martes, 7 de septiembre de 2021

Bloquear o borrar personas: la fría estrategia para terminar relaciones

Todos, de algún modo, hemos hecho uso del botón “bloquear o borrar amigos” en nuestras redes sociales. A veces es higiénico y hasta necesario. Sin embargo ya no lo es tanto cuando se convierte en la fría estrategia para terminar una relación afectiva o una amistad. Basta un solo click para desaparecer, para establecer distancia y silencio sin tener que dar explicación alguna.

Las redes sociales, lo queramos o no, son a menudo un reflejo de nuestra vida real. Más aún, en cada like, en cada palabra escrita o foto publicada queda impresa una pincelada de nuestra personalidad. Esos algoritmos virtuales son reflejos de nuestra esencia y comportamiento. Lo saben los desarrolladores y lo sabemos nosotros. Por tanto, nada de lo que sucede en estos escenarios es casual.

Así, el fenómeno del “unfriend”, no amigo o persona que elegimos borrar o bloquear de nuestra red social, es algo cada vez más estudiado por los psicólogos y creadores de estos mundos informáticos. ¿La razón? Desde que en el 2009 se creara el botón “unfollow” en facebook su uso no ha hecho más que crecer. En estas plataformas no solo se mimetiza los mismos fenómenos sociales que nos rodean. Además, están cambiando el modo en que nos relacionamos. Veamos más datos a continuación.

Bloquear o borrar personas un comportamiento social útil en algunos casos
En los últimos años, el comportamiento de los usuarios de Facebook o Twitter está cambiando. Podríamos decir que, de algún modo, estamos madurando. En la actualidad ya no se valora tanto el tener muchos amigos. Esa línea tan común de hace un tiempo donde acumulábamos centenares de amigos en las redes sociales se está terminando. Esto se ve sobre todo en personas mayores de 30 años, quienes quieren dar ya a sus redes sociales un uso más serio y profesional.

Por tanto, la estrategia de bloquear o borrar personas no es solo adecuada, sino necesaria en muchos casos. Con esta acción se evitan a los clásicos spammers, es decir, usuarios molestos o poco afines a cada uno que incomodan o simplemente, no gustan. Intentamos con ello separar el grano de la paja. Aún más, con esta acción venimos a su vez a reafirmar lo que se conoce como la teoría del número Dunbar.

Esta propuesta fue definida por el antropólogo Robin Dunbar en los años 90. Según él, las personas podemos llegar a tener relaciones más o menos significativas con no más de 150 personas. En ellas podemos incluir también a esos usuarios con los que interaccionamos de forma habitual (y enriquecedora) en redes sociales, aún sin conocerlos en persona.

Por tanto, en la actualidad somos cada vez más dados a utilizar filtros en estos mundos virtuales para armonizar nuestra vida. Hemos dado un paso adelante, y la mayoría busca ya el mismo equilibrio en la vida real que en las redes sociales.

Bloquear y borrar amigos: terminar relaciones significativas con un solo click

Sabemos ya que, por término medio, buscamos la reducción de contactos en esos barrios cibernéticos para tener el mismo equilibrio que en la vida real. Algo que en un primer momento nos puede parecer positivo, en realidad no lo es tanto. La razón de ello está en lo siguiente: a menudo, integramos mismas acciones que se llevan a cabo en ese mundo virtual en la vida real.

Así, no falta quien tras una desavenencia con un compañero de trabajo, elige bloquear o borrar a esas personas de sus redes sociales. Otros, hacen lo mismo con sus amigos. Aún más, esta dinámica se está sucediendo cada vez más a nivel afectivo. Forma parte de ese otro fenómeno conocido como ghosting. Recordemos, se trata de una práctica donde alguien deja a su pareja sin mediar palabra o dar explicación alguna. Así, además del silencio, la otra persona lo que percibirá casi al momento es que ya no aparece en las redes sociales o en los contactos de su (ex) pareja.

Hay quien da por sentado que al eliminar a alguien de esos mundos virtuales, desaparecerá también por arte de magia en la vida cotidiana. Piensan quizá, que la otra parte se dará rápidamente por eludida y comprenderá esa acción. Sin embargo, lo que suscitan estas prácticas, como el ghosting, es sufrimiento. Las víctimas quedan suspendidas en un limbo emocional donde resulta muy difícil dar forma a un duelo y a la asunción de ese final.

Ahora bien, por desesperantes e inmaduras que nos parezcan estas conductas hay algo importante en lo que reflexionar. No debemos echarle la culpa a la tecnología. Tampoco a los creadores y desarrolladores de esas redes sociales que usamos a diario. Estos escenarios virtuales lo que hacen es reflejar una vez más la dificultad de comunicación tan inherente en el ser humano.

