lunes, 26 de abril de 2021

La discriminación a personas mayores: una realidad cada vez más común según la OMS

La discriminación, la crítica y el desprecio a las personas mayores aparecen cada día con más frecuencia, según la OMS.

Lo llamamos edadismo y se produce cada día y cada instante. La discriminación a personas mayores es una realidad evidente que no conoce fronteras, ni escenarios ni culturas. Curiosamente, se nos ha educado para reconocer el sexismo y las conductas racistas, pero lo cierto es que la discriminación por edad es algo que no siempre se ve y que se practica con frecuencia.

Es más, tal y como nos explica un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada dos personas en el mundo tiene conductas discriminativas hacia nuestros mayores. El dato es impactante y nos obliga a una seria reflexión. Pensar que la mitad del planeta ha criticado, infravalorado o menospreciado a una persona de edad avanzada nos envilece como sociedad.

Ahora bien, cabe decir que este fenómeno no es nuevo. Lo que sí es cierto es que en el actual momento es más evidente que nunca. La crisis sanitaria en la que nos encontramos debido a la pandemia, está sacando a la luz situaciones tan tristes como de clara injusticia. Ahora más que nunca, es necesario tomar conciencia y aplicar cambios, desarrollar estrategias para que la edad lejos de ser un problema se alce como un valor añadido.

¿Cómo se produce la discriminación a personas mayores?

El edadismo o la discriminación a personas mayores empezó a estudiarse en 1968. Se manifiesta por cómo pensamos (estereotipos), cómo sentimos (prejuicios) y cómo actuamos (discriminación).

Fue Robert Neil Butler, médico, gerontólogo y psiquiatra, quien se alzó como el pionero por excelencia en el campo de la investigación y defensa del colectivo de las personas mayores.

Su libro Human Aging sigue siendo toda una referencia para comprender esas prácticas discriminatorias que se dan a nivel individual, social e institucional. Ahora bien, hay algo que queda en evidencia. Este fenómeno ocurre desde hace décadas. Sin embargo, como bien señala el informe de la OMS, en la actualidad estamos viendo nuevas dinámicas que es importante considerar. Las analizamos.

Países con ingresos más altos discriminan más

En la encuesta World Values Survey analizada por la OMS quedó patente un hecho llamativo: los países con ingresos altos, curiosamente, tiene un grado de respeto más bajo hacia las personas mayores. Ahora bien, con esa falta de consideración nos referimos básicamente a los pensamientos y estereotipos que solemos alimentar respecto a la tercera edad.

De algún modo, nos dejamos llevar de manera inconsciente por determinados esquemas de pensamiento y prejuicios que ni siquiera llegamos a autocuestionarnos. Es lo mismo que sucede con el sexismo. Asimismo, la discriminación a personas mayores no deja de ser una ironía y una contradicción. En el 2050 se estima que el número de personas mayores de 60 años llegará a los 2 000 millones.

La discriminación a personas mayores y las ideas que reforzamos

La Universidad de Alberta en Canadá llevó a cabo un estudio en el 2019 en el que se demostró una vez más el grado de discriminación a personas mayores. Donna Wilson, la autora de este trabajo, señala que esta realidad es la forma más común de prejuicio y el problema está en que no nos damos cuenta de ello. Tampoco somos conscientes de su prevalencia ni del impacto que presenta.

Ahora bien, es muy probable que nos preguntemos cómo y de qué manera se ejerce este fenómeno. Para empezar, la discriminación por edad  se relaciona con los pensamientos que tenemos hacia este colectivo, así como los sentimientos y juicios al respecto. Estos serían algunos ejemplos:

  • Pensar que nuestros mayores no son capaces de aprender cosas nuevas, que son incapaces de usar el móvil, el ordenador…
  • Concebirlos como personas poco válidas, destinadas únicamente a tener que ser atendidas por los demás.
  • Dar por sentado que no pueden oír bien, que no entienden las cosas…
  • Asumir que ya no son útiles para la sociedad.
  • Las personas mayores no tienen representación en el mundo del cine y la televisión.
  • El edadismo se traduce también en barreras arquitectónicas. Las ciudades no están habilitadas para las personas mayores.
  • La desnudez y la intimidad de las personas mayores se considera antiestética. Su sexualidad está estigmatizada.
  • Por otro lado, es importante hablar del edadismo institucional. Ejemplo de ello es no dar oportunidades laborales a quien aún teniendo una edad, desean seguir trabajando. También es importante destacar la situación de vulnerabilidad que tienen muchos ancianos en las residencias.
El edadismo tienen un impacto psicológico

El edadismo va más allá de un simple prejuicio o pensamiento negativo, esta forma de discriminación se ejerce a través de muchos ámbitos. Un ejemplo, sabemos que llegada cierta edad, se limitan determinadas intervenciones y tratamientos médicos. Como bien podemos suponer, todo este conjunto de realidades discriminatorias no pasan desapercibidas para el adulto mayor.

