martes, 31 de agosto de 2021

Tratamiento de los trastornos de personalidad

El tratamiento psicológico de los trastornos de personalidad es considerado una herramienta eficaz. Ahora bien, existen diferentes tipos de terapia. A continuación hablamos de las que obtienen mejores resultados.

El tratamiento de los trastornos de personalidad es complejo, igual que lo es su definición operacional. La Clasificación Internacional de Enfermedades define los trastornos de personalidad como problemas en el funcionamiento del “yo” que han persistido durante un tiempo muy prolongado. La alteración se manifiesta en patrones inadaptados de cognición, expresión emocional y comportamiento en gran variedad de situaciones. Por norma, el patrón de comportamiento comienza al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta.

El DSM- 5 propone la existencia de diez categorías de TP. Estarían agrupadas en los clústeres A (paranoico, esquizoide, esquizotípico, B (narcisista, histriónico, límite y antisocial) y C (evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo). La prevalencia global de todos los trastornos de personalidad se estima que es de un 10 % y 13 %.

Durante la última década se ha realizado un gran esfuerzo para aportar evidencia científica sólida acerca de la eficacia de las intervenciones psicológicas en los trastornos de personalidad. Destaca el número de artículos científicos que han sido publicados en donde se recogen los resultados de ensayos clínicos con muy variados diseños.

El tratamiento psicológico es considerado una herramienta eficaz en el tratamiento de los trastornos de personalidad, como han puesto de manifiesto los metaanálisis publicados hasta la fecha (Cristea et al.,2017; Oud, Arntz, Hermens, Verhoef y Kendall, 2018).

Terapia centrada en los esquemas: el modelo de J. E. Young

La terapia de esquemas es un modelo innovador e integrador de terapia desarrollado por Young y sus colaboradores (Young, 1990, 1999). Profundiza en los tratamientos y conceptos cognitivo-conductuales tradicionales. La terapia combina elementos de las escuelas cognitivo-conductual, del apego, Gestalt, relaciones objetales, constructivista y psicoanalítica. Ofrece un nuevo sistema de psicoterapia especialmente idóneo para pacientes con trastornos psicológicos crónicos.

La terapia de esquemas puede ser breve, intermedia o de larga duración, dependiendo del paciente. Partiendo de la terapia cognitivo-conductual, se amplía para conceder importancia a los orígenes infantiles de los problemas psicológicos. Ayuda a los pacientes y a los terapeutas a dar sentido a los problemas crónicos y generalizados y a organizarlos de un modo comprensible.

El modelo sigue el rastro de esquemas desde la infancia hasta el presente, con particular énfasis en las relaciones interpersonales del paciente. El terapeuta se alía con los pacientes en su lucha contra los esquemas disfuncionales tempranos, recurriendo a estrategias cognitivas, afectivas, conductuales e interpersonales.

Cuando los pacientes repiten los patrones disfuncionales basados en sus esquemas, el terapeuta los confronta empáticamente con las razones que justifican su cambio. Mediante la “reparentalización limitada” el terapeuta aporta a muchos pacientes un antídoto parcial para las necesidades que no han sido adecuadamente satisfechas durante la infancia.

La terapia dialéctico conductual de Linehan

La terapia dialéctico-conductual de Marsha Linehan está destinada a personas con trastorno límite de la personalidad (TLP). Está especialmente formulada para los síntomas de impulsividad e inestabilidad que se materializan en actos suicidas o parasuicidas. Se apoya en la teoría biosocial del trastorno límite de personalidad.

En esta terapia, se entrenan diferentes tipos de habilidades: habilidades de toma de conciencia, habilidades de tolerancia del malestar, habilidades sociales y habilidades de regulación emocional. Dentro de las de tolerancia al malestar encontramos las tácticas de distracción. Algunos ejemplos serían involucrarse en otras actividades o ayudar a otros para dejar de centrarse en uno mismo.

En el manual de Linehan encontramos 7 ejemplos de habilidades de distracción. Serían ayudar a los demás, hacer comparaciones, generar emociones opuestas, dejar de lado la situación negativa, tener pensamientos distractores y experimentar sensaciones internas.

En la TDC se establecen una serie de acuerdos básicos entre el paciente y el terapeuta, que son claves para el buen funcionamiento de la terapia. El primero de ellos es un compromiso de asistencia a la terapia durante un año. Se establece un compromiso de asistencia a las sesiones y especifica que si el paciente falta a más de 4 sesiones durante 4 semanas seguidas sin causa justificada, se da por terminada la terapia hasta la finalización del contrato (un año), cuando se volverá a negociar la admisión.

