Cuanto más claro tenemos el qué, más fácil se lo ponemos al cómo.

Existen una serie de preguntas, llamadas preguntas poderosas que nos ayudan a identificar más fácilmente cuáles son nuestros talentos, es decir, aquello que nos hace sentir vivos, que nos hace sentir plenos y podemos dedicar nuestro tiempo sin apenas darnos cuenta. No esperes más, coge papel y lápiz y comienza a responder.

Encontrar aquello que amas

¿A qué sueles prestar atención? ¿Con qué actividad eres capaz de estar absorto y ni siquiera notar que el tiempo pasa? ¿En qué piensas a menudo para distraerte de las cosas cotidianas? ¿Qué te hace sentir fluir, volar? ¿Qué podrías hacer durante horas sin apenas esfuerzo? ¿Qué te hace sonreír por dentro y por fuera?

Encontrar lo que cada uno ama es importante, aquello con lo que nos liberamos, con lo que disfrutamos y nos sentimos en calma y paz. Cuando sabemos qué amamos, la felicidad se vuelve fácil; por otro lado, nuestro talento tiene que ser estar cerca de esto, tiene que nutrirse de esta energía y permitir que nuestro tiempo se llene de ello.

Encontrar lo que el mundo necesita de ti

¿Qué crees que es lo más necesario en los demás? ¿Cómo crees que podrías ayudarles? ¿Qué es lo que has venido a ofrecer al mundo y que te gustaría compartir con quien te rodea?

El mundo necesita el talento de cada uno y el propio personal, es único, irrepetible e intransferible. Encontrar lo que nos hace diferentes, pudiéndolo desplegar para hacer crecer a los demás, es algo importante para visualizar nuestro camino y hacer contribuciones importantes a nuestro entorno.

Identificar aquello en lo que eres bueno

¿Qué se te da bien? ¿Qué aptitudes valoran más tus amigos de ti? ¿Y los desconocidos? ¿Qué haces de forma natural que a los demás les cuesta? ¿Qué sueles hacer muy bien y los demás te felicitan? ¿Qué es lo que harías sin que te pagaran?

Cuando nos perdemos en el camino hacia nuestro talento, las palabras de los demás puede reubicarnos. Aquellas personas que te acompañan pueden recordarte qué te ha llevado a donde estás. Tienen la capacidad para recordarte por qué estás ahí, aquello en lo que eres bueno.

Encontrar aquello por lo que te pagan

¿Qué significado tiene para ti el dinero? ¿Qué es lo que sientes cuando lo tienes en la mano? ¿Tiendes a ahorrar o por el contrario gastas el dinero en cuanto dispones de él? ¿Cómo valoras el precio de lo que aportas?

El significado que le demos al dinero es importante porque es el cambio que obtenemos o la recompensa por dedicar nuestro tiempo a las actividades que realizamos. Cuando nos sentimos valorados y el trabajo es reconfortante para nosotros, el valor del dinero cambia. Es un premio por nuestro talento, es un cambio por ofrecer a los demás aquella aptitud que nos hace ser especiales, que nos hace disfrutar, que nos hace ser únicos.

Imagina ahora que despiertas un día y descubres que eres famoso. ¿Por qué podrías ser famoso? ¿Qué es lo que has logrado que te ha hecho ser conocido por los demás? ¿A qué estarías dedicando tu tiempo si ese sueño fuese real? Ese talento talento en el que estás pensando es un don para ti y para los que te rodean.


jueves, 25 de abril de 2019

¿Cómo piensan las mentes enfrentadas en un conflicto sin final?

¿Te imaginas vivir en un conflicto?, ¿levantarte cada día pensando que existen una probabilidades altas de que pueda ser el último? Por desgracia hay personas que no necesitan imaginárselo. Estas personas son las que viven el día a día inmersos en un conflicto que parece no tener final.

Llamamos conflictos intratables a esos conflictos o guerras que se mantienen en el tiempo y para los que la solución no parece llegar ni adivinarse. La solución a estos conflictos es difícil de conseguir y su permanencia en el tiempo produce un gran desgaste en las personas que los viven directamente, ya sea desde una posición neutra o desde uno de los bandos enfrentados.

Aquellos que se ven obligados a vivir en esta situación durante mucho tiempo acaban desarrollando estructuras mentales que les permiten reducir las consecuencias del conflicto en sus vidas. La parte negativa es que estas mismas estructuras también dificultan la consecución de la paz.

¿Qué es un conflicto intratable?

Los enfrentamientos, para llegar a ser considerados intratables, deben presentar ciertas características. Algunas de ellas son:

  • Tienen un carácter violento. La violencia puede ser física, estructural o simbólica.
  • Presentar una larga duración temporal.
  • El conflicto debe ser central y total. La vida de los que se ven afectados por el conflicto se ve afectada por el desarrollo del conflicto, éste es una preocupación constante y hace que la satisfacción de sus necesidades sólo se cumpla cuando el conflicto se lo permite.
  • La seguridad es una necesidad constante en las vidas de los que se ven inmiscuidos en el conflicto.
  • Existe una percepción de suma-cero. Las partes contendientes no reconocen los requerimientos de sus oponentes.
¿Conoces algún conflicto con estas características? Seguro que sí. En la actualidad, el conflicto en Siria e Irak encaja perfectamente en esta definición, aunque no es el único.


