lunes, 14 de noviembre de 2022

Ser feliz al 80 por ciento: los riesgos de conformarse

Conformarse es sencillo y cómodo; pero, a la larga, nos aboca a la insatisfacción e incluso puede derivar en problemas de salud. Te contamos cómo caminar hacia la felicidad plena.

Seguramente en algún momento te han realizado la siguiente pregunta: del 1 al 10, ¿cómo de feliz eres? Generalmente, la respuesta es bastante poco ajustada, y muy influenciada por el estado de ánimo de ese momento. En este mismo sentido, hoy queremos plantearte otra pregunta: si entendemos la escala de felicidad como gradual, ¿con qué grado te conformarías?

Es importante recordar que la felicidad plena no proviene de experimentar una realidad perfecta, de no sufrir nunca decepciones o reveses, de haber alcanzado todos nuestros objetivos. Si fuera así, la felicidad simplemente sería una utopía. Sin embargo, sí es imprescindible que estemos dispuestos a invertir recursos en aquellos proyectos que nos ilusionan.

La comodidad del conformismo

A simple vista, cabría pensar que ser feliz al 80 por ciento es todo un logro, un auténtico privilegio. Vivimos en una sociedad asolada por el estrés, la depresión, las enfermedades físicas, los conflictos interpersonales y las dificultades laborales. Gozar de ese grado de plenitud debería hacernos sentir satisfechos y afortunados. El problema surge cuando la comodidad nos vuelve demasiado conservadores.

Tengo ansiedad, pero no me limita tanto, así que no hago nada. Mi pareja no me llena, no me hace sentir pleno, pero al menos no es abusiva, al menos no estoy solo, así que me conformo. Mi trabajo no aporta significado a mi vida, no me motiva, pero tampoco lo detesto, entonces ¿por qué hacer cambios?

Esta mentalidad es sumamente común, está totalmente extendida. Nos hemos acostumbrado a conformarnos, a no esperar más de la vida, a pensar incluso que no es posible una situación mejor. Sin embargo, la dificultad reside en que ese 80 por ciento de felicidad con el tiempo va decreciendo.

La ansiedad sin abordar deriva en un trastorno serio y empieza incluso a afectar al cuerpo físico. La relación de pareja se deteriora cada vez más, la distancia emocional es cada día más grande. Y ese empleo, sostenido durante años, consume ya tus ilusiones y convierte tu día a día en una rutina monótona y sin sentido.

De pronto, de ser feliz al 80 por ciento, pasas a serlo a un 60, a un 40, ya no alcanzas el aprobado. ¿Qué ha pasado? Es el resultado de conformarse.

Agradece la gota que derramó el vaso

Si hay algo temible para los seres humanos son las grandes crisis, esos momentos de cambio en los que todo lo establecido se derrumba, en los que no nos queda otra que mirar de frente a la realidad y tomar decisiones. Ese día en que un ataque de pánico te hace sentir que vas a morir, esa discusión en la que abres los ojos a lo insostenible de tu vida en pareja o ese despido que te hace replantearte tu futuro laboral.

Son momentos que pagaríamos por no vivir, pero son en realidad la semilla del cambio que necesitamos. De hecho, para muchos terapeutas este es el mejor momento para trabajar con sus clientes, pues las vendas han caído, conformarse ya no es una opción y generar cambios es la única salida.

Ser feliz al 80 por ciento es una situación confortable, lo suficientemente buena para que podamos seguir mirando hacia otro lado. Sin embargo, ¿no crees que mereces el 100 %? Es precisamente esa gran crisis, esa gota que derramó el vaso, la que te da el valor para trabajar por ello.

Halla la felicidad en la autorrealización

Para alcanzar la felicidad plena no necesitas que todo se acomode a tu favor, (algo que, por cierto, no está en tus manos), pero sí necesitas coherencia. Esto es, saber lo que quieres y alinear tus acciones con estos objetivos.

¿Quieres vivir más tranquilo y reducir el estrés? No te cargues de obligaciones, trabaja el perfeccionismo y aprende a delegar. ¿Deseas un compañero de vida que te complemente? No te conformes con amores mediocres por miedo. ¿Te gustaría levantarte cada día con un propósito? Capacítate en lo que te apasiona, no temas cambiar de rumbo, da un paso cada día hacia esa meta.

El camino hacia la autorrealización requiere de perseverancia, de saber ponerse límites a uno mismo para no ceder a la mediocridad, y de fe para recordar que una vida mejor es posible. Probablemente, no verás los resultados tan rápido como te gustaría, habrá momentos en los que desearás volver a ser feliz al 80 por ciento; pero es la coherencia, el mantenerte fiel a ti mismo lo que te hará sentir la tranquilidad, la motivación y la plenitud que antes no encontrabas.

domingo, 13 de noviembre de 2022

La autorrevelación: ¿cuánta intimidad compartes con los demás?