Psicoterapia enfocada en la transferencia

La psicoterapia enfocada en la transferencia (Clarkin, Yeomans y Kernberg, 2007) es una terapia psicodinámica basada en la evidencia diseñada para pacientes con trastornos de la personalidad. Considera que la estructura psicológica se basa en imágenes equivocadas de uno mismo y de otras personas importantes que se han interiorizado en el transcurso del crecimiento.

Estas imágenes no son plenamente conscientes dentro del individuo y pueden contener distorsiones. Desempeñan un papel esencial en la forma en que el paciente se adapta a la vida. Son las lentes a través de las cuales un individuo interpreta o “lee” lo que está experimentando. Las imágenes internas distorsionadas o poco realistas pueden provocar problemas en el estado de ánimo y las relaciones con los demás.

Estos problemas se pueden modificar mediante psicoterapia. Se trata de un abordaje a largo plazo con dos sesiones semanales. El énfasis está puesto en las interpretaciones transferenciales dominantes que emergen en la relación entre paciente y terapeuta.

La terapia basada en la mentalización

La intervención basada en la mentalización (MBT) es un enfoque psicoterapéutico que se apoya en la evidencia para el trastorno límite de la personalidad. Deriva tanto de conceptos psicoanalíticos tradicionales, como de nuevos descubrimientos de la investigación sobre el apego y la cognición social.

La mentalización simplemente describe el proceso psicológico común que las personas utilizan para comprender los estados mentales. Cubre un amplio territorio de actividad psicológica que determina la forma en que las personas manejan sus emociones y pensamientos de manera coherente.

La estabilidad, flexibilidad, benevolencia, y la honestidad con la que las personas mentalizan es la base de cómo funciona su personalidad. Por lo tanto, la mentalización se encuentra en la raíz de la salud psicológica.

La mentalización como un proceso básico de la identidad

Fonagy y Allison amplió la formulación del trastorno límite de la personalidad y los trastornos de la personalidad en general como un problema de confianza epistémica. Esto se refiere a la capacidad de “confiar en la autenticidad y relevancia personal” de la información presentada en un contexto interpersonal.

Esta noción revisada explica la rigidez de pensamiento que los individuos con trastorno límite de la personalidad y otros trastornos de la personalidad tienen con las relaciones interpersonales. Debido a una tendencia a la desconfianza epistémica, las personas con trastorno límite de la personalidad tienen dificultades para aprender y cambiar a pesar de los patrones repetidos de problemas interpersonales dolorosos y los esfuerzos de otros para enseñarles cómo manejar los sentimientos manera menos destructiva.

Todo tendría su origen en la construcción del apego. El apego seguro encarna un proceso de desarrollo mediante el cual el cuidador se las arregla para imaginar e interpretar razonablemente los estados mentales del niño, respondiendo de una manera que lo ayuda a comprender y manejar su propia angustia. Este es el proceso por el que el apego seguro facilita el desarrollo de la mentalización.

lunes, 30 de agosto de 2021

Las Facultades de Psicología con más prestigio del mundo

Las Facultades de Psicología con más prestigio implican a sus alumnos en la propia generación del conocimiento. Es decir, no solo son usuarios o consumidores, también son descubridores o creadores.

Las facultades de psicología con más prestigio en el mundo han logrado su fama gracias a la publicación y la relevancia de sus estudios, a los altos estándares educativos y su interés por actualizarse en cada oportunidad. Estudiar en estas universidades significa tener acceso a las mejores investigaciones y trabajos.

En países como Estados Unidos, Inglaterra, Canadá o Alemania, encontramos algunas de las facultades de psicología con más prestigio. Como en todo, se trata de inversión y desarrollo en educación. Por otro lado, que no haya ninguna facultad de psicología española en el ranking mundial invita a la reflexión.

¿Por qué no encontramos entre ellas ninguna facultad de psicología española? En el siguiente artículo quizás podamos encontrar algunas respuestas, ya que en las facultades de Psicología con más prestigio se apuesta por la interdisciplinariedad, la innovación y el compromiso con una salida laboral de sus alumnos.

Más de una cuarta parte de las universidades en la clasificación general (141 universidades) son universidades estadounidenses. El siguiente país más representado es el Reino Unido, con 72 universidades presentes.

Australia, Alemania y Canadá también están bien representados, con 31, 29 y 27 universidades respectivamente. Este ranking utiliza la metodología Times Higher Education World University Rankings. Veamos a continuación cuáles son las Facultades de Psicología con más prestigio del mundo.

Facultad de Psicología de la Universidad de Stanford

La Facultad de Psicología de Stanford fue la primera en establecerse en el país. El enfoque de la facultad sigue siendo un programa de pregrado de alta calidad y un programa de posgrado que enfatiza la capacitación en investigación. Las áreas más importantes de investigación siguen siendo las ciencias del desarrollo, sociales, afectivas, cognitivas y neurológicas. 

