miércoles, 31 de agosto de 2022

Psicología militar: características y funciones

La psicología militar la llevan a cabo oficiales psicólogos militares tanto para facilitar una mayor adaptación a los miembros de las fuerzas armadas a su puesto como para brindarles apoyo.

La psicología es una ciencia que puede desarrollarse en cualquier contexto humano. Entre ellos, encontramos el militar, donde se encarga de la investigación, el diseño y la aplicación de las teorías psicológicas para la preparación del personal y las operaciones militares. A este tipo de psicología se le conoce como psicología militar.

Los psicólogos militares brindan apoyo a las fuerzas armadas a través de la atención clínica, la consultoría, la enseñanza y el entrenamiento militar. También lo hacen mediante el desarrollo de investigaciones relevantes para las operaciones y el personal militar (Bowles y Bartone, 2017).

Un breve recorrido histórico

Los inicios de la psicología militar pueden ubicarse en el escenario de la Primera Guerra Mundial, donde los psicólogos Yerkes, Cattell, Watson y Thorndike, entre otros, fueron comisionados para determinar las funciones que podría cumplir la psicología para apoyar al ejército norteamericano. Fue durante este periodo cuando se hizo la primera aplicación de pruebas psicológicas a gran escala para la selección de militares (Loaiza y Posada, 2016).

Luego, en la Segunda Guerra Mundial, se consolidaría la relación entre la psicología y el ámbito militar. Es en esta fecha en la que comienzan a delimitarse mejor las funciones de la psicología dentro de las fuerzas armadas y su aplicación en contextos como la observación, el desempeño, la selección, el entrenamiento, el ajuste a la vida militar, las relaciones sociales y la propaganda.

Después de estos periodos bélicos, la psicología militar tomó una orientación clínica, en especial en lo referente al diagnóstico y el tratamiento de trastornos mentales.

Aunque en la actualidad, los estudios y el quehacer en psicología militar son heterogéneos, por lo que se pueden encontrar investigaciones relacionadas con evaluación de oficiales, gestión del estrés, secuelas psicológicas de la actividad militar, prevención del suicidio, práctica neuropsicológica, abuso de sustancias, dilemas éticos, entre otros (Loaiza y Posada, 2016).

La psicología militar

Es la investigación, el diseño y la aplicación de teorías psicológicas y datos empíricos para comprender, predecir y contrarrestar comportamientos en fuerzas amigas y enemigas, o en poblaciones civiles. La psicología militar hace un énfasis en los comportamientos indeseables, amenazantes o peligrosos para las operaciones militares (Rahmanalievna, 2020).

Con frecuencia, los soldados se enfrentan a situaciones muy estresantes que pueden terminar configurando trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés como, por ejemplo, el trastorno de estrés postraumático. Estos militares pueden llegar a sentir culpa o tener dificultades familiares o de parejas, pesadillas y recuerdos recurrentes de eventos traumáticos.

En este contexto, los psicólogos militares están capacitados para ayudar tanto a los soldados y a sus familias como a las víctimas de las operaciones militares, mientras tienen que enfrentarse a circunstancias poco comunes y anormales. Así pues, estos psicólogos son un apoyo fundamental para la salud mental de las personas que padecen los efectos directos o secundarios de las operaciones militares.

La psicología militar no solo se nutre de los saberes clínicos en las fuerzas armadas, sino que también lo hace de otras disciplinas como la organizacional, la experimental y la social. Por eso, dicha disciplina puede contribuir en distintos procesos como: reclutamiento, entrenamiento, gestión de personal, integración, transición y asesoramiento de los miembros de la comunidad militar (Laurence y Matthews, 2012).

Características

Algunas características de la psicología militar son las siguientes:
  • Es una ciencia multidisciplinar.
  • Aplica y promueve el desarrollo de las teorías psicológicas en el campo militar.
  • Usa los principios y las habilidades psicológicas para mejorar la toma de decisiones.
  • Busca comprender y predecir el comportamiento en situaciones estresantes y en operaciones militares.
  • Promueve el desarrollo personal y de la salud mental en los militares.
  • Analiza y estudia la mente y el comportamiento de las personas en los diferentes contextos de la vida en las fuerzas armadas.
Funciones del psicólogo militar

Dentro de algunas de las funciones que puede desarrollar el psicólogo militar podemos encontrar las siguientes (Devonis et al., 2012):
  • Diseñar pruebas de detección de aptitud y capacidad mental en los reclutas.
  • Investigar sobre técnicas mejoradas que puedan ser utilizadas en la formación de los militares.
  • Asesorar a los oficiales de capacitación de reclutas.
  • Brindar orientación a los líderes militares y a los encargados de tomar decisiones sobre problemas de comportamiento.
  • Asesorar en comités legislativos gubernamentales sobre políticas nacionales que afectan a millones de militares.
  • Brindar servicios de salud mental y tratamiento psicológico a las poblaciones militares.
  • Asesorar en misiones humanitarias y de mantenimiento de la paz.
La psicología militar también tiene funciones en el campo educativo. En este contexto, el psicólogo militar trabaja en los centros de enseñanza militares, donde se encarga de ayudar a los alumnos a superar sus dificultades académicas. Del mismo modo, ayuda a los docentes a desarrollar un modelo educativo que fomente el desarrollo de competencias.

Otra de las funciones que puede desempeñarse en la psicología militar es la capacitación de militares en negociaciones de rehenes. En ocasiones, son los mismos psicólogos los que manejan directamente estas negociaciones. Muchos de los negociadores militares encuentran valor en resolver las crisis de los rehenes utilizando muchos de los principios científicos que se derivan de la psicología (Rahmanalievna, 2020).

Entre otras funciones que puede desarrollar un psicólogo militar encontramos las siguientes:
  • Capacitar a los militares en la gestión del estrés durante operaciones militares.
  • Diagnosticar y tratar problemas psicológicos en penitenciarías militares.
  • Entrenar a los militares en habilidades sociales.
  • Brindar apoyo psicológico durante la formación de los pilotos militares.
  • Realizar talleres ocupacionales.
  • Fomentar alternativas de ocio saludable en la vida civil de los militares.
La psicología militar es una disciplina en la que convergen otros campos de la psicología. Al ser un quehacer multidisciplinar, es capaz de intervenir de manera eficaz y efectiva en diferentes situaciones y problemas militares. Las funciones que desempeña son muy importantes porque de ellas dependen el bienestar y la salud mental de quienes se dedican a defender a su país.

martes, 30 de agosto de 2022

Siempre creo que estoy enfermo: ¿qué me sucede?

¿Has pensado alguna vez "siempre creo que estoy enfermo"? En ciertos casos, los malestares físicos sin explicación podrían ser señal de problemas emocionales no resueltos.

La salud física condiciona de manera significativa nuestra calidad de vida y por eso es recomendable hacernos una revisión con frecuencia. Sin embargo, en algunos casos, la preocupación por la salud puede llegar a extremos que no son positivos. “Siempre creo que estoy enfermo” es algo que dicen las personas que viven esta situación, pero no encuentran la raíz de su problema. Para ese punto, lo más probable es que no exista una explicación fisiológica para su condición y busquen otras opiniones.

Sentir que estamos enfermos en todo momento -después de haber acudido al especialista- o creer que corremos el riesgo de enfermar es un posible indicio de problemas psicológicos. Ante esta situación, hay distintas alternativas que puedes considerar.

Pienso con frecuencia que estoy enfermo, y no sé por qué

En muchos puntos, como especie, somos muy vulnerables. Por ende, es normal pensar en nuestra salud hasta cierto punto y mantener hábitos como hacer ejercicio o comer sano. Sin embargo, hay personas que desarrollan una preocupación anormal por su salud, lo que puede tener varias causas.

En estos casos, las ideas en torno a la salud interfieren con la calidad de vida de los pacientes. Es posible que dejen de socializar por temor a contagiarse de alguna enfermedad peligrosa, incluso cuando sea poco probable. De igual modo, podrían tener problemas en el trabajo, las relaciones de pareja y, en general, con su calidad de vida.

La frase “siempre creo que estoy enfermo” va acompañada de sentimientos, como miedo y angustia, que se vuelven parte de la cotidianidad. A largo plazo, el estado constante de estrés puede terminar causando afecciones severas. Entonces, ¿a qué se debe dicha preocupación?

Delirio hipocondríaco

El trastorno delirante es una alteración psicológica que se caracteriza por la presencia de una o más creencias delirantes. Con delirio, nos referimos a una idea que altera la forma en que percibimos el mundo y a nosotros mismos. Dicha percepción no puede modificarse, incluso cuando se presenta evidencia que es contraria.

Dentro de este grupo se distinguen varios subtipos, entre ellos se halla el delirio hipocondriaco. Se distingue porque quien lo padece vive con la convicción delirante de que padece algún problema grave. Con frecuencia, estas personas se someten a exámenes médicos y aunque los resultados sean normales, siguen convencidos de su enfermedad. En algunos casos, pueden llegar a medicarse o a someterse a procedimientos médicos invasivos.

Por otro lado, con la cantidad de contenidos que hay internet, las personas con este síntoma tienden a buscar diagnósticos en la red. Un estudio de Eichenberg y Schott (2019) mostró que quienes presentan hipocondría suelen usar internet para buscar información sobre salud. Además, consideran alternativas, como comprar fármacos sin prescripción en línea y cambiar de doctor con más frecuencia.

Ansiedad por enfermedad

Pensar “siempre creo que estoy enfermo” puede relacionarse con la ansiedad por enfermedad. Los pacientes que la padecen experimentan una preocupación excesiva y desproporcionada por su salud. En su mente corren un alto riesgo de contraer alguna enfermedad severa o pueden creer que ya la padecen. De esta manera, desarrollan diferentes conductas, como chequear de forma constante su cuerpo y evitar las visitas al médico.

La ansiedad por enfermedad se manifiesta incluso sin que exista ningún síntoma físico que pudiera ser signo de alarma. Cuando hay algún síntoma real, suele ser leve y la preocupación que el paciente siente es desproporcionada.

A diferencia de los pacientes con delirio hipocondríaco, aquí no se observa conducta delirante. Por lo tanto, la persona puede considerar la posibilidad de no estar enfermo y sus preocupaciones son más ajustadas. Contrario al delirio hipocondriaco, que podría llevar a una persona a creer que su hígado se está pudriendo.

Depresión

La creencia de estar siempre enfermo podría relacionarse con algún malestar emocional no consciente -de manera parcial o total-. La evidencia señala que, a menudo, los pacientes con depresión acuden a servicios de salud con quejas de malestares físicos.

Así, el estado de ánimo depresivo se encubre debajo de diversos síntomas, siendo el dolor uno de los más comunes. En estos casos, puede ser difícil diagnosticar la depresión de forma adecuada (Artiles y López, 2009).

¿Qué puedo hacer si siempre creo que estoy enfermo?

Cuando la preocupación por la salud física comienza a afectar nuestra calidad de vida, es momento de pasar a la acción. Lo más recomendable es acudir con un psicólogo, psiquiatra o psicoterapeuta que pueda evaluar la situación y dar un diagnóstico.