Para construir vínculos fuertes y significativos, podemos practicar la autorrevelación. Es decir, transmitir a los demás aspectos que consideramos confidenciales de nosotros. Sin embargo, ¿hasta dónde debemos llegar?

La autorrevelación es una competencia social de doble filo. Define la capacidad para compartir con los demás información privada: experiencias, pensamientos y deseos que pertenecen al terreno más profundo y personal. Por un lado, todos sabemos que las mejores relaciones son aquellas en que nos permitimos transmitir al otro parte de ese “material sensible” porque hay confianza.

Ahora bien, en ocasiones nos llevamos algún traspié en ese complejo arte de saber qué compartir y qué callar. Porque al abrirnos a los demás, también nos exponemos a ser traicionados. Esto hace, por ejemplo, que muchas personas se muestren tan reservadas que nadie puede acceder a ellas.

Algo así crea distancias y dificulta crear vínculos enriquecedores. En cambio, otros caminan por el mundo con el corazón abierto; todo lo comparten, todo lo dicen, todo lo dejan sobre los demás, sin filtros ni medidas. Esto, obviamente, genera que sufran más de una decepción.

Aunque, por llamativo que nos parezca, la ciencia nos dice que aquellos que dicen lo que sienten y comparten con los demás lo que desean, gozan de mejor salud psicológica… Lo analizamos.

¿Qué es la autorrevelación?

La autorrevelación es un concepto que introdujeron Altman y Taylor en 1973 a raíz de un trabajo de investigación cierta resonancia. Forma parte de la psicología social y de las relaciones interpersonales. Según esta teoría, la revelación gradual de sentimientos y experiencias personales favorece tanto el sentido de confianza como el conocimiento que tenemos del otro.

Es como ir dejando miguitas de pan, pequeñas pinceladas de cómo somos, para que el otro las recoja y con ellas sea capaz de replicar nuestra imagen, haciéndose así una idea de cómo somos, de qué tonos experienciales y de personalidad nos definen.

La autorrevelación requiere que practiquemos la apertura psicoemocional y el intercambio de información. Todo a través del filtro de la sinceridad. Porque sin ella, difícilmente podremos hablar de un vínculo auténtico.

Ahora bien, es interesante saber que en este campo se abren notables diferencias interindividuales. Hay personas que comparten de inmediato aspectos íntimos de su propia vida con aquellos que acaban de conocer. También abundan quienes resultan altamente herméticos.

Y están los que dudan, los que se hacen la clásica pregunta de ¿hasta dónde debería llegar? ¿Qué debería contar o no contar a esta persona que me gusta y acabo de conocer?

La autorrevelación es la piedra angular de la intimidad emocional

¿Quieres iniciar una relación de pareja? Entonces debes practicar la autorrevelación. ¿Deseas construir un vínculo de amistad sólido y enriquecedor? Entonces, debes hacerlo. Es necesario compartir con esa persona aspectos privados de ti mismo. En esencia, para conformar lazos sociales y afectivos, las personas debemos abrir parcelas privadas de la mente y el corazón.

¿Significa que estamos obligados a exponernos? Toda relación requiere un acto de fe, y ese paso de valentía exige practicar dos dimensiones muy concretas: la reciprocidad y la autorrevelación. Es así como se teje, día a día y paso a paso, esa intimidad emocional en la que, de pronto, construimos maravillosos refugios emocionales donde caben dos personas que se sienten en total sintonía…

El problema de la inequidad percibida: cuando revelamos más de lo que nos revelan

La Universidad de Ámsterdam realizó una interesante investigación en el 2018. En ella se profundiza en cómo la autorrevelación sirve no solo para construir relaciones sociales. También es clave para desentrañar el desarrollo y el mantenimiento de las relaciones de pareja y de amistad. Es decir, no solo nos permite conectar con los demás, sino que también es necesaria para atender y cuidar de esos vínculos.

Ahora bien, en muchos casos nos encontramos con un fenómeno recurrente. La inequidad aparece cuando tomamos conciencia de que compartimos con las personas mucho más de lo que ellas nos ofrecen. No solo es que se muestren herméticas, sino que en ocasiones no dicen lo que sienten y la autorrevelación se transforma en tergiversación.

Estas situaciones, como bien podemos imaginar, hacen daño. Sin embargo, hay un hecho innegable. El bienestar y la felicidad interpersonal requieren de un intercambio constante de pensamientos y sentimientos sinceros. A mayor intimidad, mayor vinculación.

¿Cuánto debemos compartir con los demás?

La autorrevelación o ser capaces de abrirnos a los demás compartiendo detalles personales revierte no solo en nuestras relaciones. También en nuestro bienestar psicológico. Ser capaces de hablar sobre aspectos privados de nuestra persona revela que somos capaces de confiar en los demás. Y esto último es necesario, es saludable y nos beneficia.