La facultad mantiene su compromiso con los vínculos intelectuales con otras áreas de la universidad. Estas relaciones son especialmente estrechas con la biología, la medicina, el derecho y la escuela de posgrado en negocios.

La Facultad de Psicología de Stanford busca aumentar la participación en varios programas interdisciplinarios en el campus. Uno de los experimentos más recordados de la Facultad de Psicología de Stanford fue el de 1971 llevado a cabo por el profesor de psicología Philip Zimbardo. El famoso experimento colocó a los estudiantes en una prisión simulada de la Universidad de Stanford y los asignó para actuar como guardias o prisioneros. 

Facultad de Psicología de la Universidad de Princeton

El departamento de psicología de la Universidad de Princeton tiene varios premios y reconocimientos a nivel mundial: un premio Nobel, seis premios de Contribuciones Distinguidas de la Asociación Americana de Psicología y tres premios William James Fellow. 

La Facultad de Psicología enfatiza la preparación para la investigación y la docencia en psicología. Se apuesta por la especialización en las siguientes áreas: neurociencia cognitiva, psicología del desarrollo, lenguaje, aprendizaje y memoria, percepción y cognición, psicología de la desigualdad, neurociencia social, psicología social y neurociencia de sistemas. 

Los estudiantes de primer año trabajan en estrecha colaboración con un asesor de la facultad para planificar y realizar investigaciones, así como para comenzar sus cursos. Los estudiantes de segundo año participan en seminarios avanzados y realizan investigaciones para preparar un proyecto de investigación.

El tercer año se dedica a la realización de investigaciones y a la continuación de los estudios en el área de especialización del estudiante. Durante el cuarto y quinto año, se espera que los estudiantes dediquen su tiempo a dominar métodos y técnicas en el área de estudio relevante, completar la investigación relacionada con la disertación y escribir la tesis. 

Facultad de psicología de la Universidad de Chicago

La Universidad de Chicago es una universidad privada fundada a principios del siglo XIX. Es el hogar de la University of Chicago Press, la editorial universitaria más grande del país. La población estudiantil aquí es de aproximadamente 16.000.

Desde su fundación en 1893, la Facultad de Psicología de Chicago ha sido reconocida por la investigación científica que trasciende las fronteras disciplinarias tradicionales. Hoy, esta visión amplia e integradora de la ciencia psicológica se refleja en la diversidad de laboratorios y colaboraciones. La psicología es una de las especialidades más populares de la universidad, tanto para cursos de pregrado como de posgrado.

Esto se debe en gran parte a la iniciativa de investigación de pregrado, que permite a los estudiantes encontrar oportunidades de investigación que encajan con sus intereses y les prepara para la experiencia del mundo real. Para los programas de doctorado, que también son populares, los estudiantes pueden optar por centrar sus estudios en cuatro áreas de investigación: cognición, psicología del desarrollo, neurociencia integradora o psicología social.

Facultad de Psicología de la University College London

Fundada en 1826 en Londres, la prestigiosa UCL es una universidad multidisciplinaria líder. Tiene más de 38 000 estudiantes de más de 150 países. Es una de las universidades más antiguas del país, y la primera en ofrecer admisión a mujeres, así como la primera en abrir sus puertas a estudiantes de todas las religiones.

La División de Psicología y Ciencias del Lenguaje de la UCL es el departamento de este tipo más grande del país con más de 120 miembros del personal académico y 1500 estudiantes que estudian a nivel de pregrado y posgrado. Se formó en 2008 para reunir en una sola organización la investigación y la docencia de la UCL en las ciencias psicológicas y del lenguaje.

La Facultad ocupa el segundo lugar a nivel mundial (detrás de Harvard) en investigación en neurociencia, comportamiento,  psiquiatría y psicología, con tres miembros del personal entre los 20 científicos más citados a nivel mundial en neurociencia y comportamiento, ganando por investigación más de 50 millones de dólares al año.

Facultad de psicología de la Universidad de Pennsylvania

La Universidad de Pensilvania es una de las universidades más antiguas de los EE. UU. Fundada en 1740 el Departamento de Psicología de la Universidad de Pennsylvania es el departamento más antiguo de América del Norte en funcionamiento continuo.

El Departamento de Psicología, popular entre los estudiantes de pregrado, ofrece cursos interesantes e innovadores. Uno de ellos es La búsqueda de la felicidad, que explora los aspectos científicos y teóricos del bienestar. Se investiga cómo las personas pueden usar estos métodos para sus propios sentimientos de felicidad. La investigación de posgrado en la escuela se enfoca en ciencia cerebral, cognitiva y de decisiones o en psicología clínica, positiva y social.

domingo, 29 de agosto de 2021

El número de Dunbar o por qué nadie puede tener un millón de amigos

El número de Dunbar no es una realidad aceptada científicamente. Se refiere al máximo número de relaciones o vínculos sociales que puede tener una persona. ¿Es o no cierto que hay un límite para el número de amigos que pueden tenerse?