Bloquear o borrar personas en un click nos hace la vida más fácil. Es rápido, es inocuo para quien lo ejecuta y lo mejor de todo, evita ver cara a cara a la otra persona para decirle “ya no te quiero”, “no me interesas” o “no te quiero en mi vida por estas razones”. El ser humano y su capacidad para comunicar con efectividad siempre ha tenido grietas. Ahora, con la tecnología estamos creando brechas aún más grandes.

Aprendamos a lidiar en persona con nuestros problemas. Porque el botón de borrado de nuestros dispositivos móviles, al fin y al cabo, no soluciona la mayoría de los conflictos de la vida.

¿Qué hacer si nuestros seres queridos nos bloquean o nos borran?

La periodista y escritora Lucía Martín recomienda:

Cuestionarse a uno mismo, es la reacción más frecuente en las personas que sufren esta forma abrupta de terminar una relación. De esta forma, nos cuestionamos qué hemos hecho mal, qué hemos dicho o por qué ha desparecido. En su lugar, lo primero que debemos pensar es que su actitud dice más de la persona en cuestión que de nosotros mismos.

Segundo hay que permitirnos sentir el dolor, la decepción, la vergüenza, o lo que sea que estemos sintiendo en el momento. El tercero paso es hablar con alguien cercano para que nos de apoyo y consuelo. Se ha demostrado que hablar de nuestros sentimientos y pensamientos ayuda a elaborar experiencias dolorosas.

Por último, debemos enfocarnos en nuestro autocuidado, tales como: alimentarse bien, dormir lo suficiente y hacer ejercicio son vitales para gestionar el dolor. Otras alternativas son el yoga, la meditación y el mindfulness. Ya que reducen la producción de hormonas de estrés en el cuerpo e incluso pueden reestructurar algunas conexiones neuronales asociadas al dolor.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Cómo superar el insomnio gracias a la terapia cognitivo conductual

Superar el insomnio puede ser una ardua tarea. Aquí te explicamos cómo puede ayudarte la TCC.

Es posible que hayas intentado superar el insomnio en innumerables ocasiones. Sin embargo, puede que tus intentos hayan sido en vano. Los tratamientos psicológicos breves, en comparación con los medicamentos populares, son la mejor solución.

El insomnio es un problema importante y, a menudo, muy mal tratado. Además, es muy frecuente, pues el 6% de los miembros de la población adulta sufre insomnio hasta el punto de cumplir con los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Además, hasta un 12% informa que interfiere de manera importante con sus actividades diurnas.

¿Qué se entiende por insomnio?

El insomnio es una alteración del sueño que implica dificultad para conciliarlo, permanecer dormido o levantarse muy temprano por la mañana. Este trastorno se asocia con un considerable deterioro funcional y grandes perjuicios para la salud.

Esta condición, además, suele predecir el desarrollo de numerosas condiciones psicológicas y médicas, de ahí la importancia de que sea bien tratado por los profesionales de la salud. De acuerdo con los criterios del DSM-5, debe asignarse un diagnóstico de insomnio cuando existe una queja subjetiva de dificultades para conciliar o mantener el sueño.

Estas dificultades deben estar asociadas con deficiencias durante el día. Además, no deben ser explicadas mejor por otra condición médica o psiquiátrica. Así es que, para diagnosticar insomnio se requiere que el tiempo para quedarse dormido o el despertar después del inicio del sueño sea mayor a 30 minutos. Esto debe suceder por lo menos durante tres noches por semana durante un período de seis meses como mínimo.

Superar el insomnio gracias a la terapia cognitivo-conductual (TCC)

La terapia cognitivo-conductual (TCC) para el insomnio ha sido identificada como un tratamiento efectivo en múltiples investigaciones. Una revisión reciente ha encontrado una elevada efectividad de dicha terapia para superar el insomnio y ganancias que se sostienen en un seguimiento a largo plazo.

En el tratamiento del insomnio se emplean diversas clases de medicamentos tanto recetados como de venta libre. Estos incluyen las benzodiacepinas, los hipnóticos no benzodiacepínicos, antidepresivos y antihistamínicos de venta libre (p. ej., difenhidramina y doxilamina).

Sin embargo, existe evidencia de que los tratamientos no farmacológicos para superar el insomnio son más aceptados por los pacientes y, además, producen efectos más duraderos. Así pues, la terapia cognitivo-conductual para superar el insomnio ha mostrado ser una intervención eficaz y prometedora.

Esta terapia se caracteriza porque se enfoca en el sueño. Es relativamente breve en comparación con otros tipos de psicoterapia y el paciente tiene un papel muy activo en su tratamiento. El objetivo fundamental que se persigue es ayudar al paciente a mejorar su sueño y su funcionamiento durante el día.