La evolución de la mente en los conflictos

La psicología de las personas que se ven afectadas por estos conflictos sufre cambios. Las experiencias negativas que tienen que afrontar hacen que su estructura socio-psicológica sea diferente. Esta estructura está compuesta por tres elementos que están conectados entre sí:
  • La memoria colectiva: son las creencias sociales referidas a la historia del conflicto y que describen el comienzo, la progresión y los eventos más importantes ocurridos durante el transcurso del conflicto. Es una memoria selectiva que solo recuerda aquellos eventos que benefician su causa. Esta memoria colectiva incluye distintos tipos de memoria como son la memoria popular, la memoria oficial, la memoria autobiográfica, la memoria histórica y la memoria cultural. Su retransmisión se realiza a través de las noticias,
  • El ethos del enfrentamiento: son las creencias compartidas sobre las características de la sociedad y el significado de la identidad social. Es una visión organizada del mundo que permite a los miembros de la sociedad comprender el contexto del conflicto en el que viven y que guía sus comportamientos. Las principales creencias son la justicia de los objetivos del grupo, una imagen positiva, la victimización, la deslegitimación del oponente, el patriotismo y la unidad.
  • La orientación emocional colectiva: es la tendencia a expresar emociones particulares. Las emociones más comúnmente expresadas son el miedo, la ira y el odio, aunque también la humillación, el orgullo y la esperanza.
Los conflictos desde el sofá

Esta estructura provee una explicación clara, holística y con significado de por qué el conflicto comenzó, por qué se mantiene y por qué no se va a resolver. Sin embargo, nosotros, los que vemos el conflicto desde la tranquilidad en nuestras casas, no poseemos esta misma estructura socio-psicológica.

Nuestras opiniones sobre el conflicto van a ser diferentes de los que se ven inmersos en él, ya que las consecuencias para unos y para otros son diferentes. Es importante comprender esta estructura a la hora de juzgar las opiniones de las personas que viven el día a día inmersos en un conflicto y de cara a entender que la resolución del enfrentamiento no va a ser fácil si estas estructuras no cambian.

miércoles, 24 de abril de 2019

Los conflictos son percepciones, no realidades

Si os preguntara qué son conflictos, todos sabríais darme una definición aproximada, ¿verdad? Surgirían ideas conceptos de alguna forma paralelos como pelea, desacuerdo, discusión… Tenemos claro que es un “confrontamiento” entre dos o más personas que se encuentran en posiciones enfrentadas, ¿no?

En un conflicto, los intereses y las necesidades de la otra parte son incomprensibles… Pero, espera un momento, ¿son realmente incompatibles o nosotros los percibimos como tal? ¡He aquí el quid de la cuestión! Resulta que en los conflictos juegan un papel importante las emociones y los sentimientos. ¡Sigue leyendo y descubre lo que se esconde detrás de ellos!

¿Por qué los conflictos son percepciones y no realidades?

Pero esto, ¿qué quiere decir? Pues que los seres humanos no somos puramente objetivos. No procesamos ni analizamos la información tal cual es, sin más. Para ello, utilizamos nuestra experiencia pasada y nuestras creencias, algo que va a condicionar que pensemos e interpretemos las situaciones de una determinada manera.

Así, el conflicto puede que exista o no, al igual que puede ser percibido o no. Me explico. Por un lado, puede que realmente los deseos y las necesidades de ambas partes sean incompatibles y sí que exista un conflicto como tal. En este caso va a haber competitividad, ya que para que una parte gane la otra debe perder.

Por otro lado, puede que el conflicto sea real, pero una de las partes no lo perciba. Si no percibimos incompatibilidad, no vamos a estar enfrentados.

Así mismo, es posible que no exista realmente un enfrentamiento como tal, sino que este se base en percepciones falsas. Es decir, aquí hemos interpretado la conducta del otro de forma negativa, creyendo que es perjudicial para nosotros. Si te parece complejo no te preocupes, porque ahora vamos a intentar aclararlo.

¿Qué es la teoría del iceberg?

Para comprender mejor todo esto, vamos a ver qué dice la teoría del iceberg. Esta teoría plantea que los conflictos son precisamente como un iceberg. Hay una pequeña parte que vemos, la de las posiciones de las partes enfrentadas. Pero también hay otra parte que no se ve en el confrontamiento.

Esa parte que no se ve está compuesta por los intereses, las necesidades, los valores y las emociones involucradas. Los intereses serían los beneficios que deseamos obtener mediante el conflicto. Las necesidades suelen estar relacionadas con los intereses, aunque pueden no coincidir con ellos. A las partes les cuesta, generalmente, tanto percibirlos como reconocerlos.