Según el antropólogo y profesor de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, el ser humano tiene una capacidad limitada para relacionarse con sus pares. Como resultado de sus investigaciones, encontró que esta cantidad es de 150 vínculos. Esta cifra fue bautizada como el número de Dunbar.

Este biólogo evolucionista y psicólogo dedicó buena parte de su tiempo al estudio del comportamiento en primates. De dichos estudios concluyó que existe una relación directa entre el tamaño de la neocorteza cerebral y el número de miembros de un mismo grupo con el que se puede establecer un vínculo cercano.

Origen del número Dunbar

Los diversos hallazgos de este científico apuntan a que el número posible de vínculos varía entre las diferentes especies de primates. Para 1992, Dunbar tomó la decisión de aplicar sus teorías a la especie humana, es decir, a la especie de primates más evolucionada del planeta.

En sus investigaciones, encontró que el número máximo de vínculos es de 147,8, el cual, por motivos prácticos, aproximó a 150. Al respecto, Dunbar se refiere a esta cantidad como una cifra que no es absoluta y que puede cambiar dependiendo de distintas variables.

Aunque en el ámbito académico muchos no están de acuerdo con sus tesis, ha recibido un inusitado apoyo en otros contextos. Tal es el caso de políticas empresariales, y en algunos casos gubernamentales que se crean en función de este número para obtener el mayor nivel de productividad.

Las tesis de Dunbar

Con base en estudios adelantados por otros investigadores, Dunbar partió del supuesto de que la neocorteza cerebral en los humanos se desarrolló hace 250 000 años. Luego, adelantó la tarea comparativa de una gran diversidad de grupos sociales.

Tardó poco en darse cuenta de que entre los diferentes grupos de nómadas, tribus y pueblos neolíticos se repetía el número 150 como una constante. Resultados similares encontró en contingentes militares romanos y otras agrupaciones hasta el siglo XVI.

Luego dedujo que para mantener la cohesión del grupo eran necesarias una serie de condiciones. La primera consistía en mantener un incentivo elevado por medio de una socialización próxima, lo cual implicaba destinar cerca de la mitad del tiempo libre a este propósito.

La segunda condición obedecía a un factor contextual, que en el pasado pudo haber estado marcado por la supervivencia, presiones económicas o de seguridad. En cualquier caso, el vínculo grupal debía ser resultado de una necesidad común que involucrara un tipo de presión muy específico. De no respetar el número Dunbar y estas premisas, había mayor riesgo de desintegración.

Algunas aplicaciones prácticas
Cuestionadas o no, lo cierto es que la tesis del número de Dunbar ha tenido aplicaciones prácticas en el mundo real. Las más importantes son las siguientes.

Estructuras sociales

El número de Dunbar ha tenido múltiples aplicaciones en el campo de la tipología social, específicamente en lo que concierne a las políticas sociales y su viabilidad. Al respecto, se cree que las diferentes estructuras sociales, en términos ideológicos, funcionan de manera óptima mientras no superen el número de Dunbar.

Esto se debe a que, cuando aumenta el número de integrantes, se evidencia una intensificación de los desacuerdos, dando origen a conflictos. Por lo tanto, algunos dirigentes ponen especial cuidado a las cantidades y a implementar estados de confianza que refuercen la cohesión.

Densidad demográfica

En cuanto a la población, el número de Dunbar se emplea para resolver dificultades que se presentan como resultado de la superpoblación. En esta perspectiva, está demostrado que a mayor número de individuos por unidad poblacional, mayor será el número de problemas.

Por lo anterior, en algunos lugares se pretende que cada comunidad o unidad social colectiva, en lo posible, no supere el número Dunbar. De lo contrario, será cuestión de tiempo para que se presenten hostilidades de consideración. Estas darían lugar a inseguridad, la convivencia conflictiva y desorganización comunitaria.

Las redes sociales

Las redes sociales son un ámbito de lujo para evaluar la validez del número de Dunbar. Lo primero que salta a la vista es la comprobación de que el número de contactos entre los diferentes usuarios es muy variado. Algunas personas tienen unos cuantos contactos, mientras que otras llegan a tener hasta millones de seguidores.

Lo anterior ha sido considerado como una evidencia en contra de las tesis de Dunbar. Sin embargo, estos datos hay que mirarlos en detalle. Una persona puede tener un número muy alto de seguidores, pero es muy probable que no pueda reconocer e identificar sino a un número limitado de ellos. Tampoco hay evidencia de que esto corresponda al número de Dunbar: 150.