Para lograr esas metas, se le brinda al paciente orientación directa. Sin embargo, el paciente es responsable de llevar a cabo las recomendaciones del psicólogo en casa.

¿Cómo se trata el insomnio desde la terapia cognitivo-conductual?

La terapia cognitivo-conductual se enfoca en los procesos conductuales y cognitivos que mantienen el insomnio con el propósito de revertirlos. El tratamiento se realiza en un formato de tiempo limitado, requiriendo de seis a ocho sesiones con una duración de 50 minutos cada una.

La primera sesión del tratamiento se dedica a realizar un resumen del tratamiento. También a establecer objetivos y a educar sobre el sueño y los ritmos circadianos. Las siguientes tres sesiones están orientadas a tratar la preocupación por dormir, la atención prestada a los síntomas, las conductas de seguridad y la energía diurna.

Las sesiones quinta, sexta y séptima se dedican a temas como la relajación, higiene del sueño, rutinas para acostarse y despertar, etc. Por último, la sesión octava está enfocada a prevenir las recaídas.

Tras una evaluación de la historia y severidad del insomnio se programa una primera sesión de tratamiento. Esta primera sesión incluye varios componentes críticos del tratamiento. Así, se presenta un resumen y se explica la lógica del tratamiento. También se realiza una formulación del caso y se informa al paciente sobre los procesos básicos del sueño.

Finalizada esta sesión inicial se seleccionan los procesos conductuales y cognitivos que serán los objetivos del tratamiento para superar el insomnio. Finalmente, el tratamiento concluye con una revisión de las herramientas y la atención en la prevención de recaídas.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Psicología budista para afrontar las emociones difíciles

Las situaciones emocionalmente difíciles y dolorosas forman parte del ciclo de la vida. Por otro lado, este tipo de situaciones, o suelen escapar a nuestro control o son consecuencia directa de nuestras decisiones o acciones. Por eso, normalmente tendemos a encerrarnos en nosotros sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Este es uno de los casos en los que la psicología budista puede ayudarnos.

Para afrontar cualquier desavenencia, a menudo es el apoyo de las personas de nuestro alrededor el que nos mantiene a flote o nos ayuda a seguir avanzando. Pero, ¿y cuándo no queremos o tenemos a amigos o familiares cerca? Es momento de que conozcas más en profundidad los beneficios que te puede reportar la psicología budista.

Surgió para acabar con el sufrimiento humano

Se suele considerar al budismo como una de las principales religiones del mundo oriental. Hace 2.500 años, esta corriente nació como un sistema filosófico y psicológico, sin ningún tipo de pretensión religiosa. De hecho, según el asceta Siddharta Gautama, conocido como Buddha, el budismo es la ciencia de la mente.

Buddha fundó esta escuela con la finalidad de dar a conocer un método que erradicara el sufrimiento, el nuestro. Para ello, parte de una serie de postulados y de una estructura de pensamiento muy útil para entender y aceptar tus emociones.

4 nobles verdades de la psicología budista

La psicología budista parte de una idea que, aunque puede parecer pesimista, es esperanzadora: la naturaleza de la vida humana es el sufrimiento. A partir de ahí, propugna cuatro nobles verdades. Estas contienen la mayoría de las enseñanzas de la psicología budista y son la base sobre la que se sustenta este tipo de meditación:
  • El sufrimiento existe.
  • El sufrimiento tiene una causa.
  • El sufrimiento puede acabarse, extinguiendo su causa.
  • Para ello, debemos seguir el noble camino óctuple.
Erradicar nuestro sufrimiento o “dukkha”

Para poder afrontar estas situaciones difíciles y erradicar el dolor, Buddha propone que necesitamos conocer su origen. Y solamente cuando hayamos establecido esa causa podremos liberarnos de nuestro sufrimiento. Solo así seremos capaces de ver la inutilidad de nuestras preocupaciones y desalientos.

Según la psicología budista, las personas llevamos a cabo numerosos hábitos que nos han convertido en unos ignorantes de la vida. Desconocemos cuáles son los procesos y etapas de la vida y eso es lo que nos causa sufrimiento.

Los postulados prácticos

La última de las cuatro verdades habla del Noble camino óctuple. Un sendero o camino compuesto por 8 ramas o postulados prácticos que permiten lograr la armonía, el equilibrio y el desarrollo de la conciencia total. Se suele representar con la rueda del dharma, donde cada uno de los rayos simboliza un elemento del camino. Estas ramas se pueden agrupar, a su vez, en tres grandes categorías:
  • Sabiduría: comprensión y pensamiento correctos
  • Conducta ética: palabra, acción y ocupación correctas
  • Enrenamiento de la mente: esfuerzo, atención consciente y concentración, meditación o absorción correctos.
Estas 8 postulados no deben ser interpretados como una serie de pasos lineales. Sino que han de ser desarrollados de manera simultánea, dependiendo de las capacidades de cada uno.

