lunes, 7 de noviembre de 2022

Los 4 tipos de arrepentimiento que todos podemos sufrir

Si de algo se arrepiente la mayoría de seres humanos es de haber dejado pasar ciertas oportunidades por miedo o indecisión. Descubre de qué más nos solemos arrepentir.

Los tipos de arrepentimiento más comunes trazan experiencias que desearíamos haber vivido de manera diferente. Si estar en este mundo implica tomar decisiones casi a cada instante, también parece que tenemos una cierta tendencia al remordimiento.

Asimismo, no importa cuántas veces la sociedad o los libros de autoayuda nos digan aquello de “no te arrepientas de nada; si fue algo malo al menos aprendiste, y si fue bueno, mereció la pena”. En nuestra mente, esa emoción siempre se procesa de manera negativa, y llegada cierta edad, hay hechos que pesan y duelen lo indecible.

Errores, cosas hechas o no hechas, oportunidades que dejamos pasar por la indecisión… Hay múltiples detonantes que trazan la marca de esta sensación profunda y perturbadora. Sin embargo, la ciencia está de acuerdo en la existencia de cuatro áreas que definen los arrepentimientos más comunes en los que todos podemos derivar. Los analizamos.

Los tipos de arrepentimiento más comunes en el ser humano

Gran parte de las personas transitan por la vida arrepintiéndose de más de una actuación. Por ello, si en algún momento nos encontramos a alguien que insiste en aquello de “yo no me arrepiento de absolutamente nada”, es mejor desconfiar. Vivir es cometer errores, meter la pata, hacer daño a veces, hacérnoslo a nosotros mismos y tomar decisiones del todo equivocadas.

Quien se enorgullece de no haber errado jamás, probablemente no es consciente del efecto de sus acciones y carece de una adecuada autoconciencia y autorreflexión. Podríamos decir, por tanto, que esta emoción incómoda y turbadora es decisiva también en nuestro amplio registro de experiencias.

El arrepentimiento y la decepción aparecen cuando sucede algo que no esperábamos. Sin embargo, mientras la decepción es el resultado de algo que escapa a nuestro control, el arrepentimiento es más doloroso porque aparece el sentimiento de culpa. En este caso, los eventos suceden por nuestra responsabilidad, bien por nuestros actos cometidos o por la inacción…

Veamos cuáles son los 4 tipos de arrepentimientos más recurrentes.

1. El lamento de la indecisión

La Universidad de Arkansas realizó un estudio en el 2005 sobre los tipos de arrepentimientos más comunes. Cuando las personas miran su vida como un todo y hacen balance, hay una dimensión que siempre prevalece: las oportunidades perdidas.

Lamentamos nuestra indecisión en determinados momentos: el haber dejado pasar ciertos trenes, el no habernos atrevido a cruzar ciertos puentes, el haber dicho “no” cuando el corazón nos pedía un “sí”…

En este trabajo de investigación se habla del principio de oportunidad, es decir, de esas situaciones en las que la acción es necesaria y, en su lugar, se opta por dar un paso atrás, por la inacción. Podríamos decir que estas experiencias son las que más duelen.

Amores perdidos, negocios no iniciados, aventuras no experimentadas… ¿Quién no se arrepiente de no haber sido algo más audaz?

2. El lamento por no haberlo hecho mejor

Cuando una persona siente la llegada de su final, hace retrospectiva. La cercanía de la muerte nos obliga a echar la mirada atrás y entonces, emerge uno de los 4 tipos de arrepentimientos más comunes. Sentimos no haberlo hecho mejor con nuestros hijos, no haber sido mejor pareja, mejor amigo; mejores también con nosotros mismos.

En ocasiones, dicho sentimiento es injustificado y responde a esa autoexigencia que nos acompaña hasta edades avanzadas. Uno puede haber sido la mejor persona del mundo, pero siempre persiste esa sensación de que “podríamos haberlo hecho mejor”.

3. El lamento moral

A todos nos han hecho daño en algún momento y todos a su vez hemos generado algún tipo de dolor ocasional a alguien. Nadie tiene un historial impoluto en el campo de las relaciones humanas.

Haber decepcionado, mentido, descuidado o incluso traicionado se convierte en pequeñas muescas en el corazón que escuecen cuando echamos la mirada atrás.

4. El lamento de relación

La mayoría nos sentimos culpables de haber permitido que determinadas relaciones se rompieran. Abundan quienes echan en falta a esos amigos del pasado con los que se perdió el contacto. Nos duelen esas relaciones afectivas que se fracturaron por razones que pudimos haber evitado.