De momento, el tema del número de Dunbar se mantiene más en el plano de lo anecdótico, que de lo científico. No existen suficientes pruebas de que esa sea la cifra mágica de la socialización. Sin embargo, tampoco se puede descartar que así sea. El tema debe estudiarse más.

sábado, 28 de agosto de 2021

Languidez: qué es y por qué es un nuevo estado de ánimo

Estancados, apáticos, sin ganas ni casi esperanzas... Languidecer es lo opuesto al florecimiento psicológico. Se trata de un estado anímico que se aprecia cada vez con mayor frecuencia y que suele preceder a una depresión mayor.

Languidez, languidecer… Dícese de ese estado en el que algo pierde su fuerza vital, la alegría y ese empuje cotidiano para mantenerse en una situación óptima. Todos entendemos la definición, pero lo curioso es que ahora este término refleja un estado de ánimo que se aprecia cada vez con mayor frecuencia a lo largo de este año.

Hay quien describe esta situación como una experiencia de estancamiento agotadora. Es sentir que mente y corazón se vacían de esperanzas y que la vida se ve como empañada por un cristal donde cae la lluvia. Es perder el ánimo y percibir que no hay ganas para afrontar esa situación.

Desde un punto de vista clínico, podríamos explicarlo como una condición mental que se sitúa a medio camino entre la ansiedad y la depresión. Una realidad condicionada por completo por la situación de pandemia y que evidencia, una vez más, el escenario de crisis psicológica en la que nos encontramos.

Languidez, el reverso del florecimiento psicológico

Hace unas semanas aparecía un interesante artículo en el The New York Times. En él, el psicólogo Adam Grant, profesor de la Universidad de Pensilvania, describía un tipo de emoción que, a su parecer, iba a ser la dominante en el 2021. La languidez o la sensación de estar languideciendo es una sensación recurrente en buena parte de las personas.

Hay quien define este estado como el hijo mediano de la salud mental, es decir, ese hermano al que nadie hace demasiado caso, pero que existe. Es una realidad en la que se combinan matices que, sin llegar a un estado depresivo, sumen a la persona en un encapsulamiento psicológico muy desgastante.

A mediados del 2020, estudios como los realizados en la Universidad de Toronto, ya anticipaban que la actual pandemia abocaría a una parte significativa de la población a una situación de marcada angustia psicológica. Sin embargo, lo que vemos ahora va más allá de la simple angustia, es algo más insidioso, es sentir que uno está perdiendo su esperanza. Veamos qué más define esta situación.

Las noticias positivas y hechos positivos no provocan reacción alguna

Las personas que experimentan languidez emocional no sienten ilusión o positividad ante noticias esperanzadoras. Son conscientes de que deberían reaccionar de otro modo, pero se sienten incapaces de procesar lo que sucede de una manera alternativa a la apatía.

Apatía y problemas cognitivos

El principal problema cognitivo que cursa con la languidez emocional son los problemas de concentración. No pueden focalizar la atención en tareas simples, a los pocos segundos se agotan o se despistan. Por otro lado, la apatía es esa compañera de vida de la que cuesta despegarse.

Muchas de estas personas acaban también volcándose en tareas con las que evadirse la mayor parte del tiempo, como puede ser leer, ver series, jugar a videojuegos, etc.

Hay energía física, pero no energía emocional

Este dato es importante porque es útil para diferenciarlo de la depresión. La languidez no cursa con agotamiento físico, alteraciones del sueño o falta de energía para cumplir en el trabajo. Lo que las personas sienten es que les falta la alegría, la ilusión, la capacidad para reaccionar de manera positiva ante las cosas.

Los dos términos que mejor parecen describir esta situación es estancamiento y vacío. Los días pasan como una extraña sucesión en la que uno no encuentra motivantes, pero aun así es funcional.

Languidez vs florecimiento

Hace unos años, psicólogos como Corey Keyes y Barbara Fredrickson describieron el término flourishing para explicar ese estado en que la persona alcanza todo su potencial, sintiéndose realizada, motivada y capacitada para alcanzar lo que desee. Bien, en el actual momento, lo opuesto al concepto de florecer es sin duda la languidez emocional.

No obstante, cabe señalar que este estado no es nuevo. Según explicó el propio doctor Corey Keyes en un estudio del 2005, la sensación de estar languideciendo es un estado que hemos descuidado desde el campo de la salud mental. Es una situación que aunque no llega a ser una depresión, la bordea.

¿Cómo podemos actuar ante este estado de ánimo?

Cuando uno languidece, no siempre es consciente de cómo su salud mental se está deslizando hacia el abismo. Bien es cierto que este estado de ánimo no aparece en los manuales de diagnóstico, que no puede definirse como ansiedad ni tampoco como una depresión. Sin embargo, el día de mañana sí puede acabar asentando el cuadro clínico de una depresión mayor.