Lo que justifica y argumenta los comportamientos son los valores. Estos están compuestos por elementos tanto culturales como ideológicos. Muchas veces, ni siquiera somos conscientes de que los valores juegan este papel en los enfrentamientos, ni reflexionamos sobre ello.

Por último, debajo de los conflictos hay emociones. Es sumamente relevante que sepamos cómo se siente el otro para poder llegar a una solución conjunta. Si no nos ponemos en el lugar del otro y le comprendemos, no vamos a poder llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes. Para poder hacer esto, tenemos que conocer los procesos psicológicos que se dan.

¿Qué procesos psicológicos hay detrás del conflicto?

Hay varios procesos psicológicos que se pueden encontrar tras los conflictos: la percepción selectiva de información, la profecía autocumplida, el error atribucional fundamental, el entrampamiento y la búsqueda de información confirmatoria.

La búsqueda de información confirmatoria consiste en buscar información que confirme lo que esperamos que ocurra. Por ejemplo, contarle el conflicto a alguien que sabemos que se va a poner de nuestra parte.

La percepción selectiva de información hace referencia a que solemos atender y procesar solo parte de los estímulos que recibimos. Así, captamos e interpretamos la información en base a nuestras propias creencias y actitudes. En un conflicto, por ejemplo, prestaremos seguramente más atención a cuando el otro pone caras “raras” y lo interpretaremos como que nos está despreciando.

La profecía autocumplida es propiciar que suceda lo que creemos que va a suceder, mediante nuestro comportamiento y de forma inconsciente. Por ejemplo, tras discutir con una persona, esperar que nos mire mal cada vez que nos crucemos y que esto se cumpla, probablemente, por nuestra propia actitud hacia ella.

El error atribucional fundamental consiste en explicar el mal comportamiento de los demás por cómo son, y el nuestro por factores externos. Es decir, los otros lo hacen mal porque son así, en cambio nosotros lo hacemos por la situación.

Finamente, el entrampamiento sería el seguir defendiendo nuestra opinión, aún ya siendo conscientes de que estamos equivocados.

Esta forma que tenemos los seres humanos, en mayor o menor medida, de pensar hará que el conflicto se mantenga. Por ello es importante que seamos conscientes de ello y tratemos de manejarlo lo mejor posible. Para llegar a un punto en común, es necesario que ambas partes perciban que se necesitan entre sí, así como comprometerse a conseguir una solución satisfactoria para todos.

martes, 23 de abril de 2019

El banco de niebla: una sencilla técnica para mejorar las habilidades sociales

Aplicar la técnica del banco de niebla nos puede ayudar a manejar con éxito cualquier crítica o confrontación. Es sencilla y es clave dentro del área de las habilidades sociales.

¿Qué sucede si estamos conduciendo por la carretera y, de repente, nos encontramos con un banco de niebla? Lo natural es que reduzcamos la velocidad y frenemos. Así podremos ir más despacio y ver mejor la calzada. Bien, lo creamos o no esta escena, esta situación nos puede ayudar a desarrollar y mejorar nuestras  habilidades sociales.

Todos nosotros, en algún momento, hemos tenido que enfrentarnos a un momento embarazoso, nos hemos encontrado de frente con alguna crítica inesperada o nos hemos visto envueltos en un conflicto del que no queríamos formar parte. Si utilizamos  “la técnica del banco de niebla” conseguiremos salir bien parados de todas esas situaciones tan comunes.

Es un recurso basado en la asertividad altamente efectivo que todos merecemos conocer y aplicar en el día a día.

¿En qué consiste el banco de niebla?

Manuel J. Smith, era un psicólogo de la Universidad de Brooklin es uno de los escritores más conocidos sobre asertividad y habilidades sociales. En libros Cuando digo no me siento culpable, nos explica esta conocida estrategia.

  • La técnica del banco de niebla nos insta a frenar, a reducir la velocidad de las emociones que sentimos que nos incitan a reaccionar de una manera impulsiva ante lo que no está siendo de nuestro agrado.
  • Por ejemplo, en el caso de que nos realicen una crítica inesperada, podemos sentirnos enfadados y tentados a reaccionar de una manera que en realidad no queremos.
  • Situaciones humillantes, embarazosas o conflictivas pueden sacar una parte de nosotros mismos que creemos que no poder controlar o hacerlo difícilmente.
  • Una parte de nosotros que quiere protegernos ante lo que consideramos un ataque o que nos está poniendo en evidencia. Pensamientos del estilo “me está juzgando”, “no me valora”, “quiere humillarme” provocarán una reacción fruto de los nervios y de las emociones que están a flor de piel.
Regular pensamientos negativos, tomar el control

Una de las finalidades de la técnica del banco de niebla es regular los pensamientos negativos e irracionales. Porque ¿qué ocurre cuando dejamos que las emociones tomen un control completo de nuestros actos? 
  • Tomamos malas decisiones.
  • Reaccionamos de un modo poco adecuado, podemos generar conductas de las que más tarde nos arrepentimos.

Gracias a la técnica del banco de niebla, podemos tomar conciencia de lo importante que es detenernos. A menos hasta que podamos ver de una manera más clara la situación.