A partir de allí, hay varias opciones que pueden tomarse, dependiendo del problema. Por ejemplo, en el caso de los síntomas hipocondriacos, la terapia de aceptación y compromiso podría ser una buena alternativa. Iri et al. (2019) publicaron un trabajo sobre los efectos de dicha terapia en mujeres divorciadas con hipocondría. Los resultados evidencian que esta terapia reduce los síntomas de hipocondría y mejora la regulación emocional.

Si se trata de un cuadro depresivo, la intervención dependerá de la gravedad del cuadro. En los episodios mayores, es recomendable la pauta de antidepresivos para elevar el ánimo en conjunto con psicoterapia. Mientras que, en los episodios leves, la terapia psicológica puede ser una intervención suficiente.

Para finalizar, es necesario enfatizar que, así como es importante cuidar de la salud física, también lo es cuidar nuestras emociones. Si te identificas con la frase “siempre creo que estoy enfermo”, acudir a un especialista será buena idea. No olvides que los malestares emocionales pueden ser igual o incluso más incapacitantes que una enfermedad orgánica.

lunes, 29 de agosto de 2022

¿Qué es el neuroliderazgo?

El neuroliderazgo es un enfoque novedoso que, contrario a lo que muchos puedan creer, promueve un liderazgo más cálido y humano. El objetivo es conseguir que cada uno de sus miembros haga aportaciones importantes a la organización.

El neuroliderazgo es un concepto en el que se vinculan las neurociencias y las prácticas organizacionales. Su objetivo es el de mejorar la eficacia del liderazgo sobre la base de comprender a fondo cómo funciona el cerebro humano. Por lo tanto, aborda los cerebros de los líderes, pero también de los trabajadores e incluso de los consumidores.

Las actividades laborales adquieren un nuevo significado si se les mira desde las neurociencias. El neuroliderazgo se enfoca en encontrar nuevas perspectivas para aspectos tales como la toma de decisiones, la colaboración y el trabajo en equipo, la regulación de emociones, la resolución de problemas y los procesos de cambio.

Todas esas actividades se pueden abordar de manera diferente si se interpretan desde los conocimientos que aportan las neurociencias. Es importante dejar claro que intentar comprender el cerebro, en el marco del trabajo, no tiene nada que ver con intentar manipularlo. Lo que se busca es crear las condiciones para que todo funcione mejor.

Los principios del neuroliderazgo

La primera vez que se usó el concepto de neuroliderazgo fue en una publicación de la Universidad de Harvard, llamada Harvard Business Review en 2005. Un año más tarde las teorías y principios de esta nueva herramienta fueron recogidos por David Rock y Jeffrey Swartz en su artículo La neurociencia del liderazgo.

Con base en lo propuesto por esos autores, se puede señalar que los principios del neuroliderazgo son los siguientes:

  • Cada cerebro es único. Los procesos con tendencia a uniformar u homogeneizar a las personas no son convenientes. Cada persona mostrará particularidades propias.
  • Los sistemas de recompensa son clave. Las técnicas de refuerzo positivo son mucho más eficaces que las sanciones o los castigos.
  • No hay actos sin emociones. La mayor motivación para los actos es la emoción. El cerebro reacciona mucho más rápido ante un estímulo emocional. Esto incide en la apertura al aprendizaje y la motivación.
  • La información influye en las expectativas y la conducta. La falta o exceso de información, así como la falta de claridad, son aspectos que modifican de manera significativa las expectativas y la conducta de las personas.
  • La mente está programada para cooperar. Es innata la disposición a interactuar con otros en búsqueda de soluciones consensuadas a problemas complejos.
  • La experiencia determina el comportamiento. Los sucesos pasados siguen marcando la manera de actuar, hasta que no se produzcan experiencias que determinen un nuevo rumbo.
Las ventajas del neuroliderazgo

Los primeros beneficiados con el neuroliderazgo son los propios líderes, ya que pueden adecuar su estilo de dirección a parámetros más eficaces. Esta perspectiva amplía su panorama y les permite comprender mejor las dificultades y los potenciales de las personas que guían.

Esta herramienta también permite mejorar el nivel de satisfacción entre los trabajadores. De este modo, se consigue mayor cohesión en los equipos y se reduce el conflicto. También se incrementa la motivación y el sentido de pertenencia.

De otro lado, el neuroliderazgo facilita los procesos de cambio y aprendizaje. Reduce la incertidumbre y el estrés que suelen estar presentes cuando alguien se enfrenta a una situación nueva. Con esta herramienta se consigue una adaptación más integral.

Algunas aplicaciones del neuroliderazgo

Hay muchas situaciones específicas en las que se pueden aplicar los principios del neuroliderazgo. Las siguientes son algunas de ellas:
  • Fechas de entrega. Cuando estas son apremiantes, el cerebro reacciona con estrés y se vuelve menos eficiente. Lo ideal es flexibilizar este aspecto y si no es posible, compensar el estrés con estímulos positivos.
  • Liderazgo positivo. En este enfoque se le da una gran importancia a las emociones propias y ajenas. Hay evidencia de que esto suele conducir a mejores decisiones y a mayor eficiencia en los equipos de trabajo.
  • Evaluaciones cualitativas. Los trabajadores se sienten mucho más motivados cuando se les evalúa de una manera más integral, que con un simple “cumplió las expectativas”. El neuroliderazgo promueve evaluaciones más subjetivas y cálidas.
  • Una motivación global. El dinero no es el único incentivo para trabajar. Un ambiente cooperativo e incluyente a veces llega a tener incluso más peso en la motivación. La exclusión y el rechazo llegan a provocar los mismos efectos del dolor físico.
El neuroliderazgo se basa en una comprensión más realista del ser humano, con base en conocimientos científicos. Se trata de una herramienta novedosa, pero que promete ocupar un lugar muy destacado en las organizaciones, en un futuro inmediato.

domingo, 28 de agosto de 2022

Síntomas de estrés postraumático

Pesadillas, hipervigilancia, imágenes mentales cargadas de sufrimiento, angustia permanente... El estrés postraumático que no se trata aboca a la persona a una existencia de elevado desgaste. Conozcamos los síntomas asociados a este trastorno.

A menudo, se definen de manera simbólica los síntomas de estrés postraumático como “heridas” en el cerebro. Si esto es así, se debe a un hecho evidente: el trauma sufrido tras una vivencia de elevada intensidad emocional, da forma a pequeñas alteraciones neuronales de las que nos cuesta mucho recuperarnos. El impacto de estas situaciones es inmenso.

Accidentes de tráfico, sufrir violencia psicológica o sexual, perder a alguien de manera inesperada, vivir un desastre natural o estar en un contexto de guerra… Todo ello son situaciones para las que no estamos preparados. Además, son experiencias por las que nadie debería pasar y aún así suceden cada día en el mundo. El hecho de no recibir ayuda, de permitir que esas emociones y ese estrés se aferren a nosotros día tras día deja serias secuelas. 

En la actualidad, se siguen mejorando los abordajes terapéuticos de estas condiciones psicológicas. Se estima, de hecho, que una buena parte de la población experimentará en algún momento estrés postraumático.

Disponer de adecuadas técnicas, apoyos profesional y de una mayor concienciación de la salud mental es imprescindible en estos casos.

Síntomas de estrés postraumático: categorías

La investigación alrededor de los síntomas de estrés postraumático ha aumentado en las últimas décadas. Así, atentados terroristas como los del 11 de septiembre (y posteriores) y las distintas guerras en Afganistán e Irak nos han permitido comprender mucho más este trastorno psicológico. Estudios como los realizados en la Universidad de Manitoba (Canadá) aportan varios datos importantes al respecto.

Cuando una persona vive un evento traumático experimenta lo que se conoce como estrés agudo. Si en el intervalo de un mes no recibe asistencia psicológica, derivará poco a poco en un trastorno de estrés postraumático. Asimismo, se sabe que a medida que pasa el tiempo esta condición acaba siendo comórbida con otros trastornos mentales, es decir, pueden surgir depresiones, adicciones, fobias…

El deterioro en la calidad de vida es inmenso, afectando al plano social, relacional, laboral… Es importante abordar cuanto antes los eventos traumáticos, como también abordar los síntomas de estrés postraumático. Para ello, nos basamos en los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V).

1. Síntomas de intrusión

Los síntomas de intrusión definen esa experiencia en la que reaparecen recuerdos, sensaciones e imágenes concretas en la mente de la persona sin que lo pueda controlar. Es lo que conocemos comúnmente como flashes, escenas repentinas sobre el evento traumático que nos hacen vivenciar lo sucedido. Asimismo, estas imágenes intrusivas también aparecen en sueños a modo de pesadillas.

También cabe destacar otro aspecto. Muchas personas sufren reacciones al relacionar estímulos concretos con recuerdos. Por ejemplo, el sonido de un portazo puede hacer que recuerde el golpe del coche en el accidente. El que una persona les toque sin querer puede provocar que recuerden el momento en que alguien les agredió… Todas esas vivencias se experimentan con elevada angustia.

2. Efectos negativos sobre el pensamiento y el estado de ánimo

Entre los síntomas de estrés postraumático destaca sobre todo la incapacidad de sentir emociones positivas. A raíz de lo sucedido, la persona afectada deja de sentirse motivada y de disfrutar de aquello que antes le apasionaba. Así, es común también que empiece a mostrar rasgos depresivos.

  • Por otro lado, también puede aparecer en ocasiones amnesia disociativa. Es decir, la imposibilidad de recordar partes del evento traumático.
  • Surgen sentimientos de culpabilidad.
  • Algunos incluso llegan a sentirse mal por haber sobrevivido a ese evento doloroso.
  • La sensación de miedo, de horror e incluso vergüenza son sentimientos que se experimentan de manera continuada.
3. Sensación de alerta e hipervigilancia

En la mente de quien ha sufrido una experiencia traumática no hay instantes de calma. La persona siempre tiene la sensación de que “algo va a pasar”. Es vivir a la espera de que la situación dolorosa del pasado vuelva a repetirse. Los pensamientos se vuelven catastróficos, la atención solo se focaliza en anticipar situaciones de peligro, en crear escenarios de lo más terroríficos…

Asimismo, otro de los síntomas de estrés postraumático es la ira: trasformar la sensación de miedo, inseguridad y sufrimiento en rabia.