Según explica el propio doctor Corey Keyes, esto ya se está viendo en muchos profesionales sanitarios. Médicos, enfermeras y cualquier profesional del sector sanitario empezó hace unos meses con esa languidez emocional para evidenciar ahora una situación psicológica más grave. El problema está en que mientras languidecemos seguimos siendo funcionales y no solemos pedir ayuda.

No obstante, hay que hacerlo. No solo es necesario consultar con un profesional de la psicología cuando sintamos esa apatía, esa falta de ilusión ante las cosas. Es necesario también realizar cambios. Favorecer el contacto social, realizar actividades nuevas y poner en el horizonte nuevas metas y proyectos, ayuda a la mente a despertar, a volver a germinar poco a poco.

viernes, 27 de agosto de 2021

El alta terapéutica

El alta terapéutica puede llegar a suscitar, tanto en el cliente como en el terapeuta, emociones de diversa naturaleza.

Terminar bien una terapia es una tarea que requiere conocimiento y sensibilidad: hablamos de un paso, cuanto menos, delicado en la reconquista de la autonomía. De hecho, el alta terapéutica supone el cierre a un proceso que puede haber resultado crucial en la vida de muchas personas. Por ello, este momento tan importante no puede realizarse de cualquier manera.

Aunque la gran mayoría de profesionales conocen cómo hacer una buena evaluación e identificar cuál es la mejor intervención a plantear, son menos los que le dan la importancia que merece el alta terapéutica. De hecho, muchas veces el alta terapéutica ni siquiera está incluida dentro del propio proceso terapéutico.

Vélez y Alveiro (2008) ya atajaron el alta terapéutica en su artículo El proceso de terminación en psicoterapia de tiempo limitado: aspectos clínicos y técnicos. A continuación se exponen las principales conclusiones a las que llegaron.

La terapia, ¿un proceso finito o infinito?

Los problemas son fenómenos que siempre van a acaecer en la vida de las personas. No hay individuos libres de obstáculos o reveses, a los que la fortuna cumpla siempre sus deseos o minimice sus miedos, a los que la valentía libere de limitaciones. Todos, alguna vez, nos hemos sentido y nos sentiremos emocionalmente desbordados.

Las personas, en tanto que somos personas, vivimos, experimentamos, siempre vamos a tener nuevos retos que afrontar. La terapia psicológica no busca que la persona sea feliz durante el máximo tiempo posible; o que jamás vuelva sentir pesar o tristeza. Si este fuera su objetivo, la terapia no acabaría nunca.

De hecho, aún con un proceso terapéutico como apoyo, los sujetos volverán a sentirse tristes, volverán a sentir ansiedad y volverán a tener preocupaciones.

La terapia psicológica es finita porque su meta no es terminar para siempre con las llamadas “emociones de valencia negativa”, sino que lo es porque su objetivo es dotar a la persona de herramientas válidas, útiles y suficientes para hacer frente a las exigencias del medio que se planteen en cada momento.

Por estas razones, parece buena idea que, para una buena cantidad de casos, la terapia sea acotada en el tiempo. Si esta no acabara, la persona nunca podría recuperar su autonomía, cuando el psicólogo ha de buscar que su cliente no le necesite.

Vélez y Aveiro citan en su artículo a Frieda Fromm-Reichman, pionera y exponente de la terapia psicoanalítica, en relación al asunto que nos ocupa. Para ella, la terapia debe acabar:

El duelo por la finalización del tratamiento

Estos autores exponen los problemas que surgen en la finalización de la terapia bajo el nombre de “duelo”. Por ello, encuentran muy relevante, dentro del propio proceso de finalización, atajar los sentimientos y emociones que la “despedida” genera en el cliente.

Por esto, hablamos de “proceso de finalización” y no “sesión de finalización”. Cuando un terapeuta determina que la terapia está llegando a su fin, debe de iniciar un proceso que puede durar varias sesiones en función de cada caso.

Algunos de los sentimientos que pueden aparecer ante el fin de la terapia son: preocupación, rechazo, culpa, enfado, fracaso, desmoralización o sensación de esfuerzo perdido.

La correcta gestión de estos sentimientos es vital para que no interfieran con el proceso de cierre del sujeto; para que no se sientan desamparado y para que sus sentimientos de autoeficacia no se disuelvan. Vélez y Alveiro aconsejan no despreciar la importancia que el psicólogo puede tener para el paciente como punto de apoyo.

El fin forzado: el alta que no es alta

La terapia psicológica no solo termina cuando se da el alta terapéutica a los clientes por haber alcanzado los objetivos de la misma. De hecho, muchas terapias acaban de manera abrupta, sin demasiado tiempo para realizar un cierre en condiciones.

En ocasiones, la terapia ha de acabar porque esta ya no ayuda. Ya sea porque no se ha establecido una buena relación terapéutica, porque el cliente no se desprende de sus resistencias tiempo después de haber iniciado el proceso o por causas que pueden ser desconocidas, el psicólogo puede decidir terminar la terapia.