Hay quien llega al final de su vida echando en falta a hijos, hermanos, padres o madres con quienes se rompió el vínculo. Son experiencias muy comunes y que tejen ese sufrimiento latente y silencioso que siempre está ahí, a pesar del paso del tiempo…

Hay algunas puertas abiertas…

Es inevitable pasar por este mundo sin experimentar ciertas cuotas de sufrimiento. No todas nuestras decisiones son acertadas y no todos nuestras conductas son siempre el reflejo de la perfección. Somos seres falibles y siempre terminamos lamentando ciertas actuaciones, caminos no tomados o relaciones perdidas.

Es bueno recordar aquí que muchos de esos arrepentimientos son de “puerta abierta”. Es decir, en ocasiones, siempre queda espacio para la reparación o para el escape, para correr y tomar ese tren que un día dejamos pasar. Reflexionemos en ello. Tal vez no sea demasiado tarde para hacer eso que sigue rondando en nuestra mente.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Neltiliztli: la verdad para la cultura náhuatl, un término inspirador

Rescatar las voces del antiguo pueblo náhuatl es un privilegio. Términos, como la palabra "neltiliztli" (verdad), nos recuerdan que todo aquello que es auténtico, es firme, tiene raíces y es perdurable.

Los nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica. Estas regiones antiguas del Anáhuac con lengua propia erigieron una cultura fascinante. Su filosofía tiene poco que envidiar a la cultura griega o a figuras como Aristóteles o Confucio. Un ejemplo, el concepto de verdad para la cultura náhuatl (neltiliztli) se asocia con la propia de las raíces de los árboles.

Este término, deriva de la conjunción de dos bellas palabras: nelli, ‘raíz’ y yollotl, ‘corazón’. Es decir, todo aquello que es verdadero tiene sus cimientos y una energía que le confiere vida y durabilidad. Aún más, todo lo que está arraigado se vuelve sólido, no es voluble ni ilusorio, sino que cumple un fin concreto.

En una sociedad actual, dominada por las posverdades y por esa distorsión casi constante de la realidad, necesitamos más que nunca tomar contacto con nuestros legados del pasado. En ocasiones, al volver a nuestros orígenes logramos hacer una reflexión más profunda y luminosa sobre cómo hemos avanzado.

Neltiliztli, una idea que conviene recordar

Es casi imposible no quedar fascinados por la cultura del Anáhuac, la cual floreció en el Valle de México entre los siglos IX y XVI. Si bien es cierto que la grandeza de dichos pueblos quedó disuelta por la llegada de los conquistadores europeos a Mesoamérica, afortunadamente buena parte de su legado artístico y filosófico aún se conserva.

Por ejemplo, disponemos de algunos códices que nos permiten comprender su epistemología, su visión del mundo y sus principios morales o de conducta. La verdad para la cultura náhuatl se vincula de manera directa con un principio puramente ético, y no desde el clásico marco de la metafísica de la filosofía occidental.

De este modo, la finalidad de la educación nahua era forjar a una persona madura, con un rostro sabio y con un corazón resistente como el tronco de un árbol. La verdad (neltiliztli) es lo que confiere rectitud al ser humano, mientras que el corazón (yollotl) se asocia a las facultades cognoscitivas, volitivas y creativas.

La vida y el propio ser humano son entidades fugaces

La vida es un recurso fugaz, finito y con fecha de caducidad. Sin embargo, damos por sentado que somos eternos y lo que ocurre hoy, mañana prevalecerá; pero no es así. La existencia es cambiante, voluble e impredecible. La verdad para la cultura náhuatl es un modo de tomar conciencia de las cosas profundas que nos envuelven.

Solo así somos un poco menos fugaces, solo así alcanzamos, según la cultura del Anáhuac, la divinidad. La persona que no practica la verdad no tiene raíces, no tiene cimientos con este mundo y, por lo tanto, es frágil y voluble.

Tecayehuatzin, uno de los gobernantes del pueblo azteca y célebre filósofo, explicaba que las personas somos quebradizas como el jade y que tarde o temprano buscamos la redención a través de las palabras verdaderas y las nobles acciones. Es entonces cuando alcanzamos la eternidad.

La verdad para la cultura náhuatl y su relación con la naturaleza

Es llamativo y casi inspirador que la verdad para la cultura náhuatl tenga un vínculo directo con el mundo natural. Neltiliztli, proviene como hemos señalado del término nelli que significa ‘raíz’. Es un modo de asociar lo auténtico y lo perdurable con la figura de los árboles más firmes y regios. Aún más, pocas entidades hay más eternas que la propia naturaleza, de ahí esa connotación, esa metáfora.