Así, también podremos permitirnos observar nuestras emociones para poder gestionar su mensaje de la manera que más nos favorezca. De esta forma, nuestras habilidades sociales mejorarán, tendremos que pedir menos disculpas y realizar menos reparaciones.

Aprende a aplicar la técnica del banco de niebla

Una de las tentaciones más traicioneras -y también una de las que más contribuyen a nuestra supervivencia- es la de reaccionar inmediatamente ante algo que nos coge desprevenidos. Ese algo puede ser, por ejemplo, un conflicto o una crítica.

Muchas veces en vez de darnos tiempo y utilizar la técnica del banco de niebla, reaccionamos de forma inadecuada: discutimos, nos enfadamos, perdemos el control.

¿Cuales son los pasos para aplicarla?

En primer lugar, debemos recordar el aspecto clave de esta técnica. Consiste en dar la razón en parte y, manteniendo a la vez la integridad y el punto de vista propio. Algo que parece tan difícil puede lograrse de manera sencilla.

  • Un ejemplo: alguien nos dice que somos demasiado blandos en el trabajo y que no tenemos iniciativa. Es una crítica en toda regla. Lo que haremos es lo siguiente
a) Reconocemos una parte de verdad de esa afirmación: es verdad que puedo parecer blando, no te lo niego. Pero ser reflexivo y cauto me permite tomar mejores decisiones. La iniciativa que saca frutos parte de la paciencia y la seguridad personal.

b) No perderemos la calma, no cederemos en nuestra postura pero no nos dejaremos llevar por nuestras emociones.

c) Si pusiéramos en práctica la técnica del banco de niebla en el caso de que un amigo nos echase en cara que no siempre podemos quedar con él, debido a nuestro trabajo o a determinadas obligaciones, no discutiríamos, no reaccionaríamos con reproches e irritación.

  • Esa sería la reacción instintiva y emocional, por decirlo de alguna manera. Ahora bien con la técnica del banco de niebla probablemente nuestra manera de proceder sería muy diferente. Ante la acusación de nuestro amigo frenaríamos nuestros impulsos y le diríamos “entiendo que estés enfadado porque crees nunca estoy para ti”.
  • No estamos diciendo que estemos de acuerdo, pero sí le estamos enviando un mensaje a nuestro amigo. Entendemos lo que él cree que está pasando, lo que al menos calmará un poco los ánimos.
Esto nos dará un tiempo para reflexionar sobre la situación y poder hablar sobre lo sucedido cuando nadie esté enfadado ni molesto. Así podremos hacerle comprender a nuestro amigo que no quedar siempre no es no quedar nunca y que él también tiene un espacio importante en nuestra vida, aunque tenga que coexistir con nuestras responsabilidades y trabajo.

Como hemos podido ver, el banco de niebla es una técnica para mejorar las habilidades sociales que todos tendríamos que poner en práctica, al menos en las situaciones que más pueden perjudicarnos. Así comprobaríamos lo eficaz que resulta, cómo nos ayuda a relacionarnos de una manera más saludable y, también, a gestionar mejor nuestras emociones.

lunes, 22 de abril de 2019

Beneficios psicológicos de leer biografías

Aprender de los grandes hombres y mujeres nos pone el mundo en perspectiva. Conocer cómo enfrentaron sus problemas, como creyeron en ellos mismos, cómo fueron capaces de encontrar y explotar sus talentos y cómo orientaron sus vidas nos ayuda de aprender a dirigir las nuestras.

Vamos a ver cuáles son los beneficios psicológicos de leer biografías. Sabemos de los beneficios que leer, en general, tienen sobre nuestro bienestar psicológico y emocional. Es una manera muy efectiva de mantener nuestro cerebro activo y mejorar nuestra empatía y creatividad. Nos acerca al pensamiento ambiguo y aumenta la conectividad neuronal del cerebro, entre otras muchos.

Si, además, observamos los beneficios que cada género literario añade a los anteriores, la lista de beneficios se alarga considerablemente. Dicen que leer biografías es subirse a hombros de gigantes. Y es cierto. Por que es una forma muy efectiva de alcanzar perspectivas diferentes y más elevadas.

Leer en detalle sobre personas ordinarias haciendo cosas extraordinarias es una fuente inagotable de inspiración. Esta es la principal diferencia entre leer ficción y leer sobre personas reales, como tú y como yo. Desde la psicología, la lectura de biografías puede ser una herramienta muy efectiva para el desarrollo de habilidades y capacidades. Vamos a ver algunos de los beneficios que nos reporta este tipo de lecturas.

Valiosas lecciones de vida

No hay duda de que la vida es una gran maestra. El conocimiento de lo vivido es en realidad un conocimiento acumulado. Y actúa e influye en nosotros, aunque no nos demos cuenta. Ese conocimiento de vida actúa como consejero, como almacén de sabiduría por encima del resto de conocimientos.