La mal incomprendida felicidad

Todos queremos ser felices, pero nadie está de acuerdo en cómo definir la felicidad. Cada persona tiene una idea diferente de lo que es: ascender en el trabajo, abundancia material, tener descendencia… Esta corriente asegura que ni siquiera cuando conseguimos todas esas metas que nos proponemos, nos sentimos en plenitud.

Cuando uno de nuestros deseos se cumple pasamos a otro y después a otro. Y así poco a poco vamos sumiéndonos en un círculo que no parece terminarse. Todo ello con la falsa esperanza de ser felices.

Necesidad de liberarnos del apego

La psicología budista considera que los deseos instaurados en nuestra mente nos llevan a derivarnos psicológicamente y desembocan en el apego (a personas, a bienes materiales, a creencias…). Es precisamente esta una de las causas de mayor sufrimiento, porque al apegarnos, nos identificamos con objetos o personas y perdemos nuestra identidad. Nos olvidamos de nosotros mismos y las verdaderas necesidades humanas.

El budismo nos da herramientas para poder trabajar sobre el apego y buscar el conocimiento. Solamente a partir de él podemos entender qué más requerimos (desarrollo personal, vida afectiva armónica…) y movernos en la escuela de la vida con mayor conciencia.

¿Cómo dejar de sufrir?

A través de la meditación. Como hemos visto, las prácticas de reflexión budista pretenden aumentar la comprensión y la sabiduría y erradicar el sufrimiento. Aunque las técnicas, dependiendo de cada escuela y tradición varían, todas tienen el fin común de alcanzar de un estado de máxima atención y tranquilidad.

Estas son las principales corrientes del budismo que te pueden ayudar a dejar de sufrir en aquellos momentos especialmente difíciles emocionalmente:
  • Theravada: se define a sí mismo como analista. Por eso anhela describir los diferentes estados psicológicos o de meditación para sistematizar la experiencia meditativa.
  • Zen: se centra en la espontaneidad e intuición de la sabiduría. Su práctica busca una armonía natural en el individuo y evitar el dualismo en la comprensión de la realidad.
  • Tibetano: busca aumentar la comprensión de la realidad a niveles profundos. Por eso, se focaliza en los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.
  • De la Tierra Pura: resalta la devoción, humildad y gratitud como vías directas de realización espiritual. Es un tipo de meditación devocional donde los mantras son los protagonistas.
En definitiva, el budismo trata de que te relaciones con tus emociones abiertamente. De que las hagas conscientes, las designes y las aceptes. Son parte de tu existencia pero, como todo, son cambiantes, por eso no hay necesidad de controlarlas.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Síntomas de las adicciones

Los síntomas de las adicciones tienen que ver con una pérdida de control ante la sustancia o conducta que nos mantiene "enganchados" a ella, pero, ¿con qué más tienen que ver? ¡Te lo contamos!

Una adicción es un trastorno que se caracteriza por la búsqueda patológica de la recompensa o el alivio que produce una determinada sustancia o acción. Las adicciones implican dependencia y pérdida de control. Sin embargo, ¿qué otros síntomas de las adicciones nos pueden ayudar a identificarlas?

En este artículo hablaremos de los síntomas de dos grandes grupos de trastornos adictivos: los trastornos por consumo de sustancias (adicción a drogas) y los trastornos adictivos no relacionados con sustancias (el juego patológico). La descripción de estos síntomas permite conocer mejor en qué consisten este tipo de adicciones.

Tipos de adicciones

Existen diferentes tipos de adicciones; las adicciones a sustancias (como serían las drogas) y las adicciones conductuales, que implican la realización de determinadas acciones de forma compulsiva (lo que genera en la persona una pérdida de libertad y un consiguiente “enganche”.

Según el DSM-5 (2013), las adicciones conductuales son adicciones no relacionadas con sustancias (como por ejemplo, el juego patológico). Si embargo, el término “adicción” desaparece en el DSM-5 debido a sus connotaciones negativas. Aquí hablaremos de los síntomas de ambos tipos de adicciones.

Síntomas de las adicciones a sustancias

En el caso de las adicciones a sustancias (es decir, adicción a cualquier tipo de droga), este tipo de trastornos se categorizan en el DSM como trastornos por consumo de sustancias. Este trastorno se define como un ‘patrón desadaptativo de comportamientos relacionados con el uso de la sustancia’, que se expresa a través de diferentes síntomas.