El pueblo del Anáhuac vivió en armonía con lo natural y obtenía de ella su sabiduría. De hecho, para esta cultura el auténtico conocimiento se adquiría por medio de un yoltéotl, ‘un corazón poderoso’ en el que fluía el téotl, una fuerza sagrada. La naturaleza y el téotl eran la misma cosa, la misma esencia.

En la actualidad, las sociedades modernas viven cada vez más alejadas de la naturaleza. Si bien es cierto que somos poseedores de los más variados y sofisticados conocimientos, no son sabidurías que ennoblezcan el alma o que faciliten la conexión con la tierra. Hemos cambiado, se ha perdido ese simbolismo y esa filosofía del ser humano conectado con sus esencias primigenias.

La necesidad de escuchar nuestro corazón

La persona de rostro sabio y corazón firme dialoga con su propio corazón a diario para tomar contacto con lo verdadero, lo que tiene raíz y facilita la trascendencia, la rectitud. De este modo, y según esta cultura antigua, nos convertimos en toltécatl (artistas), en hombres y mujeres que al tomar contacto con su ser interno logran sacar a luz cualquier cosa de su mente.

Pocas cualidades son más necesarias que esa necesitada introspección, que ese ejercicio enriquecedor que ya practicaban los náhuatl y que no podemos dejar de lado. Escucharnos, pensar, sentir y practicar la verdad nos convierte en figuras sabias y también felices…

sábado, 5 de noviembre de 2022

Ley de la realidad aparente: así afecta a tus emociones

La imagen siempre tendrá para el ser humano mayor poder que la palabra. A veces, necesitamos ver para creer, sin embargo, nadie está libre de acabar interpretando a su manera aquello que ve, o más aún, de ser manipulado...

La ley de la realidad aparente dice, por ejemplo, que la imagen de un niño enfermo tiene más impacto en nuestra mente, que leer un estudio sobre cuántos menores enferman al año. Aquello que vemos en persona siempre será más veraz que aquello de lo que nos informan. La experiencia y la toma de contacto con los estímulos trazan un cambio más profundo en el cerebro.

Todo esto es comprensible y casi nadie estará en desacuerdo. Lo que se puede ver y tocar siempre tendrá un mayor sentido de veracidad que aquello de lo que nos hablan o leemos. Ahora bien, a menudo se da otro hecho que es importante considerar. Todo lo que vemos puede ser interpretado o manipulado por terceros.

Alguien puede visitar un barrio determinado de una ciudad y, al ver cómo visten las personas con las que se cruza, interpreta que ese lugar es peligroso. Hay quien mira el mundo sin retirar antes el filtro de los prejuicios. A su vez, muchas de las imágenes que nos llegan a diario desde redes sociales también apelan a nuestras emociones con un fin muy concreto: manipularnos.

¿Qué es la ley de la realidad aparente?

La ley de la realidad aparente es uno de los doce principios que definió el psicólogo holandés Nico Frijda a la hora de explicar las emociones humanas. El enfoque desde el cual partió para formular su teoría era el de la tendencia a la acción. Es decir, las emociones son ese prisma que siempre nos instan a que actuemos de un modo u otro.

En su obra magna The Emotions (1986) nos explica que para él, estos procesos psicobiológicos eran el resultado de nuestros pensamientos y preocupaciones, los cuales nos modifican y nos orientan hacia un tipo de acción determinada. De este modo, la ley sobre la apariencia de la realidad estipula que al ver algo y sentirlo como real, es cuando nos conmueve, nos impacta y modula nuestra conducta.

Por ejemplo, cuando alguien pierde a un ser querido, rara vez termina de asumir que esa persona ya no existe. Lo hace en el día a día al sentir la ausencia de ese familiar, al no poder verlo ni tocarlo. Es entonces cuando ya tiene una evidencia clara de lo que es la muerte. Y ese, será el auténtico inicio del duelo…

El poder de la imagen en los medios

La televisión, la prensa y, sobre todo, las redes sociales saben que una imagen vale más que mil palabras. Lo que entra por los ojos convence, y lo hace sobre todo si eso que muestra es lo bastante llamativo. La ley de la realidad aparente es bien conocida por los medios y es un punto de partida idóneo para la manipulación.