Sin embargo, quien opta por el hermetismo desprende esa desconfianza y ansiedad social que, de un modo u otro, le perjudica. No poder confiar en nadie nos aísla, nos sitúa en la esfera de la soledad. Ahora bien, hay un aspecto que debemos considerar: no es bueno caer en los extremos. Es decir, no es aconsejable abrirnos por completo a alguien que no conocemos, ni tampoco optar por la frialdad y distancia emocional.

El secreto está en la reciprocidad. Compartiremos tanto como nos compartan. Revelaremos tanto como creamos y necesitemos, sopesando si quien tenemos en frente nos ofrece confianza, sinceridad y empatía. Porque esa es la clave de las relaciones

sábado, 12 de noviembre de 2022

¿Qué es la desregulación emocional?

¿Sientes en ocasiones que no tienes el control de tus emociones? ¿Acabas arrepintiéndote de muchas de las cosas que dices y haces? La falta de regulación emocional nos conduce hasta situaciones de gran sufrimiento.

Definimos la desregulación emocional como esas respuestas mal moduladas y extremas que dificultan la capacidad de funcionar de manera efectiva. Ejemplo de ello es no poder mantener la calma y acabar hablando mal a alguien que queremos. También, darnos atracones de comida después de tener un mal día en el trabajo o de discutir con nuestra pareja.

Si hay algo que escuchamos con frecuencia es que toda emoción es válida y cumple su función. Ahora bien, una cosa es experimentar cualquier emoción de valencia negativa intensa (como la ira) y otra es dejarnos llevar por ellas. Todos, por ejemplo, hemos visto alguna vez a esas personas que insultan y tratan mal a alguien a raíz de una mala gestión de la frustración.

Asimismo, es importante saber que, cuando esta característica es particularmente extrema, se relaciona con múltiples trastornos psicológicos. Ejemplo de ello es el trastorno bipolar. No obstante, todos en algún momento podemos sufrir un episodio puntual y episódico en el que manifestamos un estallido emocional poco ajustado, con sus evidentes consecuencias.

Características de la desregulación emocional

Quien más y quien menos se ha sentido en alguna ocasión sobrepasado por sus emociones. Siempre hay situaciones que pueden desencadenar estas respuestas intensas. Sin embargo, reaccionar de manera vehemente ante un contexto adverso es algo normal. Lo anormal y hasta patológico es reaccionar de manera desajustada en una situación en apariencia cotidiana.

Sucede cuando una persona vuelve de su trabajo estresada y carga sobre la familia su ansiedad de manera violenta. Ocurre también cuando un adolescente recurre a las autolesiones por la insatisfacción con su cuerpo o por problemas en el instituto.

La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) define la desregulación como cualquier respuesta excesiva y abrumadora que atenta contra nuestro bienestar.

Componentes que la definen

La desregulación emocional es un fenómeno de gran intensidad que se acompaña de múltiples procesos. Así, en un trabajo de investigación de Gratz & Roemer se detalló cuáles era esos factores capitales que orquestan este estado psicológico. Lo analizamos:

  • Hay una clara falta de conciencia, aceptación y comprensión sobre las emociones que experimentan en ese momento dado.
  • La persona experimenta una negación ante lo que siente. No lo acepta y, por lo general, termina proyectando esa emoción por otras vías: gritos, lloros, autolesiones, etc.
  • No evidencian ninguna estrategia para manejar esa situación. Es más, por lo general, las personas con desregulación emocional tienden a intensificar ese estado a través de la rumia, la preocupación irracional y la negación.
¿Cómo se manifiesta?

Esa incapacidad para regular las emociones deriva de estrategias deficientes de regulación psicológica de lo que sentimos y lo que nos pasa.

Ahora bien, es importante saber que la desregulación emocional deriva en muchos casos de trastornos mentales. Por lo general, es común tener personas que llevan meses o años repitiendo ese mismo patrón conductual, cognitivo y emocional.

Por término medio, solemos ver las siguientes manifestaciones asociadas:
  • Filtran su realidad y cada experiencia desde el filtro de la negatividad.
  • Sufren alteraciones del sueño.
  • Alteraciones psicosomáticas.
  • Suelen tener problemas de atención.
  • Problemas para mantener las relaciones de pareja, de amistad, etc.
  • Tendencia a las discusiones, en ocasiones violentas o subidas de tono.
  • Problemas laborales (dificultad para ser productivo, para llegar a acuerdos con los compañeros de trabajo, etc.).
  • Explosiones de ira, de llantos, etc.
  • Autolesiones.
  • Alteraciones en la alimentación.
  • Posible riesgo de consumo de sustancias adictivas, como el alcohol o las drogas.
¿Cuál es el origen de la desregulación emocional?