Como mínimo, deben aparecer dos síntomas de los siguientes (durante al menos, 12 meses):
  • Consumo durante mayor tiempo o cantidad del deseado.
  • Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo.
  • Se emplea mucho tiempo en la sustancia.
  • Craving (deseo o necesidad irresistible de consumo de una droga).
  • No se cumple con las obligaciones (debido al consumo).
  • Se continúa tomando la sustancia a pesar de las dificultades sociales o interpersonales.
  • Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas.
  • Uso en situaciones físicamente peligrosas.
  • Se continúa tomando a pesar del peligro físico y psicológico.
  • Tolerancia.
  • Abstinencia.
Especificaciones de la adicción

Según el DSM-5, además se deberá especificar la gravedad de la adicción (es decir, de los síntomas). El manual estipula tres niveles:
  • Leve: presencia de 2 o 3 síntomas.
  • Moderado: 4 o 5 síntomas.
  • Grave: 6 o más síntomas.
Por otro lado, se deberá especificar también si la adición está en fase de remisión temprana o sostenida, si se da en un ambiente controlado o si el paciente está en terapia de mantenimiento.

4 tipos de criterios y síntomas

Como hemos visto, el trastorno por consumo de sustancias (o adicción) es un diagnóstico que se alcanza mediante la aplicación de criterios sintomáticos, conductuales y temporales. Estos criterios pueden agruparse en cuatro categorías o grupos:
  • Deterioro del control.
  • Deterioro social.
  • Riesgo para el sujeto.
  • Criterios farmacológicos.
Otras adicciones no relacionadas con sustancias: juego patológico

El único trastorno incluido como un trastorno adictivo en el DSM-5 es el juego patológico. En este sentido, el reconocimiento de que la afición por los juegos de azar puede llegar a constituir una patología data de comienzos de este siglo (siglo XXI).

Pero la atención prestada a este trastorno por los investigadores se volvió significativa conforme se le fue reconociendo como un problema serio de salud pública y, más aún, cuando la American Psychiatric Association (APA) introdujo la categoría de “juego patológico” en su manual diagnóstico (concretamente, en el DSM-III), en 1980.

En esta edición se definieron por primera vez los criterios diagnósticos específicos para el juego patológico. Estos son los siguientes:

Síntomas del juego patológico

¿Cuáles son los síntomas del juego patológico? Este se define, según el propio DSM-5, como un ‘comportamiento de juego desadaptativo y persistente, junto con deterioro y estrés‘ y 4 (o más) de los siguientes síntomas (durante al menos, 12 meses):

  • Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado.
  • Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.
  • Fracaso repetido en los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
  • Preocupación por el juego (por ejemplo, preocupación por revivir experiencias pasadas de juego, compensar ventajas entre competidores o planificar la próxima aventura).
  • El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar la disforia (por ejemplo, sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión, etc.).
  • Después de perder dinero en el juego, se vuelve otro día para intentar recuperarlo (tratando de “cazar” las propias pérdidas).
  • Se engaña para ocultar el grado de implicación con el juego.
  • La persona ha arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo y oportunidades educativas o profesionales debido al juego.
  • Confianza en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.
  • Se cometen actos ilegales.
Como diagnóstico diferencial, es importante saber que el comportamiento descrito anteriormente no se explica mejor por la presencia de un episodio maníaco.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de las adicciones (tanto a sustancias como conductuales) varían mucho de una persona a otra. Eso sí, casi siempre aparece una pérdida de control de la situación y un gran desgaste emocional. Por ello es importante pedir ayuda profesional si estamos en una situación de adicción, ya sea a una sustancia, al juego o a otras conductas o acciones (sexo, compras, etc.).

viernes, 3 de septiembre de 2021

El efecto Peltzman: cuando la sensación de seguridad se vuelve en nuestra contra

El efecto Peltzman recoge una paradoja. En ocasiones, podemos ver cómo aumentando ciertas medidas de seguridad conseguimos lo contrario de lo que deseamos.

El efecto Peltzman se manifiesta a través de conductas arriesgadas motivadas por una falsa sensación de seguridad. Por ejemplo, hay personas que pueden sentirse habilitadas para acortar la distancia de seguridad por el hecho de llevar mascarilla, incrementando así el riesgo de contagio por encima del existente cuando no se utilizaban mascarillas.

El efecto Peltzman fue descrito por el economista Sam Peltzman, profesor de la Universidad de Chicago, en 1975. Detectó este efecto después de realizar varios estudios asociados a accidentes de circulación. Todo quedó consignado en su obra The Effects of Automobile Safety Regulation.

Lo que encontró este economista es que el obligar a los conductores a adoptar ciertas medidas de seguridad no redujo el número de accidentes. Llegó a la conclusión de que las nuevas medidas hacían que los conductores incubasen una sensación de seguridad falsa, incurriendo en más conductas de riesgo.