Pensemos en ello. ¿Cuántas veces nos han hecho creer una noticia añadiendo imágenes que no se correspondían con aquello de lo que se informa? Más aún, con la tecnología del deepfake podemos ver a figuras y personalidades públicas hablar y decir cosas que no son reales. Estos montajes digitales se valen de ese poder incuestionable que tiene para nuestro cerebro todo lo que sea visual.

Si no me emociona, no le doy validez y lo olvido

La ley de la realidad cumple siempre un principio y es que si no emociona, no vale. Es decir, para que algo deje una impronta significativa en nosotros, lo que nos llegue desde los ojos debe ser revelador. También novedoso e inesperado.

Cada video, cada rostro, cada foto apela a nuestras emociones. Y por lo general son tan intensas que les damos veracidad. Es más, por término medio se le da mayor veracidad a los videos que se publican de pocos segundos que a las crónicas escritas por los periodistas. Al fin y al cabo, creemos antes en lo que vemos por nosotros mismos que aquello que nos cuenta un tercero.

Sin embargo, debemos tener cuidado. Porque la cultura de la desinformación y de los fakes están a la orden del día, y se valen sin duda de esta ley. Además, se da otro hecho. Algo que explicó el propio Nico Frijda en un estudio es que, cuantas más imágenes veamos sobre algo, más lo normalizamos y menos nos impactará. Lo rutinario deja de emocionar.

La ley de la realidad aparente: sentir importa más que conocer

Hay un hecho curioso sobre la ley de la realidad aparente: las emociones, en la mayoría de los casos, tienen más poder que la razón. Es más, sentir tiene mayor relevancia que conocer algo de primera mano y conocer, a su vez, importa mucho menos que ver. Es decir, lo que nos llega por los sentidos siempre tiene mayor relevancia e impacto.

Esto hace que, por ejemplo, nos juzguemos los unos a los otros por nuestras apariencias y no por nuestras esencias, dejándonos llevar por los prejuicios. Esto significa también que en esta sociedad dominada por lo digital, la imagen será siempre lo más manipulado para generarnos una emoción, y en consecuencia, llevarnos al engaño.

Tengámoslo en cuenta y procuremos añadir siempre el pensamiento crítico.

viernes, 4 de noviembre de 2022

Casablanca, entre el drama, el sentimentalismo y el romance

Casablanca ha pasado a la historia del cine como una gran producción por ser una de las mejores historias narradas de amor.

La industria hollywoodiense se consagra como una máquina de películas. Muchas destacan por el reparto de actores y los buenos guionistas, que dan forma a historias atractivas y que captan la atención del espectador. Una de las películas estadounidenses con mejores valoraciones es Casablanca, entre el drama, el sentimentalismo y el romance.

Esta historia que se desarrolla durante la II Guerra Mundial es todo un clásico. Para tener un conocimiento más profundo de esta joya de la historia del cine, vamos a analizar detenidamente los aspectos más relevantes de la película.

Breve contexto sobre Casablanca

El director Michael Curtiz nos presenta una historia que se mueve entre el drama, el romance, la política y la guerra. Se nutre, por tanto, de un contenido muy completo que la crítica llegó a alabar, sobre todo gracias a la buena puesta en escena de los actores y a la trepidante historia que se narra.

Humphrey Bogart interpreta el papel de Rick Blaine, mientras que Ingrid Bergman hace el de Ilsa Lund. El hecho de que estos dos iconos del mundo del cine sean protagonistas hace de Casablanca un filme que se ha ido consolidando con el paso de los años. En la actualidad, se considera una producción histórica de gran renombre.

La historia que se narra cuenta el conflicto político en el que se va a ver envuelto el propio Rick. Tras haber recibido dos salvoconductos de un delincuente, el cual fue abatido por la policía, va a relacionarse con Ilsa, la esposa de un líder de la resistencia checa. Esta trama se complica a medida que pasan los minutos de metraje, haciendo que la historia adquiera intriga, pasión y complicaciones políticas.

Una historia llena de intriga

Casablanca es un melodrama romántico en el que no triunfa el amor. Los distintos avatares políticos y sociales dejan la sensación de lo bonita que podría haber sido la historia; las esperanzas se truncan por la situación, y a cambio le hace una pregunta al espectador: ¿surge entre los protagonistas el amor verdadero? Veamos, por tanto, algunos aspectos más relevantes de esta película:

  • Ingrid Bergman es la emoción personificada. Representa una imagen histórica de muchas personas que, por diferentes circunstancias políticas y bélicas, no pueden cumplir con sus expectativas. Este es uno de los factores que captan la atención del espectador, sin olvidar que esta va a ser la producción que lance a la actriz al estrellato.
  • La realización está estudiada al más mínimo detalle. Se trabaja tanto la escenografía como cada frase que se dice, de tal manera que el argumento se nutre de expresiones y contenidos determinantes, sin olvidar los posicionamientos de la cámara que dinamizan en gran medida la representación.
  • Un referente dentro del cine clásico. Hay tiempo para el romance, la política, las traiciones, etc. De este modo, se construye un discurso atractivo donde reina la intriga para que el espectador quede pegado a la pantalla. A día de hoy, se considera una película de culto, ya que la posicionan entre las más visualizadas de los últimos tiempos.
Entre el idealismo y la realidad

La película se rueda íntegramente en Estados Unidos. Aunque se trata de crear ese ambiente ensimismado y exótico marroquí, todo va a tener lugar en el ámbito americano. Sin embargo, la esencia del filme demuestra perfectamente cómo se cuidaron los escenarios en los que podíamos observar a los personajes. Se trabaja todo con detalle, y se hace especialmente con el desarrollo argumental.

Son varias las frases que no se pueden olvidar. La interpretación de Bogart y Bergman hacen de Casablanca un gran filme que, obviamente, ha pasado a la historia del cine como una de las mejores producciones. No obstante, según iba avanzando el rodaje hubo numerosos cambios de guion, pero esto no quita que sea una película con mensaje profundo.

En definitiva, Casablanca es una de las mejores historias de amor narradas. De todas formas, se crea la expectativa de que se pueda alcanzar el triunfo de los sentimientos por encima de los conflictos políticos. Quizá este es el gran dilema que ronda por la cabeza de Rick, pero todo quedará en lo que podría haber sido cuando, en el fondo, la realidad es otra cosa muy distinta.

jueves, 3 de noviembre de 2022

El impacto psicológico de la primera menstruación

La llegada de la primera menstruación puede generar miedo, culpa y vergüenza en las jóvenes. Te mostramos cómo puedes acompañar a tu hija en este proceso.

La llegada de la menstruación es una experiencia a la que, tarde o temprano, toda adolescente debe enfrentarse. Sin embargo, pese a que se trata de un evento completamente natural e indicativo de buena salud, puede vivirse como negativo e incluso traumático. Para reducir el impacto psicológico de la primera menstruación es fundamental que las jóvenes cuenten con la guía y el apoyo de su núcleo familiar.

Indudablemente, hemos avanzado en cuanto a educación sexual y reproductiva se refiere. Lo que hace décadas se consideraba un tabú y se ocultaba con vergüenza, hoy se explica en las escuelas tanto a nivel curricular como mediante cursos y talleres destinados a este fin.

A pesar de ello, y aunque se cuente con suficiente información teórica, a nivel práctico la gestión de sentimientos sigue constituyendo un reto para las jóvenes. Por lo mismo, es necesario que los progenitores se hagan conscientes de lo que la menarquía puede suponer para sus hijas y cómo pueden acompañarlas en esta transición.

El impacto psicológico de la primera menstruación

No todas las niñas vivirán la llegada de la menstruación de la misma forma ni se adaptarán a ella al mismo ritmo. Algunas pueden recibirla con ilusión, otras con miedo; en cualquier caso, existen una serie de reacciones comunes que conviene tener en cuenta a fin de poder detectarlas y prevenirlas.

El cuerpo cambia

Tras la menarquía, el cuerpo de la joven cambia: se incrementa la masa ósea y corporal, la pelvis se expande y se produce un incremento regional de tejido adiposo, las mamas se desarrollan y el vello axilar y púbico hace su aparición.

Esta transformación puede producir complejos, rechazo del propio cuerpo e incluso a la aparición de trastornos de la conducta alimentaria.

La infancia termina

A nivel biológico y simbólico, la primera menstruación marca el fin de la etapa infantil. La niña pasa a ser considerada una joven y puede experimentar que las miradas y el trato por parte de los otros cambian a raíz de este suceso.

Para muchas de ellas, esto resulta confuso, angustioso y desconcertante pues aún no sienten internamente esa madurez que ahora se les atribuye. Esto es especialmente cierto en quienes sufren pubertad precoz, hasta el punto de que en estas niñas, el riesgo de desarrollar depresión y otras dificultades psicosociales es mayor.

Además, puede desencadenarse un proceso de duelo por la pérdida del cuerpo infantil y por el estatus de niña que se va para no recuperarse nunca. Aunque no sea fácil de verbalizar, el miedo y la tristeza pueden estar presentes.