Investigaciones como las realizadas por el doctor Russell A. Barkley, destacan que a menudo podemos ver muestras de desregulación emocional en niños de dos años que más tarde evidencian un trastorno de atención con hiperactividad (TDAH).

Son chicos y chicas con mayores problemas para regular la ira y la angustia. Aunque los mecanismos de por qué ocurre esto aún no están claros, es algo que se aprecia con frecuencia.

Por otro lado, y como venimos señalando, esa dificultad para controlar las emociones suele asociarse a más de un problema mental. Estos serían algunos ejemplos:

  • Las personas que han sufrido algún trauma de infancia suelen evidenciar muestras de desregulación emocional.
  • El trastorno bipolar también muestra esta característica.
  • El trastorno de espectro autista (TEA) es otro ejemplo.
  • Trastorno límite de personalidad (TLP).
  • El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA) es una condición en la que aparece esa dificultad para manejar y controlar las emociones. Afecta a niños y adolescentes  que muestran arrebatos e intensos de irritabilidad y mala conducta.
Tratamiento para la desregulación de las emociones

Una estrategia efectiva y válida para tratar la desregulación emocional es la terapia dialéctica conductual. Este enfoque ayuda de manera efectiva a las personas a controlar sus emociones. De este modo, entre los objetivos que integran esta metodología terapéutica están los siguientes:
  • Cambiar y trabajar las conductas poco saludables que incrementan el sufrimiento. 
  • Entender, tomar conciencia y regular las emociones.
  • Mejorar las relaciones interpersonales.
  • Mejorar la atención y las habilidades para la relajación.
  • Aprender a tolerar la angustia y la resistencia a la frustración.
Para concluir, si bien es cierto que todos podemos tener problemas puntuales en el control y regulación de nuestras emociones, el problema esencial está en cuando dicha realidad se torna una constante. Es entonces cuando deberemos solicitar ayuda experta.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Una buena higiene del sueño comienza en el dormitorio

Dormir bien es determinante para la salud física y mental. Debido a esto, es importante adoptar hábitos que ayuden a una buena higiene del sueño. ¿Cómo adecuar el dormitorio?

Hay una amplia variedad de hábitos que pueden contribuir a una buena higiene del sueño; entre estos, adecuar el dormitorio se vuelve esencial. Si bien muchos lo pasan por alto, el orden, una cama cómoda y hasta la iluminación contribuyen a un buen descanso.

Pero, ¿por qué es tan importante dormir bien? Pues bien, aunque muchos lo ignoran, el sueño desempeña un papel principal en el mantenimiento del bienestar. No solo permite recargar el cuerpo de energía, sino que interviene en funciones cognitivas, emocionales y físicas.

Debido a esto, es importante contar con un espacio acorde para el descanso, con un ambiente que promueva la transición de la vigila al sueño. A continuación, detallamos algunas recomendaciones.

¿Cómo adecuar el dormitorio para contribuir a una buena higiene del sueño?

El insomnio y las dificultades para mantener el sueño pueden ser producto de muchos factores. Las preocupaciones, la ansiedad, el uso de dispositivos móviles, el consumo de sustancias estimulantes y las siestas demasiado largas pueden reducir la calidad del descanso.

De igual manera, ir a dormir en un dormitorio desordenado e incómodo es perjudicial. Si el cuerpo y la mente no consiguen relajarse en este espacio, será difícil conciliar el sueño por el lapso recomendado (entre 7 y 8 horas diarias). ¿Qué hacer al respecto?

Organizar el dormitorio

El punto de partida para promover una buena higiene del sueño en el dormitorio es mantener todo en orden. Crear un ambiente limpio, minimalista y agradable favorece la sensación de placer, la relajación y el descanso visual.

¿Qué puedes hacer?

  • Si cuentas con poco espacio, opta por elegir camas funcionales o canapés abatibles. Su principal característica es que tienen un espacio de almacenamiento interior en el cual se pueden guardar objetos diversos para que no estén tirados en otros lados.
  • Evita elegir un mobiliario que ocupe mucho espacio. Lo ideal es que quede suficiente espacio para transitar con comodidad.
  • Evita obstruir las zonas de paso con ropas, zapatos u otros elementos. Recuerda que puedes ordenarlos en los canapés abatibles o también en estanterías, armarios o canastos.
Asegúrate de hacer una limpieza diaria. El polvo y la suciedad acumulada en el dormitorio no solo impiden una buena higiene del sueño, sino que pueden derivar alergias o problemas de salud.

Asegurar una cama cómoda

Cuando se trata de dormir bien, la comodidad es esencial. Por esta razón, si la cama no está brindando suficiente confort, es mejor tratar de solucionarlo. Tanto el colchón como las almohadas deben generar una sensación de relajación al acostarse. Ahora mismo, hay una amplia variedad de diseños, materiales y tecnologías que responden a las necesidades de cada persona.