Sentimientos de inutilidad, frustración, sensación de abandono, el trato paternal o incluso infantilizarlos acaba mermando su salud física y psicológica. Invisibilizar y discriminar a un sector tan significativo y amplio de nuestra sociedad dice muy poco sobre nosotros. Nuestros mayores son valor añadido, son una alianza para nuestro presente de quienes aprender y a quienes valorar por lo que hicieron y por lo que son.

En una sociedad cada vez más envejecida es momento de hacer cambios y avances. Un mundo que no da espacio, valor y atención a los adultos mayores no avanza, involuciona.

domingo, 25 de abril de 2021

Los niveles altos de testosterona vuelven a los hombres más egoístas

¿Cómo influyen los niveles altos de testosterona en los hombres? Un reciente hallazgo relaciona el poderoso efecto de esta hormona con el egoísmo y la tacañería de un hombre.

Nuestros comportamientos responden a motivaciones diversas. Y en el caso de las relaciones amorosas, por ejemplo, el egoísmo juega un papel crucial a la hora de que un vínculo amoroso sea satisfactorio y siga o no adelante. ¿Qué podría determinar que un hombre sea más o menos egoísta en un vínculo sentimental? La testosterona, ¿quizás?

Uno de los desequilibrios que con más frecuencia amenazan a las relaciones de pareja se produce cuando uno de ellos da mucho y el otro solo recibe, o recibe muy poco. Y es que una relación basada en el egoísmo por parte de uno de sus integrantes no puede funcionar si no se ataja, o más bien, si el miembro egoísta no es capaz de superar sus sentimientos profundos de inseguridad e insuficiencia para su pareja.

Amantes egoístas

A menudo, las parejas egoístas sufren por sentirse “inferiores” o inadecuadas, y para encubrir esa vergüenza, están internamente “quietos”, es decir, sin dar nada. Esto lo explica un informe publicado en la revista de psicología PsychOpen por parte de expertos, quienes exponen que para un amante egoísta, el amor es un recurso escaso, y a menudo, esconden algo que no quieren que salga a la luz y que les hace sentir muy avergonzados, por lo que buscan una pareja, sin duda, excepcional, que les pueda tolerar.

Sin embargo, este es el comienzo de un sendero que no toca transitar en este artículo, sino que nos vamos a centrar en un hallazgo sorprendente que, puede hacer que nos compadezcamos de los hombres más egoístas, ya no solo a nivel emocional, sino más tacaños en general.

¿Qué es la testosterona?

La testosterona es una hormona que se produce en la parte de los testículos en los hombres, y que afecta a su apariencia y desarrollo sexual. Estimula la producción de esperma, el impulso sexual, y también ayuda a desarrollar su masa ósea y muscular.

¿De qué es responsable la testosterona? En los hombres hace que la voz se profundice, el vello corporal crezca y los genitales se agranden durante la pubertad.

Los niveles de esta hormona masculina tienden a ser más altos cuando el hombre tiene alrededor de 20 años y disminuyen naturalmente con la edad. Sin embargo, niveles de testosterona demasiado altos o demasiado bajos pueden causar varios problemas; al igual que a las mujeres, quienes también crean pequeñas cantidades de la hormona en los ovarios y las glándulas suprarrenales, lo que les afecta su fertilidad y sus huesos y músculos.

Niveles bajos de esta hormona en los hombres

La producción de testosterona generalmente disminuye con la edad. Según la Asociación Estadounidense de Urología (AUA), aproximadamente 2 de cada 10 hombres mayores de 60 años tienen niveles bajos de testosterona.

Y, ¿cómo les afecta eso? Pues bien, tener bajos niveles de esta hormona supone un bajo deseo sexual, tener más fatiga, una masa muscular magra reducida, irritabilidad, disfunción eréctil, y hasta depresión. Sin duda, unas consecuencias que pueden tratarse, con la denominada TT o (terapia con testosterona). Pero, ¿y al contrario?