El mundo adulto parece propio

Muchas jóvenes viven esta transición con ilusión y orgullo y pueden experimentar el fenómeno contrario: no anhelan la niñez perdida, sino que se lanzan a explorar el mundo adulto. Se sienten maduras, independientes y capaces y pueden tener la tentación de quemar etapas más rápido de lo adecuado.

El deseo sexual comienza a manifestarse y los padres pueden observar, atónitos, cómo el estilo de vestir, la actitud o los gustos de la adolescente cambian drásticamente.

Las emociones resultan incontrolables

La acción hormonal juega un importante papel en el estado emocional; por lo mismo, las adolescentes pueden comenzar a experimentar una labilidad emocional difícil de comprender y gestionar.

La tristeza, la euforia, la ira o la irritabilidad aparecen y desaparecen sin un motivo claro y con una intensidad inusitada; especialmente en aquellos casos en los que se padece síndrome premenstrual. Esto puede asustar a la niña si no recibe acompañamiento.

Miedo, culpa y vergüenza

Aunque estos casos son cada vez menos frecuentes, en algunos hogares la desinformación o la falta de comunicación respecto a este asunto es tan grande que las jóvenes pueden experimentar la llegada del periodo con miedo, culpa o vergüenza.

Pueden sentir, o entender por los mensajes implícitos que reciben del entorno, que es algo deshonroso que debe ocultarse; o, incluso, no tener conocimiento de lo que está ocurriendo en su cuerpo y vivirlo con verdadero pánico.

¿Cómo prevenir el impacto psicológico de la primera menstruación?

Desde el hogar existen una serie de pautas que pueden implementarse para prevenir o reducir el impacto psicológico de la primera menstruación:

  • Ofrecer información suficiente y relevante acerca del ciclo menstrual y reproductivo. Explicar qué ocurre y qué pueden esperar en cada momento. Saber cómo reaccionará su cuerpo y que cambios emocionales pueden experimentar reducirá el temor y la angustia.
  • Igualmente, ha de hablarse acerca de las distintas opciones disponibles: tampones, compresas desechables o reutilizables, copa menstrual… Si es necesario, puede acudirse a un profesional de la salud que pueda responder a las dudas de la joven.
  • El trato de los progenitores hacia la adolescente no debe cambiar a raíz de la menarquía. Es decir, han de seguir establecimiento límites adecuados para la edad y mostrándose cercanos y emocionalmente disponibles. Aumentar la vigilancia o las restricciones por el miedo de los padres a que la joven pueda salir embarazada suele ser contraproducente.
  • Ayudar a la niña a gestionar los cambios en su imagen física y permanecer alerta ante posibles comportamientos de riesgo, como la restricción de la ingesta calórica o ejercicio físico excesivo. Pueden ser indicativos del inicio de un problema mayor.
Acompañar para evitar el impacto psicológico de la primera menstruación

Ante todo, es fundamental acompañar a la joven en el proceso, permitiendo que exprese sus emociones.

El periodo menstrual no ha de ser un tabú, ha de tratarse con naturalidad en el seno de la familia. De este modo, evitaremos que el impacto psicológico de la primera menstruación derive en trastornos a largo plazo.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez?

Pese a la gran oferta que hay en cartelera, escogemos ver determinadas películas una y otra vez. Descubre a qué se debe esta tendencia y cómo nos afecta.

Reconócelo: hay determinadas películas a las que vuelves año tras año. No importa la cantidad de novedades que ofrezca la cartelera o la buena crítica que tienen los últimos estrenos, si se trata de elegir, tú escoges tu filme favorito, ese que no necesariamente es una superproducción ni tiene una excelente trama, pero que adoras. ¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez?, ¿no sería mejor abrirnos a nuevas experiencias? Exploramos este asunto a continuación.

No todos tenemos los mismos hábitos de consumo, pero sí compartimos el gusto por repetir aquello que nos gusta. Hay quienes cada diciembre repasan las mismas películas navideñas y quienes ven la misma cinta siempre que se juntan con alguien en particular. También repetimos cada día las canciones que nos son conocidas y optamos por recurrir a series de las que ya nos sabemos hasta los diálogos.

Si pensabas que eras el único, has de saber que se trata de una tendencia muy extendida y que se han barajado varias explicaciones para entenderla. Sigue leyendo para descubrirlas.

1. Vemos las mismas películas porque nos gustan

Esta es una explicación muy sencilla y obvia, pero no por esto deja de ser válida. Vemos una y otra vez nuestras películas favoritas porque nos gustan sus argumentos, sus ambientes y decorados, porque despiertan en nosotros emociones positivas o porque nos identificamos con sus valores.