4. Síntomas difusos

Cuando estudiamos esta condición psicológica, damos por sentado que los síntomas de estrés postraumático pueden ser muy variados y particulares en cada persona. De ahí que para su diagnóstico se ponga la atención sobre todo en las anteriores características. No obstante, es común que aparezcan muchas de las siguientes realidades:

  • Aparición de conductas obsesivas y fóbicas: obsesión por lavarse en caso de agresión sexual, miedo a salir de casa…
  • Muchas personas acaban derivando en consumo de drogas o alcohol.
  • Insomnio.
  • Dolores de cabeza, sistema inmunitario debilitado, alteraciones digestivas, dolores en el pecho, mareos…

Síntomas de estrés postraumático en niños

Una buena parte de la incidencia del trastorno de estrés postraumático aparece en niños. No podemos dejar de lado el impacto de realidades tan duras como el maltrato infantil. También es destacable la situación de muchos pequeños que a día de hoy viven en contextos bélicos, en situaciones de carencia o abandono. Es importante, por tanto, entender que la sintomatología en ellos puede ser algo diferente:
  • Conducta decaída.
  • Son niños que no juegan, que no atienden los estímulos de su entorno, que no interaccionan ni sienten curiosidad.
  • Pueden aparecer comportamientos violentos y defensivos.
  • Insomnio.
  • Enuresis nocturna.
  • Algunos, recrean el evento traumático a través de los dibujos.
  • Aparecen problemas de salud, como sufrir más infecciones, dolores de cabeza, vómitos, etc.
Para concluir, solo cabe incidir una vez más en la importancia de atender de manera temprana este tipo de realidades. Nadie merece vivir en un estado crónico de sufrimiento continuado, ahí donde revivir el evento traumático, ahí donde uno queda separado del mundo para habitar en exclusiva en ese espacio de dolor perpetuo.

sábado, 27 de agosto de 2022

3 ventajas de decir las cosas claras

Está claro que decir las cosas claras impide qu los demás hagan interpretaciones erróneas sobre aquello que pretendemos decir. No obstante, algunos no valorarán adecuadamente estas muestras de asertividad

En nuestras relaciones existen ocasiones en las que somos tibios en nuestras opiniones con el objetivo de ser prudentes y no ofender a nadie. Por tanto, perdiéndonos las ventajas de decir las cosas claras. Así, si pecamos de prudencia, nuestros verdaderos pensamientos quedan relegados a un segundo plano y ofrecemos una imagen que no es la nuestra.

Intentar ser políticamente correctos para no generar conflicto puede salvarnos en muchas situaciones, sobre todo cuando  no pretendemos herir la sensibilidad de las personas o no entrar en discusiones que causen malestar emocional. Pero, tomar esta actitud puede resultar ser un arma de doble filo para nosotros, porque ¿quiénes somos en realidad?

La recomendación para relacionarnos es compartir nuestros pensamientos y opiniones desde el respeto, la empatía y, por supuesto, la asertividad. Así cultivaremos relaciones auténticas y seremos congruentes entre lo que decimos y lo que pensamos.

Ventajas de decir las cosas claras

¿Cuáles son las ventajas de decir las cosas claras?

1. Liberar la presión que supone guardarlo para nosotros

Todas las personas tenemos nuestro propio criterio para interpretar el mundo y no tiene por qué coincidir con el de los demás. Ya que, cada uno de nosotros, tenemos una historia propia y particular. Puede que prefieras el silencio por miedo a la repercusión que pueden tener tus palabras. Pero si te las guardas, lo tomarás como costumbre y más pronto que tarde explotarás.

Incluso, la frustración puede aparecer al sentir que podrías haber sido capaz de haber manejado las cosas de diferente manera si no te hubieras guardado lo que en realidad pensabas. No dejes que tus palabras se conviertan en tu monstruo interior. Libérate y permítete decir con asertividad lo que necesites, porque tú también tienes y te mereces esa oportunidad.

Al ser capaz de expresar tus emociones y pensamientos de forma asertiva, tendrás las ventajas de empezar a tener más confianza en ti mismo y entender que tú también tienes derecho a opinar. A decir lo que piensas y a que los demás te escuchen. ¡No reprimas tus pensamientos! Aunque en buena medida somos esclavos de nuestras palabras, estas también nos sirven para liberarnos emocionalmente.

2. Contribuiremos a que los demás también se muestren abiertos

Cuando seas capaz de decir las cosas claras, de mostrar tus pensamientos y sentimientos de una forma sincera y sin máscaras, estarás invitando a las demás personas a que hagan lo mismo.

Gracias a la regla de reciprocidad, si te abres a los demás, los demás se abrirán contigo. Te verán como una persona honesta que dice lo que piensa y que es capaz de respetar las opiniones de los demás. Así, aumentarás la probabilidad de recibir el mismo trato de ellos.

En cambio, si eres una persona que prefiere no abrirse a los demás y oculta lo que verdaderamente piensa, los demás no tendrán confianza en ti. Además, seguramente pensarán que no eres una persona transparente y honesta. ¿Cómo prefieres que sean los demás contigo? ¿Honestos y con transparencia o que actúen con máscaras y sólo te digan lo que quieres oír? Actúa con los demás en función de lo que te gustaría recibir de ellos.

3. Facilitamos que los demás nos entiendan, de las mayores ventajas de decir las cosas claras

Como ya dijimos anteriormente, si estás dispuesto a compartir tus pensamientos y sentimientos con las personas más cercanas a ti, podrás inspirar a los demás a hacer lo mismo contigo. Además, ser sinceros y decir lo que pensamos nos permitirá mostrarnos cómo somos y de esta manera, que los demás puedan llegar a entendernos y conocernos.

Porque, ¿de qué nos vale decir lo que el otro quiere escuchar, si en realidad nos estemos traicionando a nosotros mismos? Ser honestos con los demás hará que nos relacionemos con ellos desde nuestra autenticidad. Si quieres plasmar tus pensamientos en palabras, lo mejor es hacerlo con integridad y carácter. Diciendo las cosas claras, mostrarás disposición a estar en desacuerdo. Incluso, a cambiar tu perspectiva si es necesario pero siendo fiel a tus valores.

Por último, recuerda que es adecuado expresar lo que opinas siempre y cuando lo hagas de forma asertiva. También, cuidando los aspectos más delicados de tu mensaje. De esta manera, el receptor podrá entender lo que quieres decir. Además, disfrutarás de las ventajas de que se muestre abierto al diálogo contigo.

viernes, 26 de agosto de 2022

Las 5 libertades de Virginia Satir para fortalecer la autoestima

Querernos es una de las tareas pendientes para la mayoría de nosotros. Valorarnos, apreciarnos y tratarnos con cariño no deberían ser aspectos secundarios en nuestra rutina, sino que tener presentes en nuestro día a día. Priorizarse es fundamental si queremos alcanzar el bienestar tanto emocional como social.

Solo cuando nos tratamos con respeto y dignidad somos capaces de exprimir todo nuestro potencial y a su vez, de construir vínculos sanos y fuertes con los demás. El autoconocimiento es la llave para conectar profundamente con los demás. Ahora bien, ¿cómo encontrar esa llave? ¿Qué podemos hacer para comenzar a querernos?

Las 5 libertades de Virginia Satir nos ayudarán a ello. Un conjunto de poderosas afirmaciones elaboradas para iniciar un proceso de desarrollo personal que tiene como objetivo fortalecer la autoestima. Profundicemos.

La libertad de ser

Esta primera de las libertades de Virginia Satir está conectada con la importancia de ser auténticos y de vivir el presente, en lugar de estar navegando por las profundidades del pasado, las corrientes futuras o incluso por los entresijos de la idealización y las proyecciones externas.

Nuestra mente puede llevarnos por muchos caminos, algunos de ellos nos esclavizarán a través de la culpa y harán que perdamos el tiempo y otros crearán realidades ficticias que nos atraparan porque justamente nos muestran aquello que deseamos. Ahora bien, de nosotros depende hacia dónde dirigir nuestra mirada y cómo realizar nuestro rumbo… 

La clave está en establecer una conexión profunda con nosotros mismos. Si lo hacemos, los fantasmas del pasado desaparecerán, al igual que los temores futuros y los ideales. Solo así seremos capaces de focalizar nuestra atención en el presente para fluir y ser nosotros mismos, libres de filtros, máscaras y distracciones.

La liberta de decir lo que uno siente y piensa

En la mayoría de los casos, tememos que nuestras palabras y pensamientos no sean los adecuados, que no obtengamos la aprobación de los demás o que simplemente los hagamos daños. Por esta razón, acabamos por expresar mucho menos de la mitad de lo que sentimos y pensamos. 

De esta forma, nos disfrazamos y en lugar de crear relaciones auténticas, construimos vínculos inestables y de falsa modestia. Es una doble traición, primero a nosotros mismos por rechazarnos y segundo a los demás por ocultar quienes verdaderamente somos. Ahora bien, no olvidemos que también podemos optar por no decir nada, siempre y cuando sea una decisión personal y no impuesta desde el exterior o para decir lo que los otros esperan escuchar.

No hay nada de malo en expresar nuestros sentimientos y creencias, siempre y cuando lo hagamos desde el respeto y la responsabilidad emocional. De hecho, es lo más recomendable si queremos que los demás nos conozcan y nos acepten por como somos y si deseamos crear vínculos nobles con ellos.

La libertad de sentir

Esta es una de las libertades de Virginia Satir que quizás más nos pueda costar, ya que nadie nos ha enseñado cómo identificar aquellos que sentimos. En primer lugar hay que tener presente que todas y cada una de nuestras emociones son válidas, no hay que reprimirlas ni bloquearlas, de lo contrario no profundizaremos en el maravilloso arte de conocernos.

Una vez que sabemos que somos libres de vivir y experimentar cada una de las emociones que podamos sentir es importante entrenarse para identificar el lenguaje emocional. Porque en ocasiones, la tristeza se esconde tras el miedo o este quien se expresa a través de la ira. Lo importante es escucharlas, centrarse en cómo nos sentimos para conocer a cada una de ellas y más tarde poder gestionarlas.

El mundo emocional que cada una de nosotros albergamos en nuestro interior es un mapa que no solo nos ayuda a nosotros a descubrir quiénes, sino también a los demás. Porque si no sabemos cómo se sienten los otros, difícilmente podremos responderles de forma adecuada en la relación que hayamos establecido y viceversa.

La libertad de pedir

No podemos estar esperando a que las oportunidades y las personas llamen a nuestra puerta, tampoco podemos conformarnos con todo lo que suceda o no. Tenemos libertad para elegir y para pedir. 

A menudo, las personas con baja autoestima suelen actuar una vez que se les concede el permiso para ello, fruto de su inseguridad. Es como si no pudieran decidir por ellas mismas porque alguien les ha privado de ese derecho. Y aunque probablemente en su infancia alguien les haya hecho sentir así, nunca es tarde para despertar y alzar la voz por uno mismo, para hacerse visible. 

Una vez que sabemos quiénes somos, qué sentimos y cómo expresarlo, el siguiente gran paso es expresar lo que uno quiere para luego, dirigirse en su búsqueda y tomar riesgos.

La libertad de correr riesgos

La última de las libertades de Virginia Satir tiene que ver con correr riesgos, con salir de esa zona de confort que a veces a pesar de ser incómoda actúa como refugio.

Si queremos crecer, si queremos avanzar la única opción posible es actuar y por supuesto, responsabilizarse de las consecuencias derivadas de nuestros actos. Solo así podremos asumir lo sucedido y aprender de ello. Mientras no abandonemos esa sensación de seguridad y nos enfrentemos cara a cara con la incertidumbre es imposible que sigamos conociéndonos.