Niveles altos de testosterona en los hombres

¿Cómo puede afectarle a un hombre tener unos niveles altos de testosterona? Esto mismo es lo que acaba de descubrirse en un estudio realizado por el psicólogo Jianxin Oua de la Universidad de Shenzhen de China y sus colegas. En la investigación, publicada en el Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los investigadores reclutaron a 58 hombres y los dividieron en dos grupos, a uno de los cuales se le administró un gel de testosterona, y al otro un gel placebo incoloro hecho de agua y alcohol.

Después de un período de descanso de tres horas, a los participantes se les hizo una resonancia magnética, y se midió su actividad cerebral funcional en base a dos opciones: coger una determinada cantidad de dinero para ellos mismos (la opción egoísta), o una cantidad inferior para compartirla con su pareja. Y los resultados fueron muy reveladores.

Tal y como explica Jianxin Oua, la testosterona está asociada con un comportamiento agresivo tanto en animales como en humanos: “En el estudio, establecimos un vínculo entre el aumento de testosterona y el egoísmo en la toma de decisiones económicas; identificamos los mecanismos neuronales a través de los cuales la testosterona reduce la generosidad”, dijo.

La conclusión principal fue que la testosterona amortigua la actividad en una región del cerebro que se sabe que está involucrada en la consideración del bienestar de otras personas, así en los resultados detectaron cómo los valores de recompensa en la opción egoísta alcanzaron unos niveles muy superiores a la opción generosa.

sábado, 24 de abril de 2021

¿Cómo reconciliarte con un ser querido?

Si quieres reconciliarte con un ser querido, vas a tener que hacer un análisis de la situación. Entender muy bien qué ha sucedido y asumir qué puedes esperar del otro.

Reconciliarte con un ser querido es importante, e incluso necesario, precisamente por las dos últimas palabras de esa frase: es un ser querido. Si quieres a alguien, significa que esa persona tiene un lugar importante en tu vida. Un disgusto implica que ese lugar está ahora alterado, pero no ha desaparecido.

Mantener un conflicto por mucho tiempo llega a ser agobiante. Incluso si no tienes que abordar ese problema todos los días, de todos modos, está ahí como una inquietud latente que te provoca algún grado de malestar. De ahí que sea tan importante reconciliarte con un ser querido.

Hay varios factores que pueden hacer difícil esa reconciliación. A veces es el orgullo, otras veces la sensación de haber sido tratados de forma injusta o el dolor que ha quedado tras una discusión fuerte. En fin, los motivos son muchos. Por eso, algunas veces no sabes por dónde empezar. Entonces, ¿cómo reconciliarte con un ser querido? Es posible que las siguientes pautas consigan ayudarte.

Identifica y comprende tus sentimientos

Para reconciliarte con un ser querido es muy importante que te hagas consciente de tus verdaderos sentimientos. Lo primero es identificar las emociones asociadas a la situación que dio origen a la discusión o al distanciamiento. ¿Hay ira o dolor? ¿Por qué? Trata de precisar todo esto de la forma más exacta posible.

Todavía debes identificar los sentimientos globales que tienes frente a esa persona querida. ¿Por qué sientes afecto por esa persona? ¿Qué valoras de ella? ¿Por qué es valioso el vínculo que os une? Al responder a todas estas preguntas obtienes un panorama de tu disposición emocional frente a ese ser querido. Esto ayuda a aclarar el camino a seguir.

¿De verdad quieres reconciliarte con un ser querido?

Para reconciliarte con un ser querido es necesario que seas honesto contigo mismo. ¿De verdad quieres reconciliarte o solo quieres eliminar el peso de la culpa? ¿En verdad valoras la relación que tienes con esa persona o solo te hace falta por fines prácticos?

Para que puedas reconciliarte con esa persona con la que tienes un conflicto es muy importante que en verdad quieras hacerlo. Si no lo deseas plenamente, pregúntate qué te lo impide. Recuerda que no se trata tan solo de reiniciar el vínculo, sino de sanar las heridas e incluso de evolucionar en esa relación.

El difícil camino del perdón

El perdón es un proceso complejo. Implica al menos cuatro aspectos: elaborar el dolor que ha dejado una situación de conflicto; comprender lo sucedido, tanto desde el punto de vista propio, como desde el punto de vista ajeno; reconstruir el sentido de la relación y superar el rencor.

Como ves, no es nada fácil. Cuando las ofensas no han sido tan graves, es posible que todo esto se logre sin mayores tropiezos o dificultades. En cambio, si el motivo del conflicto fue algo más serio, quizás te tome un tiempo desarrollar este proceso. Lo ideal es que antes de buscar la reconciliación, tengas claro que estás dispuesto a perdonarte y a perdonar.