Elegir la iluminación adecuada

Un detalle que muchos ignoran —pero que es bastante importante— tiene que ver con la iluminación de la habitación. Lo idóneo para facilitar el sueño es que no haya demasiadas fuentes de luz externas. Si el dormitorio tiene ventanas, lo mejor es poner cortinas o persianas para bloquear cualquier iluminación exterior que quiera filtrarse en la noche.

Ahora bien, para darle una sensación de calidez y armonía al cuarto, hay diferentes tipos de luces. Por ejemplo, una luz ambiente permite una iluminación suave, nada molesta. Las luces de techo iluminan un poco más, pero se puede optar por las bombillas de intensidad baja. Otras opciones son las lámparas (para iluminaciones concretas) o las tiras de pequeñas bombillas.

Alejar los dispositivos electrónicos

Está comprobado que el uso de dispositivos tecnológicos (móviles, computadoras, televisores, etcétera) antes de dormir incide en problemas como el insomnio. Aunque los mecanismos no están del todo claros, algunas hipótesis sugieren que su uso en la cama altera la producción de melatonina —hormona del sueño— o crea campos electromagnéticos que afectan el descanso.

Así pues, si el objetivo es dormir mejor, lo ideal es evitar el uso de estos elementos al menos 30 minutos antes de ir a la cama. En la medida de lo posible, hay que dejarlos por fuera del dormitorio.

Recomendaciones finales para promover la higiene del sueño desde el dormitorio

Más allá de cuidar el orden, la comodidad y la iluminación del dormitorio, es conveniente considerar otros aspectos ambientales, como alejar las fuentes de ruidos molestos, ventilar a diario los espacios y ajustar la temperatura. Todo esto, en conjunto, ayudará a crear el entorno adecuado para un buen descanso. ¡Tenlo en cuenta!

jueves, 10 de noviembre de 2022

¿Cómo respirar para reducir el estrés?

Respirar es mucho más que llevar oxígeno a nuestros pulmones y eliminar el dióxido de carbono. La respiración consciente puede ayudarnos a lidiar con el estrés y restablecer el equilibrio emocional.

El estrés es una reacción fisiológica normal. En dosis bajas, es adaptativo y resulta necesario para afrontar diferentes situaciones. Sin embargo, su exceso durante un largo período de tiempo puede ser dañino para la mente y el cuerpo. Nos puede predisponer a tener una salud general deficiente, al igual que enfermedades físicas y psicológicas como infecciones, enfermedades cardiovasculares o depresión (Capdevila y Segundo, 2005).

Son muchas las situaciones que nos causan estrés, una entrega final para el trabajo, un examen en la universidad, la enfermedad de un ser querido, etc. El estrés es una respuesta muy conocida. Pero, ¿cómo se desencadena?

Desde la perspectiva cognitiva de Lazarus y Folkman, podemos decir que el estrés se presenta cuando identificamos una situación como amenazante. Una amenaza que consideramos de una magnitud que excede nuestros propios recursos de afrontamiento, lo que pone en peligro nuestro bienestar.

Así pues, el estrés surge de una valoración cognitiva y de la percepción de los recursos o estrategias de afrontamiento. Básicamente, lo que hacemos es evaluar si la situación puede dañarnos o beneficiarnos y estimamos si contamos con los recursos para enfrentarla o no.

Cuando valoramos que nuestros recursos no serán los suficientes para enfrentarla, o no sabemos si lo serán -muchas veces es peor la incertidumbre-, nos estresamos. Una vez activado el estrés, ¿qué podemos hacer para reducirlo?

Existen muchas alternativas para reducir el estrés, entre las que encontramos la expresión artística, la imaginación guiada, escuchar música (Miluk-Kolasa et al., 2009), hacer ejercicio, respirar, etc. En este artículo, nos centraremos en esta última y aprenderemos a cómo respirar para reducir el estrés.

4 formas de respirar para reducir el estrés

El estrés es una respuesta psicofisiológica que altera el equilibrio de nuestro organismo mediante la activación de diferentes sistemas orgánicos, como el sistema nervioso autónomo. Las técnicas de respiración son útiles para enfrentar estos cambios que ocurren como consecuencia del estrés (Jerath et al., 2015).

Investigaciones han encontrado que la respiración es una estrategia efectiva para reducir el nivel de excitación fisiológica y el estrés (McCaul et al.,1979; Cea et al., 2015). También que los efectos de la respiración han resultado comparables a los de la relajación muscular progresiva, técnica que ha demostrado ser eficaz para reducir el estrés (Encinas et al., 1996).