Como vemos, las 5 libertades de Virginia Satir con un canto al amor propio. Un conjunto de afirmaciones que nos invitan a reflexionar sobre cuánto nos valoramos y cómo de auténticos somos con los demás.

jueves, 25 de agosto de 2022

La ansiedad de ejecución en las disfunciones sexuales

Dentro de los factores psicológicos que impiden que tengamos una adecuada respuesta sexual, encontramos la ansiedad de ejecución. Así, en términos coloquiales, podríamos decir que la ansiedad de ejecución surge cuando nos preocupamos más de la cuenta por nuestro rendimiento personal en el contexto de una relación sexual.

Así, la ansiedad de ejecución es un tipo de ansiedad que aparece y se mantiene por las expectativas hacia una situación particular. Por ejemplo, pensemos en un estudiante que va a realizar un examen oral. El estudiante tiene unas altas expectativas de éxito, quiere sorprender al tribunal y sacar la máxima nota posible. Para ello tiene que hacerlo perfecto. Sin embargo, es tal la presión acerca de su desempeño que termina fracasando, cuando sin esta sobreactivación si hubiera conseguido la nota que perseguía.

En el campo de las relaciones sexuales, el miedo o ansiedad de ejecución puede discapacitar a la persona para disfrutar de una relación sexual. Por otro lado, las consecuencias secundarias pueden ser variadas, desde una merma en la autoestima a una ruptura de los canales de comunicación con su pareja. Como consecuencia de todo ello aparecerá la disfunción sexual.

¿Qué entendemos por ansiedad?

La ansiedad es una experiencia universal que forma parte de la condición humana. Constituye un sistema de aviso-alarma frente a una amenaza. Es una emoción acompañada de cambios somáticos y conductuales que va acompañada de una sensación de malestar. En principio, la ansiedad puede comportar una serie de ventajas adaptativas:
  • El aumento de la activación permite focalizar la atención frente a un posible peligro.
  • Prepara al organismo para este enfrentamiento: lucha o huída.
  • Permite la memorización de los acontecimientos o estímulos que han provocado el miedo.
  • Permite la formación de respuestas condicionadas de miedo.
  • Deja que se modifiquen ciertos esquemas cognitivos.
Los acontecimientos de la vida diaria pueden provocar ansiedad que no siempre es patológica. P. ej., una cierta ansiedad ante un examen puede ser incluso beneficiosa. Sin embargo, cuando su intensidad o duración son excesivas, nos encontramos ante la ansiedad patológica.

Una forma de ansiedad patológica es la ansiedad de ejecución. Se trata de patológica porque su intensidad impide que desarrollemos de forma correcta aquello que nos proponemos. Así, si la ansiedad impide que tengamos una relación sexual satisfactoria, hablaremos de ansiedad de ejecución en las relaciones sexuales.

La respuesta sexual y sus disfunciones

Aunque la respuesta sexual tiene requisitos biológicos de base, se experimenta en un contexto interpersonal, intrapersonal y cultural. Así, la función sexual supone una compleja interacción entre factores biológicos, socioculturales y psicológicos.

En muchos contextos clínicos no se conoce con precisión el origen del problema sexual. Sin embargo, el diagnóstico de disfunción sexual requiere descartar problemas que se expliquen mejor por un trastorno mental no sexual, por los efectos de una sustancia, por una afección médica o por un conflicto importante en la relación, violencia de pareja u otros factores de estrés.

Las disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales incluyen la eyaculación retardada, el trastorno eréctil, el trastorno orgásmico femenino, el trastorno de interés/excitación sexual femenino, el trastorno de dolor génito-pélvico / penetración, el trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón y la eyaculación prematura o precoz.

Así, las disfunciones sexuales son un grupo de trastornos heterogéneos. Están caracterizados por una alteración clínicamente significativa de la capacidad de la persona para responder sexualmente o para experimentar placer sexual.

La ansiedad de ejecución en las disfunciones sexuales

El ejemplo más claro de ansiedad de ejecución lo encontramos, seguramente, en el trastorno eréctil. Esta ansiedad es desencadenada por lo que Abraham y Porto denominaron factores generadores de ansiedad. Estos factores son los siguientes:

  • Temor al fracaso. Supone la sensación de miedo a no responder de forma adecuada ante la pareja.
  • Obligación de resultados. Es la necesidad de una respuesta eréctil muy consistente, duradera y de recuperación rápida.
  • Altruismo excesivo. Significa estar más pendiente de la satisfacción de la pareja, perdiendo concentración en el erotismo propio.
  • Autoobservación. Consiste en estar observando el pene para ver cómo responde, lo cual había sido denominado previamente como “rol de espectador”.
Cuando un hombre experimenta trastorno eréctil o de la erección, las primeras dificultades para mantener relaciones sexuales satisfactorias probablemente aparecieron de forma casual. A partir de ahí, el varón empieza a preocuparse por el tema.

Las preocupaciones pueden hacer referencia a aspectos tales como “¿Y si no consigo mantener el pene erecto?”, “¿Y si no le agrado a mi pareja?”, “¿Qué pasará si no puedo realizar la penetración?”… A raíz de esas preocupaciones se van generando las hormonas del estrés, tales como el cortisol.

La preocupación está en la base de la ansiedad de ejecución

Las hormonas del estrés generadas por la preocupación son incompatibles con las que provocan la respuesta sexual. Entonces se produce un círculo vicioso. El hombre tiene relaciones sexuales cada vez con más presión de conseguir la erección y hacer disfrutar a la mujer. En este sentido, está condenado al fracaso.

La anticipación del próximo encuentro sexual despierta la misma ansiedad, junto con el recuerdo de fracasos anteriores. Muchas veces esta anticipación anula el deseo y lleva a evitar toda actividad sexual, incluyendo cualquier muestra física de afecto que pueda constituir el inicio de un encuentro sexual.

La otra persona puede sentirse menos querida, no deseada, poco atractiva, frustrada… No comprende que evitar la situación temida ayuda a la persona a evitar la humillación de otro fracaso, a sentirse con mayor control y menos culpable por estar “fallando”. Sin embargo, esta no es la solución.

La ansiedad de ejecución en las disfunciones sexuales puede tratarse de forma satisfactoria. Desde la psicología clínica se han propuesto técnicas efectivas para combatirla. Si este es tu caso, podrías intentar acudir a un psicólogo especializado. Te ayudará a solucionar tu problema y a mejorar tu relación sexual y de pareja.

miércoles, 24 de agosto de 2022

El síndrome de la ira hwa-byung o el coste de reprimir emociones

El síndrome de la ira hwa-byung está vinculado a la cultura coreana. Define un trastorno de somatización que aparece cuando las personas no saben ni pueden manejar estados de ira originados por las injusticias.

A menudo se define esta condición psicológica como un trastorno asociado en exclusiva a la cultura coreana. Sin embargo, el síndrome de la ira hwa-byung o la somatización de las injusticias es una realidad clínica que puede padecer cualquier persona. El acto de reprimir emociones de manera sostenida en el tiempo tiene un coste para la salud física y mental.

Ahora bien, no podemos negar que el hwabyung, como lo definen en la literatura científica, despierta un gran interés general. Para empezar, el mundo occidental reconoce este síndrome y lo vincula a una forma de depresión. De hecho, en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) aparece como un trastorno ligado a la cultura.

De este modo, si Corea lo describió como un trastorno psicológico con entidad propia fue por un hecho muy básico. Desde hace casi dos décadas han aumentado los casos de personas que evidencian una serie de problemas mentales muy concretos ligados a la emoción de la ira. Disponen incluso de palabras propias que describen esa sensación.

Eok-ul (‘抑鬱’, ‘sentimiento de injusticia’) e ira (‘憤’, ‘erupción de ira’). Además, a los síntomas psicológicos se le añaden los síntomas físicos y determinados problemas de salud, como problemas digestivos, sensación de calor y taquicardias. Se trata de un fenómeno curioso en el que vale la pena profundizar.

Síndrome de la ira hwa-byung: definición, síntomas y causas

Al hablar de Corea, nos viene a la mente diversas imágenes. Porque aunque este síndrome se haya investigado en Corea del Sur, se intuye que también está presente en Corea del Norte. Para empezar, en ese país del k-pop o de ese cine emergente que triunfa en el mundo, cada año se quitan la vida más estrellas y figuras públicas. También anónimas.

En Corea del Sur, los problemas de salud mental son un estigma. Nadie habla de sus emociones, sus problemas o sus angustias. Rige la eficiencia y una elevada autoexigencia. En la actualidad, este país es una de las diez economías más potentes del mundo, dominan muchos sectores y su nivel de vida ha mejorado muchísimo en las últimas décadas. Aunque eso sí, en caso de que alguien hable de sus problemas psicológicos, se le considerará débil.

El síndrome de la ira hwa-byung apareció de manera pareja al desarrollo de este país como potencia mundial. A principios del siglo XXI, empezaron ya a describirse casos clínicos de personas que evidenciaba un mismo patrón de problemas mentales y físicos. Fue en el 2010 cuando el departamento de psiquiatría del Hospital Metropolitano Eunpyeong de Seúl analizó de forma detenida esta condición en un estudio. Lo vemos.

¿Qué es y cómo se manifiesta?

El síndrome de la ira hwa-byung es un trastorno mental que aparece cuando las personas no pueden ni saben manejar sus emociones de valencia negativa como resultado de condiciones que perciben como injustas. Por lo general, los síntomas que evidencian son los siguientes:

Síntomas psicológicos
  • Sensación de rabia y frustración constante. 
  • Irritabilidad y mal humor.
  • Sentimientos de tristeza y desesperanza.
  • Sentimientos de culpa por no saber ni poder actuar ante lo que les molesta o les preocupa.
  • Sensación de que no tienen control sobre sus vidas.
  • Hipervigilancia, sensación de que les va a pasar algo malo.
  • Nerviosismo.
  • Ganas de llorar.
Síntomas físicos
  • Dificultades para dormir.
  • Alteraciones digestivas.
  • Sensación de calor y agitación.
  • Agotamiento.
  • Dolor muscular.
  • Cefaleas.
  • Mareos.
  • Presión en el pecho.
  • Problemas para respirar.
  • Boca seca.
  • Falta de hambre o necesidad de comer en exceso.
¿Cuál es la causa del síndrome de la ira hwa-byung?

La realidad psicosocial que hay detrás del síndrome de la ira hwa-byung es muy compleja. Tal y como hemos señalado, está muy vinculado a la propia cultura de Corea del Sur (a falta de datos de Corea del Norte). Desde occidente, ese abanico de síntomas puede enfocarse desde un trastorno del estado de ánimo, bien un trastorno depresivo, ansiedad, etc.

Veamos cuáles son las dinámicas que podrían estar detrás de este síndrome:
  • La sobreexigencia laboral y académica.
  • Factores estresantes familiares (lo tradicional sigue chocando con la modernidad)
  • Vivir en un escenario social donde el individuo siente que entran en conflicto sus propios valores éticos y morales con aquello que le rodea.
¿Cómo se trata esta condición psicológica?

La Universidad de Duke desarrolló una escala para evaluar y detectar el síndrome de la ira hwa-byung. Así, en este estudio se analizó la eficacia del MMPI-2, orientado a valorar cuatro áreas: salud general, síntomas gastrointestinales, desesperanza e ira.