El efecto Peltzman

De una manera más formal, el efecto Peltzman se define como una conducta de compensación. Tiene lugar cuando una persona lleva a cabo una adaptación de su conducta, adoptando medidas de seguridad para ajustarse a un riesgo percibido. Sin embargo, al asumir tal medida de seguridad, la persona se siente más protegida de lo que realmente está.

Por ejemplo, en el caso de los accidentes de tráfico, la persona puede pensar que al llevar ayudas a la conducción puede relajar su nivel de alerta durante un viaje y no estar tan pendiente de no quedarse dormida. Así, reacciona de manera más tardía a los cambios que se producen en el tráfico.

En el ejemplo anterior, el efecto Peltzman se puede explicar así: si bien las ayudas a la conducción pueden salvarnos en un momento en el que nos quedemos dormidos, esto no significa que la tecnología sea capaz de asumir el control del vehículo en todas las situaciones. Sin embargo, el conductor sobreestima la posibilidad de que sea así y no duda en conducir en condiciones en las que antes quizás no conduciría.

Frente al efecto Peltzman se ha establecido una premisa general: si el Estado ofrece más medidas protectoras, la sociedad incurrirá en más riesgos. El sentimiento de responsabilidad individual se diluye. Por lo tanto, a mayores medidas de seguridad, más irresponsabilidad y mayor toma de riesgos.

Una serie de conductas arriesgadas

La validez del efecto Peltzman ha podido constatarse en diversas circunstancias. Sam Peltzman lo estudió en detalle en el caso de la seguridad vial. Sin embargo, hay muchas otras situaciones en las que opera la misma tendencia. Las siguientes son algunas de ellas:
  • Los deportes. Se ha visto que los esquiadores o ciclistas que llevan casco tienden a aumentar la velocidad en su práctica. En el caso de los boxeadores, son más agresivos si su contrincante lleva protectores en la cabeza y el cuerpo.
  • La seguridad ciudadana. Cuando las personas transitan por zonas que son consideradas “seguras” en una ciudad, lo hace con menor precaución. Esto lleva a que sean más vulnerables a engaños o timos de los ladrones.
  • Enfermedades de transmisión sexual. Cuando las personas usan un preservativo durante las relaciones sexuales se sienten inmunes a cualquier riesgo, cuando en realidad no es así.
Las leyes derivadas del efecto Peltzman

La validez del efecto Peltzman pudo verse reflejada en tres casos muy concretos. Tienen que ver con leyes que aumentaban las medidas de seguridad en algún campo y que terminaron generando riesgos adicionales. Los ejemplos son los siguientes:
  • Ley del tráfico y seguridad de vehículos de 1966, en Estados Unidos. Pretendía preservar la vida del conductor y los ocupantes del vehículo. En efecto, esto se logró. Sin embargo, también aumentó el número de accidentes de tránsito.
  • Ley de personas con discapacidad, de 1990. Prohibía todo tipo de discriminación y promovía la adecuación de los puestos de trabajo a quienes tenían limitaciones. Entonces comenzó a generarse menos empleo para personas con discapacidad.
  • Ley de especies en peligro, de 1993. Se creó una lista de especies que debían protegerse al máximo. Al año siguiente esas especies estaban protegidas, pero también había otras 113 que habían pasado a estar en peligro.
¿Qué conclusión puede extraerse de todo esto? La más importante es que las normas por sí solas no generan los efectos deseados de forma automática. Tales normas deben estar acompañadas por un proceso de educación y concientización para que se logre el objetivo de fondo y no un acatamiento relativo.

jueves, 2 de septiembre de 2021

El amor por los animales: ¿de qué depende y cómo nos afecta? En este artículo

Amar a los animales nos enriquece, nos nutre y mejora nuestra salud. Sin embargo, no todos sentimos la misma conexión con ellos. ¿Por qué sucede? Lo vemos a continuación.

En los últimos tiempos, el amor por los animales se ha incrementado dentro de nuestra sociedad. No solo somos más conscientes de que son seres vivos y sintientes, que merecen respeto y tienen derecho a una vida digna. Además, cada vez son más las personas que establecen vínculos con estas criaturas que con frecuencia pasan a ser un miembro más de la familia. Sin embargo, no todos compartimos este sentimiento en el mismo grado.

Todavía hay quienes no logran sentir esa empatía o cercanía emocional hacia los compañeros del reino animal. Para muchas personas resulta impensable introducir una mascota en casa; y, pese a que nunca les harían daño, simplemente no experimentan esa conexión que para otros resulta tan gratificante y beneficiosa. ¿A qué se deben estas diferencias y cómo nos afectan? Lo exploramos a continuación.

¿De dónde surge el amor por los animales?