Respetar los tiempos y buscar el momento

¿Quién debe tomar la iniciativa de la reconciliación? En el fondo, nadie tiene la obligación de hacerlo. Una reconciliación es un acto de voluntad que no tiene por qué darse. Ahora, si eres tú quien decide acercar posturas, recuerda que es tú decisión, que el otro no está obligado a seguirte. Puedes anticipar una reciprocidad, pero está no tiene por qué darse.

Por otro lado, si sientes que has logrado comprender las cosas y que también has conseguido decantar tus emociones, lo más probable es que ya estés listo para reconciliarte con un ser querido. Si te hace mucha falta, pero aún no logras “tragar” lo sucedido, es posible que todavía necesites algo de tiempo. No apresures, pero tampoco detengas lo que fluye por sí solo.

La franqueza y el afecto

La mejor manera de reconciliarte con un ser querido es buscando aproximaciones con esa persona y siendo empático con ella. A medida que te acercas vas a notar si en esa persona también hay un ánimo de reconciliación o no. No te apresures.

A veces también es necesario plantear abiertamente un encuentro para hablar. Ocúpate de compartir tus sentimientos y reflexiones, pero elige referirte solo a lo que te compete a ti. No aventures interpretaciones sobre los demás. Habla de lo que te dolió o te molestó y de las razones por las que esa persona es importante en tu vida y quieres volver a estar cerca de ella.

Debes escuchar intentando dejar a un lado las ideas preconcebidas y respetar lo que el otro tenga para decir. Si surge alguna desavenencia, lo mejor es callar y analizarlo después. Es posible que reconciliarte con un ser querido te lleve más de un encuentro, que nos sea una tarea sencilla; en última instancia eres tú quien tiene que decidir si merece la pena.

viernes, 23 de abril de 2021

La persona anuladora: 5 rasgos

La persona anuladora suele enfocar su neurosis en quienes se muestran vulnerables o con dificultades de asertividad. Su juego consiste en hacer que se sientan incapaces, para que se vuelvan dependientes y manipularlas.

Una persona anuladora es aquella que tiene por costumbre bloquear o minusvalorar a los demás. No es una categoría clínica como tal ni tampoco un diagnóstico, sino un perfil que incluye rasgos bien delimitados, por lo cual es posible diferenciarlo de otros.

Como el nombre lo indica, la persona anuladora realiza acciones que borran o diluyen a los demás. No siempre lo hace de forma directa o explícita, sino que a veces roe de manera sutil, de tal modo que quienes le rodean terminan sintiéndose mal consigo mismos o poniéndose al margen, sin saber muy bien cómo o por qué.

La persona anuladora no corresponde estrictamente a un caso de narcisismo patológico, pero sí se le parece mucho. Su elemento distintivo es el de querer sobresalir y la manera para lograrlo es disminuyendo a los demás. Incluso las personas equilibradas y asertivas tienen dificultades para ponerles límite. Sus principales características son las siguientes.

1. Proyecta sus defectos

La persona anuladora está continuamente a la caza de errores o defectos en los demás. No va a perder oportunidad para remarcar cualquier equivocación o vacío que tengan los otros. A veces lo hace de forma directa, pero es más común que se valga de sutilezas o insinuaciones.

Lo más curioso es que con frecuencia acusan a los demás de lo mismo que ellos hacen. Por ejemplo, no es raro que le digan a otro: “Parece que tú siempre estás viendo los defectos en los demás y no sus virtudes”. Ellos no hacen otra cosa; sin embargo, en ellos, no lo ven. En una palabra: proyectan.

2. Rara vez le dan la razón a los demás

Otro de los rasgos de la persona anuladora es que le gusta plantear debates innecesarios, pero sobre todo contradictorios. Emplea el contrapunteo para darle un mensaje a los demás: nunca tienen la razón. Por supuesto, ellos mismos sí la tienen siempre.

Les gusta el debate, la confrontación y por eso defienden con frecuencia posturas en las que en realidad no creen. No dejan hablar a los demás, sacan argumentos de todas partes, buscan que el otro se quede en silencio. Mañana pueden defender la posición opuesta con la misma vehemencia.

3. Es competitiva en exceso

Lo malo no es que la persona anuladora sea excesivamente competitiva, sino que casi nunca compite de la manera más leal. Su objetivo no es ganar en algún terreno y demostrar que tiene más capacidades que otros. El propósito que mueve a este tipo de personas es lograr que los demás pierdan.