En otro estudio se encontró que la respiración profunda es capaz de inducir una mejora efectiva en el estado de ánimo y el estrés, tanto en términos de evaluaciones autoinformadas como de parámetros objetivos, como la frecuencia cardíaca y el cortisol en la saliva (Perciavalle et al., 2017).

Los ejercicios de respiración nos ofrecen una manera extremadamente simple, efectiva y conveniente de aliviar el estrés, reduciendo los efectos negativos que tiene para la mente y el cuerpo. A continuación, te explicaremos varias formas de respirar para que puedas reducir el estrés.

1. Respiración diafragmática consciente

Ubícate en una posición cómoda, cierra los ojos y observa tu respiración. Préstale atención a su ritmo y profundidad. ¿Es profunda o superficial? ¿Es rápida o pausada?

Luego coloca una mano en tu abdomen y procura que al respirar sientas como tu estómago se infla y desinfla con cada inspiración y espiración. Coloca la otra mano sobre tu pecho e intenta que no se mueva al respirar. Solo debe moverse la que tienes sobre tu abdomen.

Inspira lentamente por la nariz, de manera que la mano que tienes en el abdomen sienta la presión de este elevarse. La mano en el pecho debe permanecer inmóvil. Sostén la respiración un momento y exhala lentamente por la boca, de modo que sientas la mano del abdomen descender.

2. Respiración profunda con retención de aire

Siéntate cómodamente, cierra suavemente los ojos y coloca una mano sobre el abdomen, con el dedo meñique justo encima del ombligo. El abdomen debe elevarse con cada inspiración. Al espirar, el abdomen debe volver a su posición original. Inspirar por la nariz y espirar por la nariz o por la boca.

Haz una inspiración lenta y profunda por la nariz durante 4 segundos, sostén el aire durante 7 segundos y espirar lentamente por la nariz o por la boca durante unos 8 segundos. Si quieres, puedes repetir mentalmente y de forma lenta la palabra “calma” o “tranquilo” cada vez que espires.

3. Respiración con visualización

Ponte en una posición cómoda, cierre los ojos y comienza la respiración diafragmática. Mientras inhalas, imagina que todo el estrés que estás sintiendo viene de tus extremidades y llega a tu pecho.

Luego, mientras exhalas, imagina que el estrés abandona tu cuerpo a través de la respiración y se disipa justo frente a ti. Despacio y deliberadamente repite el proceso.

4. Reducir el estrés con un suspiro

Suspirar nos alivia tanto a nivel psicológico como fisiológico (Vlemincx et al., 2016). Por eso, suspirar puede ser una buena estrategia para reducir tus niveles de estrés.

Para ello, respira profundamente por la nariz, tomando la mayor cantidad de aire que puedas. Luego suéltalo y concéntrate en vaciar completamente tus pulmones. Muchas personas retienen aire en sus pulmones después de una exhalación, por eso, asegúrate de que exhalas todo el aire que has contenido.

Para concluir, la respiración no es solo el mecanismo que usamos para oxigenar el cuerpo, es también un camino efectivo para regular la activación fisiológica durante episodios de estrés.

Las personas damos por sentada la respiración que descuidamos los efectos positivos que tiene sobre nuestra salud. Así que, no tengas recelo en las técnicas de respiración. Experimenta con aquella que te resulte cómoda y observa cómo te ayuda a sentirte relajado.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

6 preguntas para reforzar la relación con tu hijo

Los mensajes que mandamos a nuestros hijos es probable que pasen a formar parte, en un futuro, de su diálogo interno. ¿Qué queremos que se digan a ellos mismos cuando crezcan?

El vínculo entre padres e hijos es tan exigente como gratificante; al mismo tiempo, demanda una sensibilidad y un cuidado diario. En este aspecto, la comunicación frecuente y sincera puede ayudar enormemente a estrechar lazos; sin embargo, son muchos los progenitores que no saben bien cómo abordarla -nadie les ha enseñado-. Por ello, te proponemos algunas preguntas para reforzar la relación con tu hijo que puedes comenzar a aplicar hoy mismo.

Cabe mencionar que en función de la edad del niño y la etapa evolutiva que esté atravesando, unas preguntas serán más apropiadas que otras. Y de la misma forma serán diferentes las respuestas obtenidas. Los pequeños darán contestaciones más imaginativas mientras los mayores ofrecerán información más elaborada.

En cualquier caso, lo que es seguro es que los resultados te sorprenderán y que este ejercicio cumplirá su función: les hará saber a tus hijos que estás presente, disponible e interesado en ellos. Y esto ayudará a garantizar su bienestar emocional. ¿Quieres comenzar? Presta atención a las siguientes sugerencias.

1. ¿Cómo te sientes?

Esta es la pregunta estrella, una que deberíamos realizar cada día. Para los niños es fundamental aprender a conectar con sus emociones, saber identificarlas, nombrarlas y expresarlas, y con esta cuestión les ofrecemos una valiosa oportunidad para realizar este proceso.