Características de los animales

Históricamente los seres humanos han convivido con animales de otras especies en el medio natural y han establecido diferentes relaciones. Desde la caza a la domesticación, nuestras interacciones con ellos nos han llevado a empatizar, cohabitar y tener en consideración a estos seres cada vez en mayor grado.

Una investigación, llevada a cabo por la Northeastern University, demostró que incluso somos capaces de experimentar una mayor compasión por los animales que por los miembros de nuestra propia especie. Así, en esta investigación se les mostró a 256 participantes una noticia (falsa) en la que un cachorro, un perro, un bebé humano o un adulto (en función del caso) habían sido agredidos y golpeados.

Al evaluar el nivel de empatía que los voluntarios sintieron por la víctima, el humano adulto fue el peor parado. El bebé, el cachorro y el perro (en este orden) lograron despertar más sentimientos de compasión y aflicción en quienes leyeron el texto. Así, parece que la vulnerabilidad percibida en los animales moviliza nuestros sentimientos en un grado elevado, incluso mayor que si se trata de nuestros congéneres.

Además, ante la falta de razonamiento humano, no existe el juicio, la manipulación o el resentimiento. Así, los animales nos ofrecen su presencia, su amor y su compañía de forma pura y genuina, nos aceptan como somos. Este es uno de los motivos por los que tantas personas adoran a los animales.

Rasgos de personalidad

Por otra parte, las personas que experimentan en mayor medida el amor por los animales suelen compartir una serie de cualidades. Por lo general, se trata de individuos con gran sensibilidad, solidaridad y sentido de justicia; son personas nobles y compasivas.

Por el contrario, quienes no sienten ninguna empatía hacia los animales e incluso llegan a maltratarlos tienen una mayor probabilidad de padecer desórdenes psicológicos y emocionales. Suele tratarse de personas egoístas, narcisistas y déspotas, con una mayor tendencia a mostrarse violentas también con otros seres humanos.

Historia personal y antecedentes

No podemos obviar el hecho de que la crianza tiene una gran influencia en la percepción que cada persona tiene de los animales. Aquellos niños que crecen en compañía de mascotas y en hogares en los que los animales ocupan un lugar importante son más capaces de apreciar sus virtudes, conectar con ellos y beneficiarse de la interacción.

Por otro lado, el temor o el desagrado por los animales también puede adquirirse al crecer con progenitores que sostienen estas actitudes o al experimentar algún evento desagradable con un animal.

¿Cómo nos afecta el amor por los animales?

Tal como afirmó el escritor francés Anatole France: “hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma permanecerá dormida”. Y es que el vínculo afectivo que establecemos con estos seres es sumamente enriquecedor y diferente a cualquier otro. Quienes conviven con mascotas o se relacionan con animales obtienen múltiples beneficios. Por ejemplo:
  • Se convierten en personas más compasivas y altruistas.
  • Se reduce la tensión arterial, se nivela el ritmo cardiaco y  el estrés disminuye considerablemente.
  • Cuentan con un mayor nivel de bienestar y satisfacción, mejora el estado de ánimo y se experimentan más emociones positivas.
Sin embargo, el amor por los animales no siempre resulta tan positivo. Algunas personas con dificultades sociales encuentran en ellos el consuelo, la aceptación y la compañía que no logran obtener de otras personas. De este modo, pueden optar por refugiarse en los animales en lugar de trabajar sus limitaciones interpersonales.

Por otro lado, cuando este amor es excesivo puede perjudicar al individuo a nivel personal, laboral, social o económico. Por ejemplo, llevándolo a la acumulación de animales, impidiéndole desempeñarse profesionalmente o consumiendo sus recursos de tiempo o dinero en un grado excesivo.

En definitiva, amar a los animales nos enriquece, nos permite experimentar un vínculo emocional único que beneficia nuestra salud mental y física. Sin embargo, si este interfiere nuestra rutina, es importante que busquemos ayuda.

Del mismo modo, quienes no sienten esta conexión especial con los animales y prefieren no compartir su vida con ellos mantienen una postura que es igual de respetable, siempre que no les hagan ningún año. Cada individuo encuentra el bienestar en su propio camino.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Personas que dejan una impresión positiva y duradera: ¿a qué se debe?

Hay quien les define como personalidades magnéticas: son aquellos que dejan una impresión positiva y duradera, figuras con cualidades innatas y también aprendidas que todos podemos desarrollar si lo deseamos.

Hay personas que dejan una impresión positiva y duradera, hombres y mujeres que con su singular estela se quedan alojados en nuestra memoria. A veces, basta solo un breve encuentro con ellas para recordar sus palabras, su personalidad y las emociones que nos hicieron sentir. Esa capacidad para impactar de manera agradable es algo que siempre llama la atención y que nos llena de preguntas.