El fin forzado de la terapia es incluso más relevante que el alta terapéutica, porque va a determinar la relación que el cliente tendrá con la psicología y la terapia en el futuro. Vélez y Alveiro citan a Bostic, Shadid y Blotcky (1996), que estudiaron las emociones que las terminaciones forzosas provocaban  en los clientes. Resaltamos:

  • Experimentación de abandono.
  • Creencia de que es irrelevante para el terapeuta.
  • Sentimientos de culpabilidad por lo hecho (o no hecho) en el proceso terapéutico.
  • Pensamientos como “la terapia no sirve para nada”.
  • Sentimientos de angustia.
¿Cuándo es el mejor momento para introducirla?

Dependiendo de la terapia y del cliente, la idea del alta terapéutica deberá de ser introducida en un momento o en otro. El asunto del cierre, como hemos visto anteriormente, puede suscitar múltiples emociones en el cliente, y por ello la duración de la terapia es especialmente relevante.

Por norma, el cierre de la terapia llevará más tiempo cuanto más fuerte sea la alianza terapéutica. Por ello, Bostic et al. refieren que, en terapias de más de un año, sería conveniente anunciar la terminación de la terapia por los menos con tres a seis meses de anticipación.

Aunque la terapia continúa durante esos meses, es también un período donde se pueden revisar los progresos de la persona desde que sabe que el proceso tiene fecha límite.

Asimismo, la naturaleza del propio cliente es igual de relevante. Si nos encontramos frente a un sujeto impulsivo, quizás sea buena idea retrasar la introducción del alta terapéutica, puesto que puede querer terminar la terapia en el momento en el que se expone el tema. Esta anticipación excesiva para las características del cliente podría impedir varios meses de trabajo terapéutico.

Por último, es conveniente mencionar que no todos los fenómenos que ocurren en el proceso de cierre de una terapia son responsabilidad del cliente. De hecho, muchos terapeutas, sobre todo los noveles, experimentan también emociones contradictorias al entender que van a abandonar las sesiones con alguien con quien, por ejemplo, se podía tener una excelente alianza terapéutica.

El terapeuta puede sentir culpabilidad, alivio o tristeza, pero en ningún momento estas emociones deben contaminar el final de la terapia.

jueves, 26 de agosto de 2021

Estamos dispuestos a creer lo que nos gustaría que fuera cierto

Hace aproximadamente un mes una persona poco cercana a mí se me acercó y me sugirió si podía comentarme algo que ella pensaba que yo debía saber. Le dije que sí, sin mucho entusiasmo y, para mi sorpresa, se convirtió en todo un dolor de cabeza: me contó algo que no quería creer y me costó asumir la realidad.

Lo que me dijo esta persona en concreto es que una amiga mía había traicionado mi confianza contando algo que solo las dos deberíamos haber sabido. Evidentemente, cuando algo así ocurre lo primero que queremos pensar es que no es cierto: “no es posible que mi amiga me haya fallado, te estás equivocando”.

Por desgracia, más tarde los días me confirmaron que yo tenía los ojos vendados de irrealidades y que solo había querido creer lo que me hubiera gustado que hubiera sido verdad: era mucho más sencillo y menos doloroso pensar que aquella amiga seguía siendo la misma para mí y no alguien que me había traicionado.

El razonamiento motivado: lo que queremos creer

De esta breve experiencia que ha servido de ejemplo lo importante es la enseñanza que podría sacarse: esa actitud casi involuntaria que nos conduce a poner en consonancia la realidad con los pensamientos, creencias y expectativas que tenemos.

Solemos partir siempre de unos conceptos y unas premisas preconcebidas en la mente según las cuales comenzamos a administrar la información: es lo que se conoce en el campo de la psicología como “razonamiento motivado”. En un primer momento pasamos por alto los hechos reales acerca de lo que nos llega, de tal manera que lo recibimos e inferimos según nuestra propia organización mental.

Actuamos en consonancia al razonamiento motivado en la mayoría de decisiones que tenemos que tomar, sobre todo cuando se trata de temas proclives al debate: política, religión, costumbres… Tendemos a creer como verdad aquella comunicación cercana a los puntos de vista personales: el razonamiento motivado actúa así como un mecanismo de defensa ante la información que puede ser peligrosa. 

Para cada uno su mundo es veraz

En el mundo en el que vivimos una gran parte de aspectos son comunes, sin embargo a la vez que crecemos vamos configurando poco a poco una visión propia de qué es lo que nos rodea y cómo lo vemos. Esta visión está condicionada por diversos factores que tienen mucho que ver con la sociedad y la cultura en la que nos encontramos.

Como esta perspectiva de las cosas es individual para cada cual podemos decir que su mundo es totalmente veraz, porque se va constituyendo en base a unos principios personales. Por ejemplo, cada uno mantiene relaciones con x personas y no con otras por determinados motivos propios.