Bien, lo cierto es que la forma de abordar buena parte de los trastornos mentales en oriente dista mucho de las técnicas que se usan en occidente. No todo el mundo recurre a terapia psicológica, a los enfoques orientados a tratar la depresión o la ansiedad de manera científica. En Corea siguen inclinándose, en ocasiones, hacia métodos tradicionales como la acupuntura, muy usual para apaciguar emociones como la ira.

Es necesario, por tanto, que estas nuevas potencias mundiales incluyan también un avance similar en materia de salud mental. Concebir la desesperanza, la depresión, la ansiedad y el estrés como símbolo de debilidad invalida el progreso real de toda sociedad. Es momento de dar un necesitado espacio a esta materia por el bienestar de sus ciudadanos.

martes, 23 de agosto de 2022

La mente inconsciente es más inteligente de lo que crees

La mente inconsciente define lo que eres. En ella se depositan tus habilidades automáticas, tus aprendizajes, todos tus recuerdos experimentados, tus deseos más profundos y la esencia de tu personalidad única y excepcional.

En la actualidad, es imposible concebir el cerebro y nuestro funcionamiento sin la presencia de la mente inconsciente. Sin embargo, es común seguir albergando ideas algo sesgadas sobre lo que es esta área, esta dimensión tan decisiva en del ser humano. Hay quien sigue dando por sentado que es como un baúl en el que escondemos nuestros deseos ocultos, traumas o pulsiones.

De algún modo, es cierto que la perspectiva freudiana del inconsciente sigue calando en el ideario colectivo. Pero eso sí, lo hace de manera incompleta. Porque lo que no es consciente va mucho más allá de todo aquello que uno reprime. Sigmund Freud aportó al la ciencia y la psicología una visión más amplia y completa de este constructo psicológico.

A lo largo del siglo XIX, se veía este concepto como lo opuesto a la conciencia o la razón. Se asociaba al universo de la locura, de lo que está oculto y conforma poco más que el lado tenebroso de la psique. Ahora bien, en 1915 Freud publicó El inconsciente y en este trabajo aportó una definición innovadora y necesaria.

Lo describió como esa instancia de nuestra psique que engloba una parte amplia de nuestros procesos mentales y que además, está detrás de lo que hacemos, decimos o deseamos. Esa es la clave, ese su misterio y relevancia… Lo analizamos.

La mente inconsciente tiene el control de casi todo lo que haces

Para entender el poder y la trascendencia de la mente inconsciente, debemos tener presente un aspecto. El cerebro es un órgano hiperactivo que nunca descansa y que lleva a cabo multitud de tareas. Su gasto energético es enorme. Por tanto, necesita de un “aliado” que lleve a cabo tareas básicas por él de manera automática, sin que nuestra atención esté pendiente.

Debemos dejar a un lado la clásica idea de que esta dimensión se limita a albergar pulsiones y deseos ocultos. Lo que hace el inconsciente es ocuparse de buena parte del trabajo pesado del pensamiento. Por decirlo de un modo más sencillo, el cerebro necesita un procesamiento paralelo e inconsciente, porque no podemos ser conscientes de todo lo que hacemos en nuestro día a día.

Leer, conducir, ir en bici, escribir, saber que Moscú es la capital de Rusia, que After Dark es un libro de Murakami o que me gusta más el té verde que el té rojo son dimensiones que controla esta dimensión. En cuanto adquirimos un aprendizaje, se asienta un recuerdo o descubrimos algo que nos gusta, esa información queda automatizada y regida por la mente inconsciente.

La falsa sensación de control que tienes en todo lo que haces

Las personas tenemos la inocente sensación de que tenemos pleno control sobre todo lo que hacemos. Nos levantamos por la mañana, nos duchamos, cogemos el metro, vamos a trabajar, comemos, nos relacionamos, tomamos decisiones…  Como es de esperar, suponemos que la vida consciente es eso: desenvolvernos de manera eficaz en nuestra cotidianidad.

Sin embargo, buena parte de lo que hacemos responde a actos automáticos. Esto mismo ya lo demostró el padre de la psicología científica, William James. En el momento en que determinadas acciones o procesos se aprenden y realizan con frecuencia se vuelven automáticos. Tanto es así, que buena parte de lo que hacemos escapa a nuestro control consciente.

Un ejemplo, sabemos que las primeras 10 veces que un pianista ensaya una pieza musical, debe pensar en ella, focalizarse de manera atenta en la partitura. Ahora bien, al final, la acabará desempeñando de manera automática e inconsciente.

Tal y como demostró el psicólogo y Premio Nobel Daniel Kanheman, el cerebro tiene una cantidad limitada recursos cognitivos y necesita que una amplia parte de tareas sean automáticas e inconscientes…

La inteligencia también necesita de la mente inconsciente

Llegados a este punto, es probable que más de uno se haga una pregunta. Si actuamos casi siempre regidos por la mente inconsciente, ¿nos hace esto menos inteligentes? ¿Dónde queda nuestra capacidad de control para actuar de manera inteligente?

En este tema hay singulares matices que vale la pena entender. Trabajos de investigación como los realizados por la doctora Elizabeth Loftus, matemática y psicóloga de la Universidad de Stanford, nos indican algo importante. Todo proceso cognitivo necesita de la mente consciente y la mente inconsciente.

La inteligencia también debe echar mano de aprendizajes ya integrados, recuerdos y hasta de intuiciones. Es cierto que la cognición compleja necesita de planificación, razonamiento lógico, análisis profundo y un pensamiento consciente. Sin embargo, en esa artesanía psicológica de alto nivel, también debemos echar mano de lo que no es consciente y edifica también todo lo que somos.

Para concluir, concibamos el inconsciente como algo más que esa parte de la psique donde se esconde todo lo que reprimimos. Esta área también es una aliada de nuestra inteligencia.

lunes, 22 de agosto de 2022

El silencio de los corderos: su huella en el terror

El silencio de los corderos es la película de terror más exitosa hasta la fecha. Un film aterrador que ha envejecido extraordinariamente bien y que nos brindó al psicópata más famoso del cine: Hannibal Lecter.

Han pasado más de 30 años desde el estreno de la película de terror más exitosa entre la crítica: El silencio de los corderos (Demme, 1991). Hasta la fecha, se trata del único film de terror que ha logrado la estatuilla a mejor película, además del Óscar a mejor guion adaptado, mejor director, mejor actor y mejor actriz. Todo un hito en el género que, tres décadas después, no se ha logrado superar ni igualar.

A estas alturas, hablar de Hannibal Lecter es hablar del gran villano por excelencia, de la perfecta representación del psicópata en el cine. Y es que el legado de El silencio de los corderos va mucho más allá de la propia película, se han hecho secuelas y los personajes han dado pie a la creación de arquetipos.

Sin embargo, el paso del tiempo y algunas relecturas actuales le han pasado factura al largometraje de Demme. Parece que el personaje de Buffalo Bill resulta más polémico ahora que en los 90, aunque entonces tampoco estuvo exento de ella. ¿Qué ha pasado para que 30 años después la película vuelva a analizarse con lupa?

Resulta especialmente interesante ver la película desde una perspectiva actual. Normalmente, el cine de terror no suele envejecer demasiado bien -salvo excepciones- y ha sido constantemente abucheado por la crítica. Parece que el terror no es un género apto para Hollywood y la academia penaliza a los cineastas que deciden zambullirse en él.

Las claves del éxito

Podríamos decir que El silencio de los corderos fue, sencillamente, una película afortunada. Thomas Harris es, en realidad, la mente que se esconde tras el mito. Es el autor de la serie de novelas de Hannibal Lecter.

En 1986, Dino di Laurentiis estrenaba Manhunter, película inspirada en El dragón rojo. Sin embargo, el éxito no acompañó a la cinta y no se revalorizaría hasta mucho después gracias al éxito de El silencio de los corderos.

Al principio, no fue fácil conseguir que alguien en Hollywood se interesara por El silencio de los corderos; y no fue hasta 1991 cuando, al fin, pudimos ver la película que llevaría el terror a la cima. La suerte del film vino, en gran medida, de la mano del casting.

Aunque en un primer momento se pensó en Sean Connery y Michelle Pfeiffer para los papeles principales, la suerte querría que, finalmente, fueran a parar a manos de Anthony Hopkins y Jodie Foster. En la actualidad, nadie podría imaginar a otro Lecter y a otra Clarice -sin menospreciar a Connery y a Pfeiffer- pero es cierto que los protagonistas son parte del sello de calidad de la película.

Otro de los grandes aciertos del film es su sencillez. A diferencia de otros de terror, El silencio de los corderos apela al miedo racional, al miedo más realista que podemos imaginar. No necesita grandes efectos especiales ni maquillajes extravagantes para resultar absolutamente aterradora; al contrario, es una película que brilla por su simplicidad.

El argumento no es complejo, pero es profundo. La relación que se establece entre Clarice y Lecter atrae todas las miradas, incomoda y perturba, pero al mismo tiempo atrapa. Hay cierta tensión sexual en el ambiente, Lecter se siente atraído por Clarice, pero ella se mantiene firme, fría y, a su vez, frágil; pero es una fragilidad aparente.

Asimismo, la dirección nos brinda momentos brillantes como, por ejemplo, esa persecución final en la que vemos un dispositivo policial en el lugar equivocado o el momento en el que Clarice, aterrorizada, se encuentra atrapada en la oscuridad ante las gafas de visión nocturna de Buffalo Bill.

Esa escena parece anticipar películas como El proyecto de la bruja de Blair (Myrick, 1999) o REC (Balagueró y Plaza, 2007), filmes de terror que pusieron al espectador al otro lado de la cámara y aprovecharon la oscuridad para generar tensión. Clarice parece una presa indefensa, como esas que vemos en los documentales, esas que huyen de un depredador que puede ver en la noche.

Su sencillez y su realismo han hecho que algunos críticos hayan puesto en duda su género, quizás, por ser el gran repudiado por la crítica y porque los prejuicios, a veces, hacen difícil aceptar la realidad. Sin embargo, no hay duda de que El silencio de los corderos es puro cine de terror, totalmente bien ejecutado y, como decíamos, bastante afortunado.

Una mujer en un mundo de hombres

Sin duda, la interpretación de Jodie Foster como Clarice es una de las más notables de su carrera. Sin embargo, además de su gran trabajo, existen otros factores que nos invitan a conectar, de forma inmediata, con Clarice Starling. Factores que tal vez pasen desapercibidos en un primer visionado, pero que están ahí y Demme puso ante nuestros ojos con un objetivo claro: lograr diferenciar a Clarice del resto de sus compañeros masculinos.

La elección de Foster es acertadísima. Entonces, tenía apenas 29 años, una mirada fría, pero tierna y joven; elementos que aportan cierta empatía inmediata con el personaje. Sin embargo, el rasgo físico más destacable -y del que el cineasta se aprovechó enormemente- no es otro que su baja estatura.

Demme coloca estratégicamente a Clarice en escena, la pone frente a un buen número de compañeros masculinos de alta estatura. De esta manera, establece un claro contraste visual. Concretamente, vemos a Clarice vistiendo tonos grises-azules frente a un grupo de hombres vestidos de rojo, con sus respectivas acreditaciones y notablemente más altos que ella. Este contraste provoca en el espectador un instinto de protección, pero Clarice no necesita la ayuda de nadie.