Claro que uno no puede acumular todas las experiencias de la vida, afortunadamente en muchos casos. Pero eso no significa que haya que renunciar a las lecciones. Conocer la vida de otras personas a través de sus biografías nos ayuda a obtener ese conocimiento de vida y de experiencias vividas, de logros y de fracasos. De actos y consecuencias, de reconocimientos y también de injusticias.

Nos acerca a la perspectiva histórica

Leer biografías es también leer sobre el entorno y las condiciones sociales y ambientales del personaje histórico elegido. A veces se aprende más historia a través de sus protagonistas que desde los grandes tratados de historia.

Conocer la historia nos ayuda a entender nuestro presente y el mundo que nos rodea. Conocer los referentes culturales que nos influyen ayuda a entender el porqué de algunos eventos, incluso de algunas actitudes propias o ajenas. Esto nos da valiosas herramientas para enfrentarnos al mundo.

Promueve el autodescubrimiento

El autodescubrimiento es uno de los procesos que nos ayudan a generar el autoconcepto. A través de los detalles de las experiencias de otras personas, de sus situaciones y limitaciones, nos resultará más fácil hacernos una idea de quienes son nosotros por comparación.

También amplía el enfoque y las opiniones que sostenemos sobre algunos temas. Nos permite ver el mundo de otras maneras y obtener diferentes puntos de vista. O, al contrario, nos aportan argumentos que ratifican nuestros valores o creencias desde otras perspectivas.

Nos enfrentan al miedo al fracaso

Muchas de las biografías de personas destacadas y notables tienen muchas enseñanzas sobre el miedo al fracaso. Tenemos la extraña idea de que el éxito es una carretera firme y recta que nos llevará donde queramos.

Repasar la vida de personas que fueron exitosas nos hará entender que ese camino ni es recto ni es firme. Que detrás de cada éxito suele haber varios intentos fallidos, a los que nosotros llamamos fracasos, pero que ellos tomaron como lecciones con las que seguir adelante y no rendirse. Sin derrotas, no aprenderíamos nada.

Mejoran nuestro nivel cultural general

Esto sucede con la lectura de no ficción en general, pero la ventaja de hacerlo a través de la lectura de biografías tiene la ventaja de que en la vida real de las personas se dan muchas situaciones.

Nos acercan a muchos mundos, con muy diferentes contextos sociales a los que quizás nosotros no tengamos acceso en nuestras propias vidas, con lo que los conocimientos que se adquieren son de muy diversos campos. La mejora del nivel cultural influye de manera directa en nuestra autoestima.

Una lectura fácil

Además de los numerosos beneficios de leer biografías, existe otra razón por la que decidirse por ellas: las biografías suelen ser los libros de más fácil lectura. Por todas estas razones, la lectura de este tipo de literatura es más que recomendable.

Aprender de los grandes hombres y mujeres (y también de los malos y perversos) nos pone el mundo en perspectiva. Conocer cómo enfrentaron sus problemas, como creyeron en ellos mismos o cómo fueron capaces de encontrar y explotar sus talentos, en definitiva, qué y cómo orientó sus vidas resulta toda una fuente de conocimientos que nos ayuda a dirigir las nuestras.

martes, 16 de abril de 2019

El amor tiene un límite y se llama dignidad

El amor siempre tendrá un límite y es la dignidad. Porque ese respeto que cada uno tenemos por nosotros mismos tiene un precio muy alto y jamás aceptará rebajas con las que saciar un amor que no llena, que duele y vulnera.

Decía Pablo Neruda que el amor es corto y el olvido muy largo. Ahora bien, entre medias siempre queda esa “luz de luciérnaga” que se enciende de modo natural en las noches oscuras para indicarnos dónde está el límite, para recordarnos que es mejor un largo olvido que un largo tormento en el que terminemos vendiendo nuestra dignidad.

Lo creamos o no, la dignidad es ese hilo frágil y delicado que tantas veces comprometemos, que puede quebrarse hasta descoser los vínculos de nuestras relaciones afectivas.

Son muchas las ocasiones en que cruzamos esa frontera sin querer hasta dejarnos llevar por unos extremos en los que nuestros límites morales se vuelven débiles, pensamos que por amor todo vale la pena y que cualquier renuncia es poca. Porque el amor y la dignidad son dos corrientes en un océano convulso, en el cual incluso el marinero más experimentado puede perder el rumbo.

El orgullo y la dignidad del amor propio

A menudo suele decirse que al orgullo lo alimenta el ego y a la dignidad el espíritu. Sea como sea, estas dos dimensiones psicológicas son dos habitantes cotidianos en las complejas islas de las relaciones afectivas y que, en ocasiones, suelen confundirse.

El orgullo, por ejemplo, es un enemigo sobradamente conocido que suele asociarse al amor propio. No obstante, va un paso más allá, porque el orgullo es un arquitecto especializado en alzar muros y en tejer alambradas en nuestras relaciones, en aderezar con la arrogancia cada detalle y en hendir el victimismo en cada palabra. Aunque bajo todos estos actos destructivos, lo que se enmascara en realidad es una baja autoestima.