Pero, además, conocer la respuesta nos permite intervenir en caso de que sea necesario. Muchas veces damos por hecho que los menores están bien, que no tienen preocupaciones, cuando quizá están lidiando con la tristeza, la impotencia, la vergüenza o el miedo.

Al preguntar, tendemos puentes y abrimos caminos para una comunicación que quizá nunca llegaría de forma espontánea.

2. ¿Qué necesitas?

Pocas veces se escucha a un padre o a una madre realizar esta pregunta; y no se debe a que no se preocupen por sus hijos sino a que consideran que ellos ya saben lo que los menores necesitan. No obstante, esto no siempre es cierto.

En ocasiones, presionamos a los hijos a hablar cuando necesitan estar solos; o nos apresuramos a darles soluciones para arreglarles la vida, cuando lo único que quieren es sentirse escuchados.

Así, cuando tu hijo afronte una adversidad o se encuentre desbordado por sus emociones, no hagas suposiciones y mejor pregunta directamente: ¿qué necesitas?, ¿cómo puedo ayudarte?, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

3. ¿Qué opinas tú?

No hay nada tan edificante para la autoestima de un niño como ser tomado en cuenta por sus adultos de referencia. Al preguntarle a tu hijo su opinión sobre diversos asuntos, le haces sentir valioso, inteligente e importante, le haces sentir que pertenece y que tiene mucho que aportar.

Puedes implementar esta pregunta en aspectos tan banales como pedirle opinión a tu hijo sobre qué atuendo ponerte para una boda, o en ámbitos tan serios como comentar las noticias de actualidad. A los niños más pequeños, puedes animarles a dar su opinión sobre los cuentos que leéis y las películas que miráis, y con los más mayores puedes incluso compartir tus inquietudes e indecisiones personales.

Por otro lado, es fundamental pedirle opinión a tus hijos a la hora de establecer normas y tomar decisiones familiares. Esto forma parte de un estilo de crianza democrático. Por supuesto, la autoridad y la última palabra la tienen los adultos; sin embargo, hacer partícipes a los menores hace que cuenten con una mejor predisposición a colaborar y cumplir después lo acordado.

4. ¿Qué te gustaría cambiar?

Esta es una de las mejores preguntas para reforzar la relación con tu hijo porque te permite obtener mucha información valiosa. Puedes realizar la cuestión en varios sentidos:

  • “¿Qué te gustaría cambiar de mí?”. En este caso, les da la oportunidad a tu hijo de expresar su disconformidad con ciertas dinámicas de vuestra relación, y muestras tener la humildad suficiente para reconocer y rectificar tus errores.
  • “¿Qué te gustaría cambiar de ti mismo?”. Con esta pregunta, abres la puerta a que el menor exprese sus inseguridades y puedes hacerte una idea de su autoconcepto. También es la oportunidad perfecta para ayudarle a trabajar en aquello que desee mejorar.
  • “¿Te gustaría cambiar algo del mundo?”. Con la respuesta de tu hijo a esta cuestión, podrás analizar sus valores y darte cuenta de si hay algo que le preocupe o le perturbe. En cualquier caso, podrás conocerlo más a fondo y reforzar vuestro vínculo.
5. ¿Cuál es tu recuerdo más preciado?

Los recuerdos de la infancia nos acompañan de por vida y representan el ambiente en el que crecimos. Al preguntar a tu hijo al respecto, te darás cuenta de qué momentos aprecia y valora más y qué situaciones lo han marcado. Y, muy probablemente, tú formes parte de ellas. Esto os ayudará a recordar la importancia de cultivar vuestro vínculo.

6. ¿Cuáles son tus sueños?

Terminamos con esta selección de preguntas para reforzar la relación con tu hijo animándote a indagar cuáles son los sueños de tu pequeño. ¿A qué quiere dedicarse?, ¿qué desea lograr?, ¿qué le emociona y le entusiasma?, ¿cuál sería la vida ideal para él?

Con esto no solo logras conocerle más, sino también dejarle claro que tiene la posibilidad de escoger su camino. Este es un derecho que a muchos hijos les es negado por sus padres, quienes les anclan a un destino preestablecido.

Saber que tiene la libertad de soñar y de elegir, y que contará con tu apoyo sean cuales sean sus elecciones, es uno de los mayores regalos que puedes ofrecerle.

La comunicación te ayudará a reforzar la relación con tu hijo

Consolidar el vínculo no es tarea de un día, no basta con sentarte una tarde y realizar estas cuestiones. Se trata de una carrera de fondo en la que has de estar disponible cada día para escuchar y también para compartir tus propios sentimientos.