De apariencia indefensa, pero sumamente inteligente, Clarice es una mujer atrapada en un mundo de hombres que deberá demostrar constantemente su valía y sobrevivir. Por desgracia, durante mucho tiempo y en algunos contextos, las mujeres han tenido que esforzarse el doble para estar a la altura de los hombres. La metáfora en el film es visual, pero fundamental.

De alguna manera, pese a su apariencia fría y frágil, nos inspira confianza. Una confianza que Lecter llevará a un plano morboso con tinte sexual pues, al fin, encuentra a alguien a su altura. Y es que Lecter, como Clarice, posee una mente brillante; la diferencia es que él encarna el mal, mientras Clarice es la representación del bien.

El silencio de los corderos: los psicópatas

El silencio de los corderos nos presenta a dos psicópatas que, pese a estar ligados por el crimen, se encuentran claramente diferenciados. Podríamos decir que son opuestos, que Lecter y Buffalo Bill tan solo tienen en común acabar con vidas inocentes. Ambos personajes nos resultan aterradores e incómodos, pero lo hacen por causas distintas.

Buffalo Bill nos asusta en movimiento, nos inquiera en sus actos, pues lo vemos capturando, asesinando y planeando su traje de piel de mujer. Sin embargo, Lecter nos pone los pelos de punta por su quietud, su elegancia y su mirada incómoda y penetrante. Lecter da más miedo maniatado, en cautiverio y con la boca cubierta que en movimiento.

Dos psicópatas, sí, pero totalmente distintos. Hannibal es inquietante, intrigante y extremadamente inteligente. La interpretación de Hopkins es brillante y causa más terror que cualquier posesión infernal, fantasma o monstruo que nos haya mostrado el cine. Causa terror por su frialdad, pero también por su realismo.

Por el contrario, Bill resulta aterrador, sí, pero también cómico. Destacan momentos como la escena en la que baila y se mira al espejo o la empatía que siente por su perrita Precious, pero no por una mujer a la que tiene encerrada. Es un personaje incómodo que nos aterroriza por momentos, pero es un terror distinto por los sentimientos contradictorios que despierta en nosotros.

Con los años, se ha tachado a Buffalo Bill de ser un personaje que representa la transfobia y, en realidad, esta lectura tiene algo de sentido si tenemos en cuenta los motivos de sus crímenes. Sin embargo, cabe destacar que el propio Lecter se encarga de recordarnos que Bill no es una persona transexual, sino alguien que se odia a sí mismo y que, tras haber fracasado en todo lo que se propone, se ha convencido de ser transexual.

No, Buffalo Bill no es transexual y no es una representación de ello a pesar de su motivación. Buffalo Bill no es otra cosa que un psicópata que cosifica a las mujeres y que, probablemente, si no hubiese sido atrapado, al haber fracasado en su intento por ser mujer, habría buscado cualquier otra excusa para seguir asesinando.

Tampoco hay que olvidar que la propia Jodie Foster es lesbiana y defensora del colectivo LGBT+; ella jamás habría participado en un film que promueve la transfobia por mucho que fueran los años 90 y no se hablara de ello. Además, si queremos hacer una lectura actualizada, tal vez cabría resumirlo en: una mujer en un mundo de hombres que lucha por atrapar a un asesino que cosifica a las mujeres.

De lo que no cabe duda es de que El silencio de los corderos, igual que hicieron películas como El Exorcista (Friedkin, 1973), vino para romper los moldes del cine de terror y dar paso a una nueva propuesta en el género.

Su huella es tal que Lecter ha seguido inspirando a prácticamente todos los psicópatas que hemos visto en el cine después de su estreno. Sin duda, un film escalofriante que nos muestra la peor cara del ser humano.

domingo, 21 de agosto de 2022

Los "amienemigos", una figura estresante en el trabajo

Si llevas un tiempo despertándote varias veces por la noche, es hora de tomar medidas. En este artículo hablaremos de qué puedes hacer para que estas interrupciones dejen de existir y tu descanso mejore.

Para entender las razones del hecho de estar despierto varias veces por las noches es necesario tener en cuenta que dormir es el descanso más importante para las funciones físicas y psicológicas del día a día.

Si no se cuida el sueño, es posible padecer efectos nocivos para la salud. Además, tenemos que lidiar con la agitada rutina diaria, la cual nos exige el máximo provecho del tiempo y más en este mundo globalizado y digital, que deja poco margen para el descanso.

Ahora bien, no todo está perdido. El primer paso para solucionar este problema nocturno es comprender cómo está nuestro estado de ánimo, si tenemos algún tipo de enfermedad o estamos pasando por situaciones estresantes, entre otras razones.

Es normal despertarse varias veces en la noche debido a que el cerebro atraviesa por distintos ciclos del sueño. El problema se presenta cuando este no se puede conciliar de inmediato, lo que sería signo de que existe un problema para que el cuerpo repose y se recupere, y más si esta situación persiste a lo largo del tiempo.

A continuación veremos cuáles son las principales razones por las que puedes estar despierto varias veces por las noches.

Razones por las que puedes despertarte varias veces en la noche

Despertarse varias veces durante la noche para ir al baño o mirar la alarma para ver que no ha sonado puede no interrumpir el proceso de recuperación del cerebro; incluso, puede que ni siquiera recordemos las veces que nos despertamos durante los ciclos del sueño.

El problema con el reposo onírico aparece cuando todas las noches nos despertamos, interrumpiendo los ciclos del sueño de manera persistente por un tiempo considerable y especialmente cuando nos cuesta conciliar el sueño nuevamente. Según lo anterior, es necesario prestarle atención porque es posible que sea síntoma de un problema más importante.

El proceso del sueño

El sueño tiene dos fases: sueño REM (sueño de movimientos oculares rápidos) y sueño no REM. El primero es la fase activa del sueño que le permite al cerebro estar activo y el segundo, conocido también como NREM, está dividido en cuatro etapas, que se presentan según el ciclo repetido de NREM seguido de REM. Este proceso ocurre de cuatro a seis veces, de siete a ocho horas.

Si nos despertamos en el desarrollo de alguna fase de los ciclos, el descanso se interrumpe y el proceso del sueño debe comenzar desde el principio, es decir, desde la primera fase NREM. Recordemos que los ciclos del sueño se repite cada 90 minutos, según el autor y profesor de Psicología David G. Myers.

Cuantas más veces nos despertemos en la noche, mayor es la probabilidad de perder nuestro descanso reparador, cuya consecuencia sería la perturbación de nuestro ritmo circadiano.

Principales causas

Una vez contextualizados con el proceso del sueño, pasemos a las principales razones del porqué se puede estar despierto varias veces por las noches:

  • Depresión: sus síntomas están alimentados por pensamientos negativos e ideas irracionales, preocupación excesiva, anhedonia y dolores musculares que influyen directamente en la calidad del sueño. El trastorno de la depresión puede generar exceso de insomnio, además de que se nutre del estrés de la vida diaria, especialmente, por lo que no se puede controlar.
  • Estrés: está estrechamente relacionado con la depresión. Los pensamientos obsesivos e intrusivos de los cuales no tenemos control están relacionados por lo general con síntomas físicos y mentales, que aumentan el estrés en el estado anímico de quien lo padece. La consecuencia más grave es que activa al organismo para enfrentar agentes estresantes, sean reales o imaginarios. Por ejemplo, la ansiedad de esperar un futuro que todavía no ha sucedido.
  • Conducta pesimista: en esta posición, el estado anímico está condicionado por sentimientos y pensamientos negativos y, generalmente, irracionales. Si las emociones no están reguladas es debido a la presencia de ansiedad, debido a la persistencia de mantener una conducta alimentada por ideación irracional.
  • Redes sociales: las visitas a las redes sociales pueden despertarte durante la noche o en la madrugada. La luz de las pantallas digitales interrumpe la producción de melatonina, conocida como la hormona del sueño, provocando su disminución y aumentando considerablemente el insomnio.
  • Bebidas alcohólicas: pueden causar ensoñación, pero también interrumpir el sueño. El alcohol tiene efectos sedantes, trabajo que compete al sueño REM. Las consecuencias serán que la persona despierte muy temprano en la madrugada.
  • Apnea del sueño: este trastorno impide respirar de forma adecuada durante la noche, lo que provoca despertar varias veces para inhalar aire.
  • Complicaciones médicas: aparte de las situaciones psicológicas, existen varias condiciones físicas que pueden interrumpir los ciclos del sueño. Por ejemplo, la fiebre, el malestar, el reflujo ácido, los problemas de tiroides y respiratorios, la deficiencia de vitamina D o beber mucho líquido antes de acostarse, entre otras.
Recomendaciones

Si no puedes conciliar el sueño al despertarte durante la noche, ten presente las siguientes recomendaciones:

  • Relájate para desactivar la ansiedad y el estrés. No te preocupes por el correr de las manecillas del reloj ni por el sol que en poco tiempo mostrará su brillante cuerpo, mantén la calma y con ello conseguirás que no se disparen los niveles de adrenalina. 
  • Realiza ejercicios de respiración o meditación: si llevas más de treinta minutos despierto, puedes optar por practicar ejercicios de respiración o de meditación que te ayudarán a relajarte y a combatir los pensamientos negativos e intrusivos y, por lo tanto, a la ansiedad y al estrés.
  • Intenta no encender ninguna pantalla antes de irte a dormir: no visites las redes sociales, deja tu móvil quieto y mejor céntrate en el punto anterior. Recuerda que la luz de las pantallas interfiere con la producción de la hormona del sueño, melatonina.
  • Haz ejercicios o estiramientos no muy exigentes con el propósito de que tu cuerpo se regule y relaje mediante la motricidad.
  • Limita el consumo de bebidas estimulantes antes de acostarte, como el alcohol, la cafeína, los energizantes, etc.
  • Si tienes sueño durante el día, procura tomar siestas únicamente en horas de la tarde, que no sobrepasen los 30 minutos.
  • Sé estricto con tu rutina diaria para respetar tus ritmos circadianos, los afectarás si los horarios de tu sueño son inconsistentes. Acuéstate y levántate a una hora fija con el propósito de proteger el tiempo que requiere el sueño reparador.
  • Recibe baños de sol para que ayudes a tu cuerpo a producir vitamina D. Quince minutos de exposición diarios es suficiente.
Para finalizar, si después de los puntos tratados te das cuenta de que sigues despertándote varias veces por la noche, no dudes en consultar con un especialista.

Lo primero será descartar un problema orgánico. Una vez hecho, recurrir a un psicólogo especializado en gestión de la ansiedad puede ayudarte mucho. A veces pasamos por alto trastornos que no creemos padecer y su diagnóstico es necesario para saber si padecemos tiroides, rasgos obsesivos o depresivos, entre otros.





sábado, 20 de agosto de 2022

¿Por qué algunas parejas tienen la necesidad de presumir sobre su relación?

Seguro que has visto a esas parejas que presumen todo el tiempo de su relación en sus redes sociales. ¿Conoces las motivaciones detrás de este tipo de comportamientos?