Por su parte, la dignidad es justo lo contrario. Actúa escuchando en todo momento la voz de nuestro “yo” para afianzar lo más bello del ser humano, como es el autorespeto, sin olvidar el respeto por los demás. Aquí el concepto del amor propio adquiere su máximo sentido porque se nutre de él para protegerse sin dañar a otros: sin causar efectos “colaterales”, pero validando en todo momento la propia autoestima.

La dignidad tiene un precio muy alto

La dignidad no se se vende, ni se pierde, ni se regala. Porque una derrota a tiempo siempre será más digna que una victoria si logramos salir “enteros” de esa batalla, con el rostro bien alto, el corazón entero y una tristeza que acabarán desinfectando los años y las ilusiones renovadas.

En el amor sano y digno no caben los martirios ni resignaciones, esas en las que nos decimos que todo vale con tal de estar al lado del ser amado. Porque, en realidad, donde nos posicionamos es a su sombra, ahí donde ya no quedarán más días soleados para nuestro corazón ni aliento para nuestras esperanzas. Para evitar caer en estas convulsas corrientes afectivas, vale la pena reflexionar en las siguientes cuestiones que, sin duda, pueden servirnos de ayuda:

En las relaciones los sacrificios tienen fronteras que señalizar

No estamos obligados a dar respuesta a todos los problemas de la pareja, a ofrecerle aire cada vez que respire ni a tener que apagar tu luz para que él o ella brille. Recuerda dónde está el auténtico límite: en tu dignidad.

El amor se siente, se toca y se crea cada día

Si no percibimos nada de esto, no servirá de nada pedirlo, y menos esperar sentados a que acontezca un milagro que no tiene sentido. Asumir que ya no somos amados es un acto de valentía y que nos evitará derivar en situaciones tan delicadas como destructivas.

El amor jamás deberá ser ciego

Por mucho que se defienda esta idea, siempre será mejor ofrecerse a alguien con los ojos bien abiertos, el corazón encendido y la dignidad muy alta. Solo entonces seremos auténticos artesanos de esas relaciones que valen la pena, donde respetar y ser respetados, donde crear cada día un escenario sano donde no “todo vale”, sin juegos de poder ni sacrificios irracionales.

La dignidad es y será siempre el reconocimiento de que somos merecedores de cosas mejores. Siempre será mejor una soledad digna a una vida de carencias, a relaciones incompletas que nos hacen creer que somos actores secundarios en el teatro de nuestras existencias. No lo permitas, no pierdas tu dignidad por nadie.

domingo, 14 de abril de 2019

¡Un momento de poesía con Emily Dickinson!

Soy nadie. ¿Tú quién eres?

Soy nadie. ¿Tú quién eres?
¿Eres tú también nadie?
Ya somos dos entonces. No lo digas:
lo contarían, sabes.

Qué tristeza ser alguien,
qué público: como una rana
decir el propio nombre junio entero
para una charca admiradora.

Emily Dickinson 1830 - 1886

martes, 9 de abril de 2019

Las personas sensibles están hechas así: hacen todo con el corazón

Los verdaderos ángeles son aquellas personas que aparecen de la nada y dan luz a nuestra vida. Personas sensibles hechas de pureza que hacen todo con el corazón y que, aun tienen su alma llena de cicatrices, contribuyen a hacer más bonito nuestro trayecto.

Porque ser sensible no es una manera de ser, es una manera de vivir y de compartir camino empoderándonos a través de los sentimientos y de las emociones tanto propias como ajenas. No faltará quien critique la sensibilidad, quien asuma que este rasgo es signo de debilidad y no vea que en él radica nuestra fortaleza.

Las personas sensibles lo saben, las emociones son muchas veces castigadas. Nos hacen creer que sentir nos hace menos eficaces, fuertes y capaces a la hora de tomar decisiones y de caminar por la vida. Nos hacen creer que somos vulnerables y que la sensibilidad es sinónimo de ineficacia.

Somos un globo de emociones en un mundo de alfileres

Somos un globo de emociones en un mundo de alfileres. Nos transformamos, muchas veces, en emociones y sentimientos. Ellos nos dan forma, nos caracterizan y, a la vez, nos hacen pagar un alto precio.

Nuestras inquietudes, nuestras emociones y nuestra forma de sentir inflan nuestro globo. Luego están los alfileres, los cuales pinchan nuestro globo y esparcen nuestras emociones, haciendo que la explosión provoque muchas veces una ruptura traumática e irreparable.

Afortunadamente esto ha comenzado a cambiar y nuestra parte emocional es cada vez más valorada y, sobre todo, más cuidada. Esto nos ayuda a sumar a nuestro crecimiento y, con ello, dar validez a nuestro mundo interior.