Así pues, no le interesa tanto ganar como lograr que otros prueben el sabor de la derrota. Por eso, tienen el hábito de criticar absolutamente todo lo que hacen y dicen los demás. “¿Estás estrenando calcetines? Lástima que no sean de los que absorben la transpiración, como estos que traigo puestos”. Así operan: descalificando a los demás, casi con condescendencia.

4. Narcisismo, un rasgo de la persona anuladora

Es obvio que las personas anuladoras tienen rasgos narcisistas bien marcados. Eso sí, no son del tipo narcisista que se conforma con autoexaltarse a toda hora y ufanarse de lo que hace o no hace. No. Estos necesitan, sí o sí, minimizar a los demás. La comparación continua es su arma favorita.

Este es el tipo de personas que se pone a sí mismo como ejemplo de todo lo bueno, acertado, inteligente y extraordinario. Acto seguido, le recuerda a los demás que están por debajo, al menos desde su perspectiva. Si alguien dice “He tenido problemas para manejar esa aplicación”, el anulador salta para señalar, “Por Dios, pero sí es muy sencillo. Yo conozco muy bien esa aplicación y es de las fáciles”.

5. Falsa solidaridad

Aunque parezca contradictorio, la persona anuladora muchas veces ayuda a otros con el fin de minimizarlos. La solidaridad se basa en el hecho de que una persona está en apuros porque algo lo desborda, en alguna medida. Otro, entonces, le ayuda a superar el impasse, bien sea por principios o por afecto.

Las personas anuladoras ayudan a los demás para situarse en una situación superior, pero, sobre todo, para que quienes reciben ese “beneficio” se sientan inferiores y sientan que necesitan más apoyo. No buscan que el otro supere su dificultad, sino que reafirme su problema. “No te preocupes, yo lo hago por ti. Sé que no sabes hacerlo”.

Casi todos hemos tenido que tolerar a personas de este estilo. Si se pueden ignorar, mucho mejor, pero a veces justo se trata de alguien a quien tenemos que frecuentar. En esos casos, hay que ponerles límites. Si no sabes cómo, quizás necesites desarrollar algunas habilidades y un psicólogo puede ayudarte con eso.

jueves, 22 de abril de 2021

Neurastenia, el cansancio inexplicable: ¿en qué consiste?

Cansancio extremo, cefaleas, sensación de debilidad... La neurastenia es una realidad clínica descrita hace más de un siglo y que sigue llenándonos de dudas.

Agotamiento extremo, dolor de cabeza, mareos, hipotensión, dolor de estómago, náuseas… La neurastenia se describió por primera vez en 1829 para definir una enfermedad de los “nervios”. Cabe señalar que durante más de un siglo tuvo gran relevancia en el ámbito clínico y psicopatológico. Eran muchas las personas que la padecían…

Los antiguos “alienistas”, es decir, los médicos especializados en psiquiatría, señalaban que aparecía en varios colectivos muy concretos. El primero eran las esposas de granjeros, las cuales solían pasar largas temporadas en soledad trabajando sus tierras. También los hombres de negocios evidenciaban estos síntomas. Era tan llamativa esta condición que William James la denominó irónicamente como “americanicitis”.

Con ello, intentaba describir el estado de estrés y de sobrecarga que padecía buena parte de la sociedad estadounidense. Ahora bien, lo cierto es que los países asiáticos siguen teniendo muy presente esta realidad clínica. Tanto es así que la han catalogado en su clasificación china de trastornos mentales (similar a nuestro DSM-V) como shenjing shuairuo, una dimensión psicológica vinculada al cansancio más acusado.

Neurastenia: definición, síntomas y causas

Cabe señalar algo importante. La neurastenia es un concepto ya obsoleto que no se incluye en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud lo sigue reconociendo, así como la CIE-10 y países ya citados, en este caso, China. Para comprender la complejidad de este trastorno vale la pena profundizar en algunos aspectos.

El primero es que, a lo largo del siglo XIX, los psiquiatras se sintieron muy interesados por la neurastenia. George Miller Beard fue el neurólogo que popularizó este término en 1869 (a pesar de estar descrito anteriormente). Lo definió como una inusitada e irritante debilidad que se manifestaba con una fatiga crónica ideopática (es decir, con causa desconocida). Conozcamos los síntomas.