Las razones pueden ser diversas; lo cierto es que, del mismo modo que repetimos nuestros alimentos preferidos o nos ejercitamos cada día porque nos hace sentir bien, ¿por qué no habríamos de recurrir a ese filme que es de nuestro agrado una y mil veces?

2. Descubrimos nuevos detalles

Consumir contenido audiovisual que ya conocemos no nos exige un gran esfuerzo mental. Ya sabemos cómo va a ir la historia y, por esto, podemos recrearnos descubriendo nuevos matices y sabores.

Desde la tranquilidad y el placer que sabemos asegurado, y sin tener que salir de nuestra zona de confort, nos abrimos a descubrir nuevos detalles que nos pueden llevar a amar cada vez más esa obra.

3. Nos sentimos como en casa

Nos resulta inevitable empatizar con los personajes de determinadas películas y series; más aún cuando hablamos de aquellas que hemos reproducido en varias ocasiones. De algún modo, se genera simpatía y un sentimiento de cercanía con sus historias y vidas, los sentimos como amigos virtuales y este sentimiento de familiaridad resulta muy gratificante.

Por eso, hay quienes se sienten acompañados con los capítulos de Friends mientras cenan solos, y quienes se sienten reconfortados con Harry Potter mientras se recuperan de una gripe.

4. Evocan recuerdos y sensaciones

Muchas de nuestras películas favoritas lo son por lo que evocan, porque nos transportan a otros tiempos y situaciones. Al verlas de nuevo, regresamos de alguna forma a esa primera vez que las vimos, a la compañía de quien estaba a nuestro lado, a esa infancia despreocupada o a una época más sencilla y alegre de nuestras vidas.

Algunas nos devuelven a esas tardes de verano con nuestros padres, otras nos permiten revivir los maratones nocturnos con nuestros amigos de adolescencia y otras rememoran la ilusión del primer amor. De este modo, no es la película en sí misma, sino todo lo que trae aparejado a nivel emocional.

5. Nos permiten conocernos

Ver las mismas películas una y otra vez no implica vivir siempre las mismas experiencias. Seguro que te ha ocurrido: con el paso de los años, tu interpretación de la obra ha cambiado, ahora incluso simpatizas con los villanos o entiendes el proceder del protagonista que años atrás te parecía ilógico. Y es que en estas películas podemos observar nuestra propia evolución personal.

Al volver a verlas, comprobamos cómo se han transformado nuestros valores, nuestra forma de ver el mundo; observamos cuánto hemos aprendido y cómo han cambiado nuestras opiniones. Nos permite comparar a la persona que fuimos con la que somos hoy en día; y esto, con un filme nuevo, no sería posible.

6. Para sentir que tenemos el control

Esta es quizá una de las razones más poderosas que nos llevan a repetir constantemente los mismos contenidos. Y es que el conocer de antemano todo lo que ocurrirá, nos proporciona una gran sensación de control.

Quizá afirmamos que nos gusta el suspense, el misterio y dejarnos sorprender. Sin embargo, el cerebro humano tiende a lo predecible, a lo previsible, a la comodidad de los patrones. Esto nos permite bajar la guardia y relajarnos, con la certeza de saber lo que ocurrirá.

7. Nos ayudan a lidiar con nuestras emociones

El contenido audiovisual en todas sus variedades puede resultar muy útil en cuanto a la gestión emocional, especialmente si ya nos es conocido. Posiblemente, nuestras películas favoritas lo sean porque de, algún modo, nos podemos identificar con sus protagonistas y con el transcurrir de sus historias.

Al verlas, sentimos y gestionamos nuestros propios asuntos internos, de forma que se produce una catarsis que puede resultar muy liberadora. No en vano solemos tener una película predilecta para los días tristes y otra para los felices, una para cuando nos sentimos enamorados y otra para cuando atravesamos un duelo.

En definitiva, como puedes comprobar, repetir las mismas películas no es negativo ni perjudicial. Al contrario, hacerlo produce en ti procesos muy interesantes y necesarios que te ayudan de diferentes maneras.

Así, no te cortes y disfruta de tus obras favoritas tantas veces como quieras. Eso sí, no te cierres a nuevos descubrimientos, nunca sabes cuándo aparecerá esa próxima producción que se convertirá en una de tus imprescindibles.


martes, 1 de noviembre de 2022

El coste de oportunidad, la clave para tomar decisiones inteligentes

El coste de oportunidad es un concepto que nos recuerda un hecho indiscutible: normalmente al decantarnos por una opción, renunciamos al resto. Lo bueno es que, teniendo en cuenta esta idea podemos llegar a tomar mejores decisiones.