¿Es carisma? Porque si hay algo que sabemos es que no siempre se trata de mero atractivo físico. De hecho, abundan las personalidades que cautivan solo por su manera de desenvolverse, comunicar y tratar a los demás. Hay quien dice que ese magnetismo es algo natural. Sin embargo, en muchos casos, esa solvencia interpersonal lleva detrás múltiples habilidades aprendidas.

Tanto es así que este tipo de perfiles suelen verse con frecuencia en el ámbito de la empresa e incluso en la formación. Quienes están acostumbrados a tratar con muchas personas se preocupan a menudo por causar buena impresión. Saben, entienden e intuyen que para crear impacto hay que saber tratar, cautivar y ser a su vez un buen gestor de las emociones y el lenguaje. Todas esas características las podemos aprender y entrenar.

Secretos de las personas que dejan una impresión positiva y duradera

A veces, tenemos un pequeño problema con nuestro coche en plena carretera y alguien nos ayuda de manera desinteresada dejándonos una grata sensación. Todos guardamos en la memoria a ese profesor que nos inculcó la pasión por una disciplina, a esa doctora que nos atendió cuando estábamos tan asustados o a cualquier persona que, por las razones que sean, se quedó alojada en nuestra memoria por la buena impresión que nos causó.

Muchos dicen de estos perfiles que son carismáticos, magnéticos o incluso que tienen un don. Ahora bien, la ciencia, más rigurosa siempre a la hora de etiquetar o definir a alguien, nos ofrece detalles interesantes al respecto. Para empezar, este tipo de personalidades tienen una cualidad y es la de causar un impacto positivo en pocos segundos.

Les basta muy poco para cautivar y eso implica una cualidad que los expertos en comportamiento humano han intentado desentrañar. Lo analizamos.

Los rostros que evocan confianza, el poder de la primera impresión

El departamento de Psicología de la Universidad de Princeton realizó un estudio en el 2006 con la intención de comprender qué había en las personas que dejan una impresión positiva y duradera. Lo que descubrieron es que en estos casos su clave de éxito está en la primera impresión que nos suscitan.

  • Son personalidades que nos generan confianza a los pocos segundos. Concretamente, logran generarnos una impresión positiva en exactamente 100 milisegundos. El dato es, cuanto menos, llamativo.
  • ¿Cómo puede ser tan rápida esa conexión? ¿Cómo pueden evocarnos de manera tan instantánea esa sensación de confianza sin ni siquiera conocerlos? En este caso, es el cerebro quien hace un análisis rápido de los rasgos faciales de esa persona, de manera que detalles como la sonrisa, los gestos y la mirada son los que nos evocan desconfianza o confiabilidad.
Los autores de este trabajo insisten: aunque establecer una correlación entre los rasgos faciales y el carácter no tiene (desde un punto científico) mucha valide, la mente se guía de manera directa por este patrón.

El tono de la voz, un elemento muy significativo

La Universidad de Miami realizó una investigación en el 2012 muy interesante. Se descubrió que aquellas personas con un tono de voz más bajo, sereno y sosegado se les interpreta como mejores líderes. Nuevamente aparece aquí el factor “confianza”. Es decir, aquellos hombres y mujeres que modulaban de una manera más relajada su voz lograban establecer una mejor conexión con los demás.

Por tanto, este trabajo demostró que no por levantar más la voz se llega más a la audiencia. Nadie domina, impacta o cautiva por tener un tono más agudo o más alto. Todo lo contrario. Quien transmite calma con sus gestos y su voz son las personas que dejan una impresión positiva y duradera.

La actitud “estoy listo para ayudarte”

Hay un factor indudable en el que muchos estaremos de acuerdo. Hay quien camina por la vida con la eterna actitud de ser de ayuda a los demás, de hacer las cosas fáciles, de dar diez soluciones ante cada problema. Esa forma de ser tan auténtica y volcada en la positividad, el altruismo y la conexión desinteresada siempre nos atrae y deja huella.

Personas que dejan una impresión positiva y duradera: el secreto está en cómo te hacen sentir

Hay quien te hace sentir que no eres más que un número en una lista de espera. Otros que eres solo un rostro más. Algunos aún tratándote con cortesía y amabilidad no dejan en ti ninguna sensación grata ni cómoda. Sin embargo, las personas que dejan una impresión positiva y duradera tienen la habilidad de hacerte sentir importante, transmitirte comodidad y validarte en cada aspecto y necesidad.

Todas estas cualidades pueden ser innatas, es cierto; sin embargo, también es verdad que quien pone intención y voluntad sabe cómo tratar a los demás. No basta con saber relacionarnos, hay que saber conectar desde la emoción y la confianza, desde la autenticidad y la apertura al otro. Y esto requiere esfuerzo e intención.