Sintomatología asociada

La neurastenia aparece después de un esfuerzo. Es entonces cuando el cuerpo entra en un estado de agotamiento físico y psicológico desmedido. Es decir, la tarea realizada no es lo suficientemente intensa para ese desgaste sobredimensionado. Asimismo, cursa con las siguientes manifestaciones:
  • Cefaleas intensas que pueden derivar a veces en migrañas.
  • Dolor muscular.
  • El agotamiento es muy intenso, sin embargo la persona se siente incapaz de acostarse y conciliar el sueño. El insomnio puede ser por tanto una constante.
  • Aparecen dolores de estómago y alteraciones intestinales (gases, diarreas).
  • Pueden aparecer desmayos o vómitos.
  • Irritabilidad.
  • Trastornos de pánico.
  • Problemas para pensar con claridad.
  • Fallos en la memoria.
Todos estos síntomas tienen un mínimo de duración de 6 meses (con mayor o menor intensidad y además, apareciendo unos síntomas y no otros).

¿Cuáles pueden ser las causas?

Neurastenia, neuromiastenia epidémica, enfermedad del Hospital Royal Free, enfermedad de Akureyri, poliomielitis atípica, enfermedad de Islandia, síndrome de Da Costa o del corazón irritable… Esta condición recibe muchos nombres y si bien es cierto que no aparece en el manual de diagnóstico y trastornos mentales, son muchos los países que le dan espacio, validez y relevancia.

La Universidad del País Vasco (España) le dedicó un estudio en el 2019. Señalan que esta sintomatología aparece con frecuencia en atención primaria. De hecho, se sospecha que podamos estar ante enfermedad con repercusión multisistémica, es decir, hay muchas variables que podrían confluir en la neurastenia.

En buena parte de los casos, suelen diagnosticarse dos condiciones clínicas: depresión y fatiga crónica. Asimismo, en el 2015 la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (Instituto de Medicina) definió la neurastenia como enfermedad de intolerancia al esfuerzo. Es decir, hay personas que al realizar cualquier actividad, por nimia que sea, evidencian una sintomatología física y psicológica adversa.

En la actualidad se le considera como un trastorno somatomorfo

Tal y como hemos señalado, la neurastenia es un término en desuso para buena parte de la comunidad científica. Así, y aunque la CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades) sigue dándole presencia, lo cierto es que en la actualidad se vincula directamente a los trastornos somatomorfos.

Es decir, un trastorno somatomorfo es un cuadro clínico en el que aparecen diversas enfermedades o síntomas que no pueden ser explicados por alteraciones orgánicas subyacentes. De ese modo, factores como el cansancio extremo y la baja energía son siempre dos elementos que integran esta categoría clínica.

Sea como sea, hay algo evidente. Podemos seguir aceptando la neurastenia como condición o no, porque la etiqueta clínica es al fin y al cabo, lo menos importante. Lo más determinante desde un punto de vista psicológico y también médico es saber qué desencadena esa sintomatología.

Sigmund Freud ya hablaba en su día de una depresión. Los alienistas de principios del siglo XIX describían a sus pacientes como personas que cargan sobre sí mismas muchas preocupaciones. Por otro lado, y vistas las manifestaciones orgánicas, se ha podido comprobar que muchas personas padecen además problemas hormonales, sistemas inmunitarios deprimidos o incluso anemias.

Es decir, no podemos separar las enfermedades orgánicas de los problemas psicológicos. Los estados de estrés y ansiedad suelen estar detrás en muchos casos de los trastornos somatomorfos. De ahí que enfoques como la terapia cognitiva-conductual y, en ciertos casos, la administración de ansiolíticos suelen dar siempre buen resultado.

Para concluir, más allá de las terminologías, están las necesidades. No dudemos nunca en solicitar ayuda experta ante cada problema, ante cada molestia, angustia o inquietud que enturbia la vida.

miércoles, 21 de abril de 2021

La falta de calidez parental puede derivar en conductas antisociales

Una educación autoritaria y severa deja secuelas en los niños. En ocasiones, la falta de afecto en la infancia puede traducirse el día de mañana en un mayor riesgo para desarrollar conductas antisociales.

Gritos. Reprimendas. Castigos físicos. Frialdad emocional y desapego. Las críticas constantes y las órdenes con muy poco margen. Todas estas dinámicas en la crianza y la educación dejan un poso emocional en ese niño que tiene la mala suerte de llegar a un hogar en el que la falta de calidez parental es una constante. Ahora bien, si duras son las vivencias, igual de llamativas son las consecuencias.