El coste de oportunidad es un concepto que procede de la economía, pero que tiene aplicación en cualquier ámbito en el que se necesite realizar una elección. Hace referencia a lo que alguien deja de ganar al elegir una alternativa y renunciar a las demás. El concepto sirve para todo tipo de decisiones, incluyendo las personales.

Para entender el concepto de coste de oportunidad, veamos un ejemplo sencillo. Si disponemos de 5 euros, podemos utilizarlos en comprar un rico helado, una revista, algún accesorio o ahorrarlos. En realidad, las opciones son muchas, pero seleccionamos unas cuantas al azar.

Lo importante a resaltar aquí es que al elegir una de esas opciones, de manera casi automática, estamos renunciando a las otras. Por lo tanto, renunciamos a los beneficios que nos podían brindar esas alternativas. Allí estamos pagando el coste de oportunidad. Tal coste puede ser más elevado si renunciamos a una buena alternativa, o menor, si elegimos la mejor opción.

El coste de oportunidad

Quien acuñó el concepto de coste de oportunidad fue el economista Friedrich von Wieser en su teoría de la economía social, publicada en 1914. En el plano de las inversiones y las finanzas, este coste se puede calcular en términos numéricos. Por ejemplo, si se tiene un capital y existe la opción de comprar una casa para alquilarla o invertir el dinero en acciones.

En ese ejemplo se debe calcular lo que se obtendría de la renta de la casa en un determinado lapso y compararlo con lo que se conseguiría si el dinero se invierte en acciones. La idea es elegir la opción que más rentabilidad ofrezca. Esta, a su vez, será la que tenga un costo de oportunidad menor.

En la vida personal, no es posible reducir el asunto a cifras y los resultados sueles ser el producto de una conjunto de decisiones -por ejemplo, podemos decantarnos por la opción de comprar el inmueble para alquilar, pero después habrá que buscar a esos inquilinos-. Hay mayor complejidad y a la hora de tomar las decisiones entran en juego muchos factores subjetivos. Sin embargo, también es posible tener en cuenta este concepto para llegar a mejores decisiones.

Decidir en función del coste de oportunidad

Todo el tiempo estamos tomando decisiones, pero la mayoría de ellas no son razonadas, y está bien que sea así. No tendríamos suficiente energía para analizar todos los detalles de todas las opciones que podemos elegir. Es imposible calcularlo todo: ¿me conviene más tomar café o té? ¿Me levanto ahora para ir al baño o espero unos minutos? Nos volveríamos locos si examináramos en detalle pros y contras de cada una de estas opciones.

Sin embargo, en las decisiones importantes es necesario ser más calculadores y previsivos. Tener o no tener hijos, cambiar o no de trabajo, estudiar esta profesión o la otra, etc. Son actuaciones que tienen efectos importantes a largo plazo y en estos casos sí vale la pena acudir al concepto de coste de oportunidad.

No hay una fórmula para calcular el coste de oportunidad en las decisiones personales. Lo que sí hay es un conjunto de factores que permiten medir mejor el precio de nuestras elecciones individuales. Los más importantes son los siguientes:

  • Autoconocimiento. A mayor conocimiento de uno mismo, más acierto en las elecciones que se hagan.
  • Disponibilidad de tiempo. Entre menos tiempo se tenga, más selectivo se debe ser en las decisiones que lo impliquen.
  • La proyección a largo plazo. Siempre conviene pensar en qué tanta felicidad proporcionará una elección, luego de algunos años.
  • El efecto del error. Vale la pena estimar el efecto que tendría elegir la opción inadecuada. Entre más impacto tenga, menor será la probabilidad de elegir esa alternativa.
Un hábito saludable

Es buena idea convertir el análisis del coste de oportunidad en un hábito para la toma de decisiones. En particular, conviene hacerlo al analizar a qué se le dedica el tiempo. Una buena manera de comenzar es planteándose qué es lo más importante para uno en la vida y preguntándose si se le está dedicando suficiente tiempo a ello.

También es conveniente que, ante cualquier decisión que deba tomarse, se evite el dualismo: o lo uno, o lo otro. Lo indicado es buscar más alternativas y el solo ejercicio de buscarlas logra ampliar el panorama.

Los recursos más importantes de la vida son el tiempo y la energía. Ambos deben ser suficientemente valorados. Todo lo que robe mucho tiempo o mucha energía implica un elevado coste de oportunidad. Que lo elegido valga la pena y no sea un desperdicio.