Es habitual que muchas parejas compartan en sus redes sociales fotografías, comentarios románticos y frases de cariño hacia el otro. Particularmente, esto parece ocurrir en mayor medida al comienzo de la relación. De hecho, hay incluso quienes utilizan sus fotos en pareja como su imagen de perfil personal. Y si bien este comportamiento tiende a mostrar la satisfacción que se experimenta dentro de la relación, existen otros motivos para presumir nuestra relación de pareja en las redes sociales.

En este artículo vamos a explorar esas motivaciones que nos llevan en ocasiones a sopreexponer nuestra vida en pareja en el mundo virtual.

¿Presumimos nuestra relación como forma de protegerla?

Una investigación reciente sugiere que teniendo en cuenta el potencial de interacción con personas nuevas que ofrecen las redes sociales, un posible motivo de este comportamiento es el deseo de proteger la relación de amenazas externas.

Es decir, por un lado, funcionaría como un aviso para potenciales pretendientes, pues cuando tenemos una foto de perfil con nuestra pareja, enviamos el mensaje de no estar románticamente disponibles. Del mismo modo, enviamos un mensaje similar respecto a nuestra pareja pues, de manera deliberada o no, informamos de que esta persona tampoco se encuentra disponible.

Así, esta investigación mostraría que en el acto de presumir a nuestra pareja en nuestras redes estamos evitando la aparición de “malos comportamientos”, como infidelidades o flirteos. Dicho de otra forma, este tipo de interacciones públicas en el escenario virtual puede ser a la vez evidencia de una profunda conexión, así como un vehículo en el que se manifiestan inseguridades acerca de la monogamia y la exclusividad sexo/afectiva.

No obstante, la misma investigación reveló que el hecho de tener una foto de perfil en pareja sí es un elemento disuasorio frente a la posibilidad de que un tercero intente algún tipo de acercamiento romántico. El mensaje de “persona no disponible” parece llegar con claridad al público objetivo.

¿Hasta qué punto es importante la validación de los demás?

Sin embargo, otras investigaciones han mostrado que presumir constantemente nuestra relación en redes como Instagram o Facebook puede ser un indicador de inseguridad, poca autoestima o tendencias narcisistas. Por un lado, puede que utilicemos la sobreexposición en redes para concentrarnos en los aspectos positivos de nuestra relación, en lugar de prestarle atención a aquellas cosas que nos están generando incomodidad o disgusto.

Así mismo, es posible que la publicación de este tipo de contenidos esté relacionada con el deseo de afianzar un vínculo que se percibe como frágil y del que no logramos sentirnos seguros. La necesidad de visibilidad y de likes puede denotar inseguridad y deseos de aceptación y validación por parte de otros. También es posible que se busque esta validación en los demás, pues no se está experimentando satisfacción y reconocimiento dentro de la pareja.

En cualquier caso, parece ser que lo más importante es la forma en la que usemos las redes sociales, pues pueden servir tanto para dar un espacio positivo a nuestra relación en el entorno virtual, como para disfrazar las inseguridades, camuflar los miedos y agotar el amor.

Sacándole provecho a las redes sociales

De este modo, es importante reflexionar sobre los motivos por los que decidimos presumir todo el tiempo de nuestra relación en redes sociales. Podemos plantearnos preguntas como: ¿hay algún vacío que queramos llenar con esta conducta?, ¿qué tipo de respuestas estamos esperando por parte de nuestros seguidores y amigos?, ¿sabemos cómo se siente nuestra pareja al respecto?, ¿él o ella tienen el mismo comportamiento?

Por supuesto, subir fotos con nuestras parejas no es malo; como ya vimos, puede ser una muestra de conexión y de confianza. Hacerlo cuando se está viviendo un momento especial o se está celebrando alguna ocasión importante puede permitirnos compartir ese momento con nuestros seres queridos.

Sin embargo, cuando solo lo hacemos para obtener validación externa, recibir likes o generar envidia en los demás, debemos empezar a preguntarnos sobre la satisfacción real que estamos experimentando con nuestra pareja o si hemos hecho de la relación una fachada que nos permite ocultar nuestras inseguridades.

Como en todo, lo importante es encontrar el equilibrio. Además de lo que ya se ha mencionado, no podemos olvidar que sobreexponer la vida privada en redes sociales puede ser peligroso, pues estamos dando demasiada información sobre nosotros, nuestra cotidianidad y nuestras rutinas a personas que pueden utilizarla con malas intenciones.

viernes, 19 de agosto de 2022

Cambiar de hábitos sin sufrir: claves para lograrlo

Cambiar de hábitos puede ser un proceso bonito, fluido y del que puedas llegar a disfrutar mucho con cada avance. ¿Quieres saber cómo lograrlo?

Como cada inicio de año, casi todos tendemos a marcarnos unas metas y propósitos que pretendemos cumplir en los próximos 12 meses. Es probable que la mayoría apunten a un cambio de hábitos, ya sea que deseemos enfocarnos en el cuidado del cuerpo, en el cultivo de una mentalidad más positiva o en una mejor capacidad de organización. Ahora bien, lo más probable es que una gran parte de nosotros abandonemos estos desafíos casi sin haber comenzado, y es que no somos conscientes de que se puede cambiar de hábitos sin sufrir.

Si piensas en el momento de comenzar estas transformaciones, probablemente vengan a tu mente palabras como esfuerzo, sacrificio, pereza, lucha, obligación… Un proceso que debería ser agradable e ilusionante se convierte en una imposición que asfixia y a la que terminamos detestando. ¿Cómo podemos hacer que esta vez sea diferente? Te proponemos algunas pautas.

1. Para cambiar de hábitos sin sufrir, busca un buen motivo

Encontrar un motivo válido y de peso es fundamental para tener éxito, ya que será esta razón primaria a la que acudiremos cuando nos entren dudas o queramos abandonar.

Lo mejor es que el motivo proceda de adentro y esté relacionado con el amor propio, el autocuidado y la autorrealización; no puede basarse en opiniones o exigencias ajenas.

Si quieres bajar de peso para evitar el rechazo social y ajustarte a los estándares, sentirás tu proceso como una monótona carga y lo afrontarás con rencor, vergüenza o culpa. En cambio, si tu objetivo es encontrarte bien, mejorar tu salud y ganar agilidad, te sentirás más conectado a este propósito.

Del mismo modo, si te planteas ampliar tu círculo social, es más fácil que lo consigas si verdaderamente deseas conocer y conectar con otras personas. Dar el paso, cuando en realidad tú no lo deseas, solo porque el resto tiene una activa vida social y te sientes diferente hará que tus intentos se sientan forzados y poco agradables.

2. Escoge el momento apropiado

Normalmente, comenzamos a cambiar de hábitos en ciertas fechas puntuales: al inicio de la semana, del mes o del año. Sin embargo, puede que estos momentos no sean los más adecuados para ti.

Has de abordar este reto en una etapa vital en la que te sientas tranquilo, confiado y motivado. Si te sientes triste, ansioso o excesivamente frustrado, trabaja primero estas emociones; no son el mejor punto de partida para comenzar ningún proyecto.

3. Cuida tus palabras

El lenguaje que utilizas tiene más poder del que crees, por ello lo mejor es que prestes atención a tus palabras. En primer lugar, deja de definirte. Si llevas mucho tiempo siendo de una determinada forma en un aspecto de tu vida, te habrás acostumbrado a etiquetarte así, y continuarás haciéndolo cada día casi de forma inconsciente.

“Es que soy muy perezoso”, “siempre dejo todo para última hora”, “soy muy despistado”, “tengo muy mal genio”, “me alimento fatal”… ¿Te suenan este tipo de expresiones? Bien, abandónalas, deja de pronunciarlas y de pensarlas, pues al hacerlo estás perpetuando la imagen de ti mismo que quieres dejar atrás; comienza a verte, a pensar y a hablar de ti como la persona en quien quieres convertirte.

Por otro lado, desecha expresiones como “debo” o “tengo que” cuando te refieras a los nuevos hábitos que quieres implementar, y sustitúyelas por otras que denoten deseo o voluntad y no obligación. Por ejemplo, en lugar de decir “tengo que salir a correr” di “voy a salir a correr”; en vez de afirmar “tengo que aprender a poner límites” di “quiero aprender a poner límites”. Estos pequeños matices marcan una gran diferencia.

4. Establece pequeñas metas fáciles de alcanzar

Si quieres cambiar de hábitos sin sufrir, asegúrate de establecer metas realistas que puedas alcanzar con facilidad y que te permitan irte premiando y reconociendo tus logros progresivamente. Buscar un cambio radical en un corto tiempo solo conduce a la frustración, la desesperación y el desánimo, y finalmente nos lleva a abandonar. Así, divide tus objetivos en pequeñas metas que funcionen como peldaños en tu escalera hacia tu nueva versión.

Intenta reconocer y valorar cada avance, no lo pases por alto o lo menosprecies, pues es de esta manera como podrás disfrutar tu proceso y no sufrirlo, sintiéndote cada día más orgulloso de ti. Para esto, puedes adoptar como rutina cada noche revisar tu día y anotar los objetivos que has cumplido.

5. Si quieres cambiar de hábitos sin sufrir, sé flexible

Esta última recomendación es, sin duda, de las más relevantes. Son precisamente la rigidez y la excesiva autoexigencia las que vuelven el cambio de hábitos una experiencia desagradable. ¿A qué nos referimos con que has de ser flexible? A que has de permitirte tropiezos, descansos en el camino e incluso algún retroceso. Debes saber que estos existirán y pueden ser incluso necesarios en ciertos momentos, no son sinónimo de fallo o fracaso.

Si un día no has podido hacer ejercicio, no pasa absolutamente nada; si hoy has vuelto a perder los nervios y levantar la voz en una discusión, sé compasivo contigo, esto no tira por tierra tu trabajo anterior. No siempre estamos en la disposición de actuar perfectamente, la vida sucede y hemos de adaptarnos; recuerda que un cambio de hábitos es de por vida y debe haber espacio para imprevistos, cambios de planes y excepciones.

En definitiva, un cambio de hábitos debe surgir de una profunda convicción, sostenerse en motivos personales y producirse en el momento adecuado, con calma y flexibilidad. Las prisas, las exigencias, la sensación de obligación son los peores enemigos de este proceso, los que lo convierten en un sacrificio en lugar de en un acto de amor propio. Por ello, cuida la posición y la perspectiva desde la que empiezas este camino; en realidad, puede ser el mejor punto de inflexión.

jueves, 18 de agosto de 2022

Diseño de dos grupos aleatorios: ¿en qué consiste?

Existen diferentes formas de diseñar un experimento, entre ellas encontramos el diseño de dos grupos aleatorios. ¿En qué consiste? Quédate y descúbrelo en este artículo.

El diseño de dos grupos aleatorios es una de las formas de llevar a cabo un experimento. Pero, exactamente, ¿qué es un experimento? Antes de entrar de lleno en el tema central del artículo, repasaremos un poco este concepto, pues es la base de los diseños de dos grupos aleatorios.