Ser personas sensibles y generosas, la clave de la felicidad

Según un estudio publicado en la revista Emotion, los actos de generosidad y la sensibilidad hacia los demás hacen que nos sintamos mejor. Katherine Nelson, experta y autora del estudio, declara que:

“Cuando solo nos ocupamos de nosotros, no constatamos ninguna mejorar en nuestras emociones”

Ella afirma que se esperaba que los resultados de su estudio mostraran que los comportamientos prosociales llevasen a la gente a sentir más emocione positivas y a sentirse más realizados. Sin embargo, le sorprendió ver “que cuando sólo nos ocupamos de nosotros, no constatamos ninguna mejora de las emociones positivas o negativas, ni plenitud psicológica”.

Este hecho es muy importante puesto que a menudo se anima a la gente a darse pequeños caprichos para sentirse mejor, pero los resultados del estudio sugieren que lo mejor que podemos hacer es complacer a alguien.

Así, como venimos diciendo, hacer algo por los demás nos permite sentirnos mejor, más satisfechos y más plenos. Ser personas sensibles, conectar y empatizar con los que nos rodean nos abre un mundo maravilloso de buenas emociones y lindos sentimientos.

La bondad se ve y se percibe en las miradas limpias, en los actos sinceros y en toda aquella sabiduría que se desprende en la cercanía y en la ilusión de cambiar el mundo, de hacer justicia y de apropiarse de la generosidad.

Así, el hecho de concentrarnos en el bienestar de los demás, nos mejora como personas y nos da la oportunidad de explorar desde el corazón, sanando a su vez las heridas que en algún momento nos rompieron por dentro.

Porque, si hay algo que nos hace mejorar y escalar nuestra montaña con sencillez, es la bondad. Porque ser buena persona es la única inversión que nunca quiebra y siempre enriquece, tanto a uno mismo como al mundo.

lunes, 8 de abril de 2019

Si algún día me ves triste no me digas nada, solo quiéreme

Si algún día me ves triste no me digas nada, solo quiéreme. Porque a veces, cuando me he roto por dentro, no necesito que nadie me recomponga, sino que alguien me acompañe mientras me recompongo yo sola.

Si alguna vez notas desazón en mi mirada día tras día, no corras a preguntarme qué me pasa, cómo me encuentro o qué me ha hecho sentir así. Por favor, en primer lugar intenta envolverme con la calidez de tu presencia. Hazme menos preguntas, dame más abrazos.

Porque cuando me siento triste y mal, cuando me duele la tristeza y se me bloquea la mente, solo necesito estar en soledad sabiéndome acompañada. No me pidas que deje de estarlo, que no llore o que no me meta en mi mundo.

Si algún día me ves llorando recuérdame échame una mano sobre el hombro e invítame a hablar, aunque sea del tiempo. Porque la complicidad que se intuye en la permanencia será suficiente para que sienta el confort del hogar.

Si algún día me sientes triste, no huyas de mi tristeza. No me transmitas el mensaje de que soy indeseable, no me hagas sentir prescindible ni inútil. Porque si no toleras mis sombras, tampoco merecerás disfrutar de mis luces.

Si algún día me ves triste y no sabes qué hacer, déjame que entienda que soy importante pero respeta mi necesidad de introducirme en mí, de acogerme, de examinarme. No dejes que bloquee mi tristeza porque ella me ayuda a reflexionar y a analizar mi mundo.

Yo, si algún día me siento triste, procuraré hablar contigo cuando me sienta con fuerzas. Procuraré sentirme importante, aceptar los matices y apreciar la bondad y el afecto que reside en el hecho de que me hayas acogido cuando más lo necesitaba.

La importancia de compartir este mensaje

Este mensaje podría estar escrito por cualquiera de nosotros en un mal momento. Da igual que seamos niños o adultos, un abrazo sin cuestionamientos ni preguntas nos ayuda a normalizar nuestras emociones y a captar el mensaje que nos envían.

Que nuestro entorno no juzgue ni menosprecie el estado emocional que acompaña y que no se determine nuestra valía a través de nuestro sufrimiento es esencial para confiar en nosotros mismos.

Si las personas que nos rodean responden con rechazo, es probable que acabemos sintiendo que hay emociones que no son merecedoras de respeto. Muchas veces esto nos aboca a una falsa identidad de personas excesivamente alegres y optimistas.

Pero la tristeza también compone esa parte de nosotros y de nuestras circunstancias que tanto determinan los matices que nos acompañan. Por eso, si alguna vez vemos a alguien de nuestro entorno triste, NO PODEMOS RECHAZARLO. Exactamente se trata de hacer lo que nos gustaría que hiciesen con nosotros. Ni más ni menos.

lunes, 1 de abril de 2019

6 principios para organizar tu mente y tu vida

Una mente organizada permite una participación plena en un estilo de vida saludable. La ciencia de la organización del cerebro se traduce en seis principios, o “reglas de orden” con soluciones de autopreparación.

No se trata de ordenar tu oficina, tu hogar, o comprar la última aplicación para organizar las actividades pendientes, sino de la capacidad de la mente para lograr un mayor orden —una perspectiva calmada, sabia, positiva y estratégica— y las habilidades que se requieren para llegar ahí.

Un estudio reciente del Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos concluyó que la obesidad puede ser consecuencia de factores como una mente desorganizada, impulsividad, negatividad crónica, alto nivel de estrés y el hacer tareas múltiples.