Nadie sale indemne de una infancia infeliz. Menos todavía de un pasado marcado por el autoritarismo y la ausencia de un amor que valida, que arropa y lleva de la mano, en cada paso, con cariño imperecedero. Hay quien llega a la adolescencia e incluso la supera con un estrés postraumático no resuelto.

Ahora bien, algo que nos dice la ciencia al respecto es que crecer en un entorno marcado por la severidad puede elevar el riesgo del desarrollo de conductas antisociales. Analizamos este dato a continuación.

La falta de calidez parental en la infancia deja secuelas

La verdad es que no podemos llegar a imaginar el impacto que tiene la falta de calidez parental en la infancia. El dato es tan relevante y abarca tantas dimensiones que disponemos de estudios de todos los ámbitos y campos de la salud.

Un ejemplo, la Universidad de Michigan demostró en un estudio que los hogares disfuncionales y en las familias en las que los niños estaban descuidados emocionalmente, los pequeños tenían un riesgo más elevado de padecer obesidad.

Son contextos en los que además del abandono afectivo se descuida la alimentación. Los niños terminan recibiendo una dieta más deficitaria, rica en azúcares, grasas saturadas, exceso de carbohidratos… Es decir, toda situación de negligencia tiene un impacto tanto a nivel físico como psicológico. Así, en lo que se refiere a la falta de calidez parental y al desarrollo de la personalidad y conducta del niño hay datos muy reveladores.

El autoritarismo y la frialdad emocional

La Universidad Estatal de Michigan y el equipo dirigido por la doctora Alexandra Burt realizaron un trabajo de investigación que se ha publicado hace muy poco. En él se intentaba comprender las consecuencias que podía tener una educación autoritaria y la falta de afecto o calidez emocional en el desarrollo de los niños.

Para ello se hizo un seguimiento de unas 2 500 parejas de gemelos monocigóticos y dicigóticos, junto a sus progenitores. Así, y a lo largo de varios años, pudieron observarse esos casos en los que los padres ejercieron el autoritarismo e incluso llegaron a ejercer la violencia física. La ventaja de tener el foco puesto en los gemelos fue clave.
  • Había gemelos que crecieron de manera separada. Otros en cambio, aun creciendo en un mismo hogar, experimentaron a nivel familiar un trato diferenciado: mientras unos recibieron un afecto cálido, otros llegaron a sufrir maltrato.
  • Así, algo que pudieron demostrar los investigadores es que el comportamiento de los niños no depende siempre de factores genéticos. El ambiente es lo que más modela el comportamiento y personalidad.
  • El hermano (gemelo) que había sufrido falta de calidez parental tenía un riesgo mayor de evidenciar comportamiento antisocial en la adolescencia. El otro gemelo que había tenido el afecto de los padres mostraba una conducta más ajustada.
  • Asimismo, también pudo verse otro detalle. Aquellos niños que habían experimentado menos calidez parental eran más propensos a la frialdad emocional y a una empatía más baja.
La falta de calidez parental y la teoría de seguridad emocional de Cummings y Davies

A la hora de hablar de la conducta violenta o el comportamiento antisocial, se habla muy a menudo de los aspectos genéticos. Bien es cierto que a veces podemos hablar de variables biológicas en determinados comportamientos poco ajustados o violentos. Sin embargo, hay un factor de peso que esculpe en mayor grado el tipo de persona que llegaremos a ser el día de mañana.

La educación, el contexto en el que crecemos, la crianza y la falta de calidez parental lo es todo. Un ejemplo, la teoría de la seguridad emocional de Cummings y Davies (1995) describe la relevancia de esa calidez emocional para el buen desarrollo de los niños. Un afecto constante, seguro y que valida favorece el ajuste interno de la persona.

Cuando se establece una vinculación positiva y enriquecedora entre los progenitores y sus hijos, el niño evidencia un mejor ajuste emocional, una personalidad más saludable y una autoestima más fuerte. La carencia de todos estos factores deriva tanto en un desajuste interno como externo:
  • Los problemas de ajuste interno son aquellos que afectan al aspecto psicológico y emocional, tales como trastornos de ansiedad, hiperactividad, somatización, depresiones, etc.
  • Por otro lado, la falta de ajuste externo se relaciona con trastornos de conducta como la agresividad, el comportamiento delictivo y la conducta antisocial citada en el anterior estudio.
Para concluir, pocas cosas son más necesarias que favorecer una crianza basada en ese afecto nutritivo con el que dar al mundo personas saludables psicológicamente, seguras de sí mismas y sobre todo conocedoras de ese amor que da seguridad y no incertezas.

martes, 20 de abril de 2021

El mito de Rómulo y Remo, los fundadores del Imperio

El mito de Rómulo y Remo es el mito de la fundación de Roma y del Imperio Romano. Nos habla de descendientes de dioses y reyes que tienen un destino infausto, pero al final se convierten en los iniciadores del más grande imperio de la época.