De manera sucinta, un experimento es una situación de control en la que se manipulan intencionalmente una o más variables independientes (causas) para analizar sus consecuencias sobre una o más variables dependientes (efectos) (Hernández-Sampieri, Fernández y Baptista, 2014).

Hay tres principios básicos que se deben tener en cuenta al planificar un experimento:
  • El principio de aleatorización.
  • El bloqueo o agrupación.
  • La factorización del diseño.
La aleatorización y el bloqueo sirven para asignar los tratamientos a las unidades experimentales. Por el contrario, la factorización es necesaria para definir una estrategia eficiente que permita seleccionar los tratamientos, sin tener en cuenta la posterior asignación a unidades experimentales (Condo y Pazmiño, 2015).

En los experimentos siempre habrá manipulación sobre una o más variables independientes, mientras que para las variables dependientes no habrá ninguna manipulación. ¿Por qué? Porque en ellas solo se mide el efecto de la intervención de la variable independiente.

Cuando existe una relación causal entre una variable independiente y una dependiente, al variar intencionalmente la primera, la segunda también lo hace. Por ejemplo, si el estrés es la causa del bajo rendimiento académico de los universitarios, al variar los niveles de estrés variará el nivel de rendimiento académico.

Para estudiar las variables independientes y dependientes, los investigadores forman varios grupos. A uno de ellos, al que recibe el tratamiento (la variable independiente), se le conoce como grupo experimental. Mientras que, al otro, que no recibe el tratamiento, se le conoce como grupo control -puede existir más de un grupo control-. Estos dos grupos básicos permiten comparar los efectos que tiene la intervención.

El diseño de dos grupos aleatorios

En un experimento, el diseño de dos grupos aleatorios es aquel en el que tanto la distribución de los participantes a los grupos (experimental y de control) como la asignación se realiza de forma aleatoria. Estos diseños se fundamentan en la lógica de que, si los grupos son iguales antes del tratamiento, las discrepancias halladas después de este se deberán a su efecto.

La esencia de este diseño es estudiar la influencia de una sola variable independiente sobre una dependiente, por lo que se suelen usar para comprobar hipótesis muy sencillas. La medición de la variable dependiente se puede realizar postratamiento o pre y postratamiento.

Diseño de dos grupos aleatorios con medida postratamiento

Para implementar este tipo de diseños se deben seguir los siguientes pasos:
  • Seleccionar una muestra lo suficientemente grande utilizando un muestreo aleatorio (probabilístico).
  • Asignar aleatoriamente los sujetos a los dos grupos. Se pueden conformar dos grupos experimentales o uno experimental y otro de control. Luego se realiza la asignación aleatoria del tratamiento a cada grupo.
  • Aplicar el tratamiento y realizar la medición de la variable dependiente después de haber administrado el tratamiento.
  • Analizar los datos obtenidos comparando ambos grupos.
  • Extraer las conclusiones y redactar el informe.
Diseño de dos grupos aleatorios con medida pre y postratamiento

Los pasos a seguir para utilizar este diseño son:
  • Elegir una muestra lo suficientemente grande utilizando un muestreo probabilístico.
  • Distribuir aleatoriamente los sujetos a los dos grupos. Se pueden conformar dos grupos experimentales o uno experimental y otro de control. Después se debe realizar la asignación aleatoria del tratamiento a cada grupo.
  • Medir la variable dependiente en ambos grupos antes de suministrar el tratamiento.
  • Aplicar el tratamiento y realizar la medición de la variable dependiente después del tratamiento.
  • Analizar los datos obtenidos comparando ambos grupos. La comparación se realiza sobre:
  • Las evaluaciones pretratamiento de cada grupo.
  • Medidas pre y post de cada uno de los grupos, para observar la influencia del tratamiento en cada grupo.
  • Medidas postratamiento de cada grupo, para contrastar la hipótesis.
  •  Extraer las conclusiones y redactar el informe.
Ventajas

El diseño de dos grupos aleatorios tiene dos grandes ventajas: garantiza la igualdad de los sujetos antes del tratamiento y permite ejercer gran control sobre las amenazas a la validez interna. También tienen las mismas ventajas que todo diseño aleatorio (Badii et al. 2007):

  • Permite flexibilidad completa (cualquier número de tratamientos y de repeticiones). Todo el material experimental disponible puede usarse.
  • El análisis estadístico es fácil (aún con diferentes números de repeticiones), o si los errores experimentales difieren de un tratamiento a otro.
  • Método de análisis aún sigue siendo sencillo, aunque haya perdida relativa de información.
  • El diseño es capaz de estimar el error estándar por unidad experimental (error experimental) con un mayor grado de precisión.
A modo de conclusión, los diseños experimentales permiten recrear situaciones en las que se pueden analizar los efectos que tiene una variable sobre otra.

Para esto, se puede usar un diseño de dos grupos aleatorios, ya que con ellos se estudia la influencia de una sola variable independiente sobre una dependiente y son muy útiles para comprobar hipótesis muy sencillas. Además, este tipo de diseños reduce costes de tiempo y análisis, debido a que solo se tiene que trabajar con dos grupos.

miércoles, 17 de agosto de 2022

9 trucos psicológicos para resistir la cuesta de enero

¿No sabes cómo resistir la cuesta de enero? Te facilitamos algunos trucos que puedes usar para no morir en el intento.

El mes de diciembre es sin duda el que genera mayores gastos. Sin importar que estemos al tanto de las deudas posteriores no tememos en gastar, gastar y gastar para hacer frente a las necesidades consumistas. Todo amanecer tiene su anochecer, de modo que cuando no nos controlamos terminamos por pagar sus consecuencias en enero.

Sin importar cuán precavido hayas sido en las fiestas decembrinas, enero es un mes complicado a nivel económico. Tener a mano estrategias de autocontrol financiero puede ser de gran ayuda para sobrevivir a él. Conoce los mejores trucos que hemos preparado para ti desde perspectivas psicológicas, para resistir la cuesta de enero y hacerle frente de la mejor manera.

Los trucos para resistir la cuesta de enero que te presentamos son muy fáciles de aplicar. Algunos de ellos giran en torno al sentido común, otros lo hacen de la mano de engaños psicológicos.

Si temes llegar a final de este mes te dejamos a continuación, algunas estrategias que puedes usar.

1. Abrígate al salir a comprar o comer

Un estudio publicado en 2019 en ACR North American Advances encontró que diferentes estímulos sensoriales tiene un impacto directo en los comportamientos de compra. Por ejemplo, el frío puede hacerte comprar más, así como estimular tu apetito. Puedes contrarrestar esta influencia abrigándote bien cuando hagas tus compras o cuando vayas a comer.

Se cree que el cerebro modifica el patrón de comportamiento con el ánimo de regular la temperatura. Esto debido a que los cambios metabólicos que se generan al digerir la comida inciden en la temperatura corporal. Estos hallazgos también pueden ser útiles para las personas con tendencia a la obesidad, el sobrepeso o los atracones.

2. Evita las tiendas o los pasillos con decoración roja

No es algo en lo que la mayoría piense, pero el color tiene un papel protagonista en el marketing. La decoración de los establecimientos y de los productos ha sido milimétricamente diseñada con el ánimo de que compres más. En este orden de ideas, un estudio publicado en 2006 en Management Decision relacionó el color rojo con un estímulo del apetito y de los patrones de compra.

No es la única investigación que ha asociado el color con estos comportamientos, de manera que se trata de un secreto a voces. Lo que puedes hacer para resistir la cuesta de enero es evitar las tiendas con una decoración excesivamente roja, así como aquellos pasillos con productos en los que predomine este color.

3. Haz las compras solo

Puede que sea algo en lo que hayas pensado, pero hacer las compras solo es otra de las maneras de resistir la cuesta de enero. El volumen de tus compras disminuye cuando así lo haces, ya que la compañía de un tercero puede motivarte a comprar más. Esto aplica a comida, ropa y demás; sobre todo cuando buscas justificar en alguien más un capricho que sabes que es innecesario.

4. Limita la cantidad de compras a una sola tienda

Esta es una de las tantas recomendaciones de los expertos para el autocontrol financiero, de manera que no puedes dejar de incluirla en tus trucos para resistir la cuesta de enero. Al hacer compras en diferentes tiendas, tu cerebro no es capaz de dimensionar lo que has gastado en la compra anterior, de manera que siempre terminas con un excedente.

No importa qué tan metódico seas con la gestión, en el momento creerás que puedes llevar más al sentir tu cesta “vacía”. Es un truco muy simple que para nada te limitará, al menos no si sabes elegir el lugar correcto. El volumen de una sola compra te hará más consciente de todo lo que llevas y de lo que estás gastando en un solo momento.

5. Sal siempre con una lista

Una lista es una herramienta imprescindible para resistir la cuesta de enero. Es algo que tiene en cuenta tus prioridades y lo que necesitas. También tu presupuesto disponible, de manera que evita comportamientos que puedan llevar a un desajuste de tus finanzas. No salgas de casa con la intención de comprar sin una lista preparada con antelación.

6. No compres cuando estés emocionado o hambriento

Si estás muy emocionado, el furor puede hacerte comprar más, en parte por las alteraciones que provocan en ti ese cóctel de hormonas en tu organismo (adrenalina, por ejemplo), lo mismo pasa cuando tienes hambre. Es más probable que compres cosas innecesarias cuando estás hambriento que cuando no.

Por otro lado, y como complemento, también evita hacer compras cuando no has descansado bien durante la noche. Los investigadores concuerdan en que la privación del sueño puede limitar tu toma de decisiones y el pensamiento crítico. Aplicado a este contexto puede comprar cosas que te lleven a arrepentirte después.

7. Paga con efectivo en vez de con tarjetas

La evidencia indica que gastamos más cuando lo hacemos con tarjetas que cuando lo hacemos con dinero en físico. Es cierto que nuestra economía está digitalizada, pero puedes hacer un esfuerzo al menos para que una parte de tus compras se haga en efectivo. Créenos cuando te decimos que es algo que agradecerás saber para resistir la cuesta de enero.

8. No busques descuentos

Lo primero que se te viene a la mente al momento de gestionar tus finanzas en enero es apelar por los descuentos, grave error. Los descuentos no buscan ayudarte, buscan aumentar tus compras para beneficiar a las empresas.

Un descuento puede hacerte comprar algo que no planeabas en un principio o exceder tu límite por no querer perder una oferta a prueba de tontos.

9. Mantente al tanto de tu situación financiera

Por último, y sin duda lo más importante, debes estar al tanto de tu situación financiera. Saber con qué dinero cuentas y cuáles son tus deudas te permitirá hacer compras responsables. Revisa tus finanzas con regularidad, en especial antes de cada compra, así condicionas a tu cerebro a ser consciente al momento de evitar compras innecesarias.

Esperamos que estos trucos para resistir la cuesta de enero te sean útiles. Úsalos todos en su conjunto y recuerda en especial que ceder algunas cosas, hábitos o caprichos durante unos días es un mal menor.

Si no lo estás pasando muy bien, aprende de la experiencia y procura ser en la próxima temporada decembrina un poco más cauto al momento de gestionar tu dinero.