Las habilidades para organizar tu mente se construyen en las conexiones normales del cerebro. Así que, ¿cómo empiezas a explotar tu capacidad innata de ser organizado?

1. Domina tu frenesí

Antes de que puedas centrar tu atención, necesitas hacerte cargo de tu frenesí emocional negativo (la preocupación, la ira, la tristeza, la irritabilidad). Este frenesí afecta o abruma tu corteza prefrontal, la región del cerebro que realiza la función ejecutiva, por lo tanto no puedes “pensar bien”.

Demasiado estrés negativo afecta a tu capacidad de concentración y daña tu salud.

La buena noticia es que las mismas cosas que pueden mejorar tu salud, pueden mejorar tu capacidad para manejar el frenesí negativo: duerme bien, ejercítate, haz un ejercicio de concentración o elige el carril lento ocasionalmente, incluso durante algunos minutos.

Lo más importante

  • Las emociones negativas afectan la región del cerebro con la que tomas decisiones, y por lo tanto no puedes pensar bien
  • Demasiado estrés negativo afecta tu capacidad de concentración y tu salud

2. Mantén la concentración

Ahora que tu mente está calmada, identifica una tarea, y sólo una tarea.

El cerebro no está diseñado para enfocarse en más de una cosa a la vez.

Dile a tu cerebro la intención o meta que tienes con la sesión. Apaga el teléfono y el correo electrónico, cierra la puerta y como primer paso enciende un cronómetro durante 20 o 30 minutos.

Lo más importante
  • El cerebro no está diseñado para enfocarse en más de una cosa a la vez

3. Aprende a parar

El cerebro concentrado también necesita ser capaz de parar de una forma tan segura como lo hace un automóvil con unos buenos frenos frente a una señal de alto.

Las regiones de radar del cerebro examinan tu entorno interno y externo todo el tiempo, incluso cuando estás concentrado. Y si eres humano, las distracciones son inevitables. En lugar de sucumbir sin pensarlo ante una distracción mientras estas en medio de una tarea importante (incluyendo actividades saludables como el ejercicio, cocinar alimentos saludables o relajarte), detente, respira y considera si la distracción es lo suficientemente urgente como para que supere a la prioridad actual.

Si no es así, regresa tu atención a la tarea importante hasta que sea momento para que las baterías de tu cerebro vuelvan a recargarse, o empieces una nueva tarea.

Lo más importante
  • Si algo te distrae, evalúa si es más importante que la tarea que realizas y si no es así, regresa a tu tarea prioritaria

4. Accede a tu memoria de trabajo

Tu cerebro está diseñado para almacenar un grupo de pedazos de información en la memoria de corto plazo (conocida como “memoria de trabajo”).

Cuando tienes acceso a tu memoria de corto plazo, varios elementos entran en tu mente y te ayudan a resolver problemas, a generar nuevas ideas a comprender, y a ver nuevos patrones que te llevan a una perspectiva estratégica.

Las mismas estrategias que te permiten dominar tu frenesí, te permiten tener un mejor acceso a tu memoria de trabajo: el ejercicio, la respiración profunda o la meditación y una buena noche de sueño.

Lo más importante
  • Para tener un mejor acceso a tu memoria necesitas: ejercicio, respiración profunda, meditación y calidad de sueño

5. Cambia los enfoques

Ahora es tiempo para mover tu concentración a una tarea nueva. Mueve toda tu atención completamente a la nueva tarea y dale tu total atención. Esta capacidad del cerebro, llamada “cambio de enfoque”, te permite dejar atrás una tarea y brincar a una nueva con un enfoque fresco y productivo.

El cambio de enfoque también se describe como agilidad o flexibilidad. A menudo nuestras ideas más creativas aparentemente surgen de la nada, cuando le damos un descanso al cerebro o estamos concentrados totalmente en otra cosa.

Lo más importante
  • El cambio de enfoque es la capacidad del cerebro para cambiar totalmente a otra tarea

6. Une los puntos

Aprendiste a dominar tu frenesí y a centrar tu atención en una cosa a la vez. Ahora puedes manejar las distracciones. Tu mente de trabajo está lista para actuar cuando la necesites. Eres ágil, capaz de cambiar con destreza de una tarea a otra. Tomas descansos, mueves tu cuerpo y cambias tu concentración para invitar a que surjan nuevas ideas, percepciones y conexiones.

En conjunto, estas “reglas de orden” te ayudarán a cambiar no sólo tus hábitos de atención, sino la forma cómo ves tu vida. En lugar de estar estresado, puedes estar calmadamente en control.

Serás más productivo y por lo tanto tendrás más tiempo para hacer las cosas que son saludables para tu cuerpo y mente. Te sientes bien contigo, y las emociones positivas promueven la salud. Y serás capaz de utilizar tu mente organizada para establecer metas saludables y concentrarte bien para lograrlas.

Lo más importante

  • Con estas reglas serás más productivo y tendrás más tiempo para realizar otras actividades