El mito de Rómulo y Remo narra el origen y la fundación del Imperio Romano, el cual según los historiadores tuvo lugar en el año 753 antes de nuestra era. Esta historia tiene mucho de leyenda, pero está registrada en los anales de la época. Sin embargo, sus bases son confusas y contradictorias, por lo que no se les da credibilidad plena.

Hay grandes historiadores que han hecho referencia al mito de Rómulo y Remo. Dentro de ellos están Plutarco, Dionisio, Tito Livio y Lucio Aneo, entre otros. Todavía no hay consenso entre los expertos sobre si la leyenda tiene base real.

Hay que anotar que el mito de Rómulo y Remo es romano, como resulta obvio, pero también existe una versión griega del mismo. Según esta última, Roma habría sido fundada por los griegos. Sin embargo, tal versión está llena de inconsistencias y no sobrevivió ni siquiera como leyenda.

El origen del mito de Rómulo y Remo

Dice el mito de Rómulo y Remo que todo comenzó con Eneas, héroe de la Guerra de Troya, quien escapó de la misma después de 10 años de conflicto. En su fuga, perdió a su esposa Creúsa, pero logró salvar a su padre y a su hijo Ascanio. Este último fundó una urbe llamada Alba Longa y fue su primer rey.

De su descendencia, cuatro siglos después, reinó un hombre llamado Numitor. Este fue traicionado por su hermano, quien lo destronó y mató a todos sus hijos varones. Solo quedó viva una hija mujer. El homicida, temiendo que ella pudiera engendrar un hijo que vengara la afrenta, la consagró a la diosa Vesta. Al hacer esto, la joven debía hacer votos de castidad de por vida.

Según el mito de Rómulo y Remo, Marte, dios de la guerra, quedó prendado de la muchacha. En una ocasión la joven visitaba un jardín dedicado al dios y este aprovechó un descuido y la tomó por la fuerza. De esa unión la mujer, llamada Rea Silvia, quedó encinta.

Los gemelos

Rea Silva quedó esperando unos gemelos. Cuando el hombre que había traicionado a su padre se enteró de que ella estaba embarazada, la encerró y les ordenó a los criados que mataran a los hijos en cuanto estos nacieran. Sin embargo, estos desobedecieron la orden y en cambio de ello pusieron a los gemelos en una cuna y la dejaron flotando en el río.

Cuando el nivel del agua subió, la cuna llegó a una zona seca. Una loba llamada Luperca se acercó a beber y vio a los pequeños. Ella los recogió y los amamantó en su guarida, que estaba ubicada en el monte Palatino. De este modo, los gemelos sobrevivieron. Es de anotar que en el latín el término “loba” o “lupa” también se usaba para designar a las prostitutas.

Poco después, los gemelos fueron hallados por un pastor que los adoptó como si fueran sus propios hijos, junto con su esposa. Los niños se convirtieron también en pastores y, en sus faenas, un día Remo fue raptado y llevado ante el hombre que había destronado a su abuelo. Allí el joven se enteró de su verdadero origen. Una vez liberado, se lo contó su hermano y entre los dos lucharon y le retornaron el trono a su abuelo.

La fundación del Imperio Romano

El mito de Rómulo y Remo señala que los gemelos, sabiéndose hijos de un dios, decidieron fundar su propia ciudad. Marcharon hacia el punto en donde habían sido hallados por la loba para iniciar allí un reino propio. Sin embargo, no lograron ponerse de acuerdo sobre dónde debía quedar la nueva urbe y quién debía reinar primero.

Para terminar con la discusión, acudieron a una costumbre etrusca: el que viera más buitres en vuelo sería el ganador. Rómulo divisó 12 buitres, mientras que Remo solo vio 6. Rómulo, entonces, decidió que la nueva ciudad se erigiría sobre el monte Palatino y trazó los límites, ordenando que nadie debía traspasarlos.

Remo, que había quedado inconforme con la situación, desobedeció la orden de su hermano y atravesó la frontera. Fue entonces cuando Rómulo mató a su hermano y se convirtió en el primer gobernante de la que desde ese momento sería la ciudad eterna.