Esta es la forma en la que se construye la intimidad emocional. Por ello, rescata tiempo en tu rutina cotidiana para conversar con tu hijo, será realmente enriquecedor.

martes, 8 de noviembre de 2022

4 tipos de personas solitarias

¿Te gusta la soledad? ¿Sabías que existen diferentes tipos de personas solitarias? Te contamos más sobre ellas.

La naturaleza de los seres humanos dictamina que somos seres sociables y que, por ende, necesitamos estar en constante interacción con los demás para ser felices. Pero, ¿qué pasa cuando eso no nos hace felices y preferimos la soledad a estar rodeados de muchas personas?

Para algunos, la soledad tiene una connotación negativa, pero lo cierto es que esto no siempre es así. Conozcamos los diferentes tipos de personas solitarias y sus características.

Tipos de personas solitarias

Como decíamos, la soledad puede ser positiva y agradable; todo depende de la persona, del momento, de si es “escogida” o no…

Así, hay algunas personas que la prefieren y que buscan aislarse para estar solos y disfrutar de la tranquilidad. Pero dentro de este mundo no existe un solo tipo de persona solitaria, pues hay diversas razones y motivaciones para serlo, y aquí te explicaremos algunas de ellas:

1. Solitarios conscientes

Este tipo de personas no buscan autoengañarse, saben que están solas y no tienen problema alguno con esto. De hecho, aprovechan su soledad para ser proactivos, invirtiendo su tiempo libre en ellos mismos, en su crecimiento personal.

Puede que hayan llegado al punto de estar solos por las circunstancias de vida o por elección, pero sin importar las razones, este tipo de personas solitarias saben ver el lado positivo a su situación.

Tampoco tienen problemas al momento de relacionarse con otros, incluso pueden disfrutar mucho de la compañía de sus amigos y familiares, pero no les preocupa la soledad e incluso la prefieren en ciertos momentos, aislándose para estar consigo mismos.

2. Solitarios conformistas

Otro tipo de personas solitarias son los conformistas. Los solitarios conformistas son aquellos que se encuentran solos y que, aunque no sea algo de su agrado, lo aceptan y se conforman con el hecho de tener que estar solos.

Realmente no disfrutan de la soledad, y piensan que se sentirían mejor estando en compañía, pero tampoco hacen nada por cambiar esta situación. Este tipo de personas puede ser muy compleja al momento de establecer relaciones interpersonales.

Sienten la necesidad de estar con otros, creen que su felicidad depende en gran medida de esto, pero no intentan cambiar la manera en la que se relacionan con otros. Se encuentran en la espera constante de una compañía que llegue a tocar a su puerta.

3. Solitarios sufrientes

Son sumamente infelices estando en soledad y se quejan de manera constante de esto. Viven recordando constantemente su sufrimiento de estar solos.

Esto es evidente dentro de su discurso, el cual se encuentra cargado de sus desgracias y sufrimiento y es justamente esta negatividad constante que transmiten lo que hace que muchas personas se terminen alejando más, logrando así incrementar su sensación de soledad.

Generalmente, este tipo de personas cuenta sus desventuras y lo mal que se siente estando solo tratando de buscar simpatía en los demás, pero su constante necesidad de hablar de las cosas malas hace que la gente se aleje de ellos.

4. Solitarios combatientes

Finalmente, encontramos los solitarios combatientes, otro de los tipos de personas solitarias. Hablamos de solitarios combatientes para referirnos a esas personas que no quieren aceptar su soledad y que luchan con todas sus fuerzas para erradicarla de sus vidas.

Esto implica tener un estilo de vida y unas acciones que van hacia lo opuesto de lo que se siente. Así, vemos que son personas que tratan de tener una vida muy ajetreada con una apretada agenda social que no les deja descanso.

A pesar de estar siempre ocupados y rodeados de gente, lo cierto es que en lo más profundo se sienten solos. Sentir esta soledad genera miedo y, en lugar de afrontarla, prefieren evitarla a toda costa, creyendo que de esta manera podrán sentirse mejor, pero esto no suele ser así.

Lo positivo de ser personas solitarias

Lejos de lo que muchos pueden llegar a pensar, las personas solitarias pueden ser muy felices, y estar consigo mismas les permite desarrollar cualidades muy positivas, como:

  • Tener una gran fuerza mental y espiritual.
  • Poseer un gran conocimiento de quienes son, lo que les gusta y lo que no.
  • Ser asertivos al momento de plantear límites y tener ideas bastante claras.
  • Crear relaciones interpersonales basadas en la lealtad y suelen conservar muy buenas amistades, aunque sean pocas.
  • Tener una capacidad de comprensión mayor que muchas personas, siendo mucho más abiertos a ideas y realidades diferentes a las suyas.
Y es que la soledad nos ofrece una excelente oportunidad para mejorar nuestra relación con nosotros mismos, y para conectar con quienes somos.