De esta manera, en el momento en el que alguien ve cómo su mundo entra cualquier tipo de duda externa le entra un conflicto interior que le conduce a creer como verdadera la respuesta que más se acerque a su concepción del mundo, sencillamente porque pensar lo contrario supondría un mayor esfuerzo de aceptación: muchas veces los prejuicios y creencias pesan más que la razón.

El mayor ciego es el que se niega a ver

Una expresión que está estrechamente relacionada con la teoría del razonamiento motivado es aquella que dice no hay peor ciego que el que no quiere ver. Si volvemos a mi experiencia del inicio podemos entenderlo claramente.

Creer que mi amiga amiga me había fallado era para mí totalmente imposible, no obstante me estaba comportando con los ojos totalmente tapados y no quería ver que por muy poca probabilidad que hubiese de que fuera cierto, la había. Esta situación se repite muchas veces y, además, puede generar discusiones o enfrentamientos directos.

Es muy normal que nos enfrentemos a la incomodidad en la que dos personas discutan porque tienen opiniones diferentes de un mismo tema, generalmente porque sus creencias son también distintas. Por ejemplo si uno de los dos no fuma se mostrará totalmente de acuerdo con la ley del tabaco incluso sin informarse sin informarse previamente. Esto es porque, en definitiva, nuestro pensamiento está dirigido y nuestras acciones son consecuentes con él. 

martes, 24 de agosto de 2021

Wetiko, el "virus" del egoísmo según los nativos americanos

Según los nativos americanos el Wetiko es un mal espíritu que suele invadir la mente del ser humano. Se trata del “virus” del egoísmo, un patógeno psíquico que obliga a la persona a alimentar sus propias necesidades como un ser famélico que nunca tiene suficiente. Dicha presencia nos aboca a una suerte de involución donde tarde o temprano la humanidad se convierte en su peor enemigo…

Esta curiosa, pero a la vez inquietante visión, se recoge en un libro de lectura casi obligada. Fue Paul Lévy, conocido admirador del legado de Carl Jung y columnista habitual en “The Guardian” quien dio forma a un trabajo digno de reflexión titulado “Dispelling Wetiko” (Disipando al Wetiko). Según él mismo afirma, vivimos un momento donde gran parte de los fenómenos psicosociales que nos envuelven demuestran que el “virus” del egoísmo está más presente que nunca.

Ahora bien, ese legado que Levy quiere dejarnos con su libro dista mucho de tener un mensaje negativo, de reproche o advertencia, todo lo contrario. Todo virus busca un anfitrión al que invadir y del cual nutrirse; sin embargo, cada uno de nosotros podemos poner en funcionamiento barreras defensivas adecuadas y fortalecer nuestro “sistema inmunitario” psicológico para que esto no ocurra.

Es una interesante reflexión en la cual, vale la pena profundizar…

El Wetiko, el egoísmo humano y el concepto de sombra de Carl Jung

El historiador Jack Forbes explicó en su libro “Colombus and Other Cannibals” que cuando las comunidades indígenas tomaron contacto con todos aquellos conquistadores europeos que buscaban invadir sus tierras y su mundo, los definieron como personas infectadas por el Wetiko. Fue la tribu de los cree de Canadá quienes usaron esta designación por primera vez, aunque los ojiwa, por ejemplo, utilizaban ya el conocido término “windigo”.

Sea como sea, la visión que tenían del hombre blanco o “civilizado” era el un ser aquejado por el “virus” del egoísmo, una entidad maligna que les abocaba a querer para sí la fuerza vital de la naturaleza, de sus recursos y del resto de seres humanos. Por su parte Paul Lévy explica en su libro que esta idea es la misma que Carl Jung utilizó para hablarnos del concepto de Sombra, ese arquetipo del inconsciente que en realidad todos compartimos.

Así, dimensiones tan comunes como los celos, la avaricia, el ansia de dominio y el propio egoísmo, son en realidad producto de nuestra colectividad inconsciente, nuestras sombras más oscuras y ese “yo” disociado de la consciencia que se deja llevar por los actos más ruines. Podríamos decir por tanto que aquel espíritu maligno, ya definido por los indios americanos, era para Jung una entidad algo diferente, era algo que nunca vino de fuera para poseernos, sino que siempre estuvo en nuestro interior.

En realidad, todos llevamos esa Sombra dentro, pero de nosotros depende otorgarle más o menos poder…

Cómo vencer el “virus” del egoísmo

Podemos vencer y eliminar al “virus” del egoísmo de nuestras vidas. Un modo de lograrlo es familiarizándonos con lo que Carl Jung denominó como “daemon”, el demonio de nuestra Sombra. Así, algo que deberíamos tener claro desde un principio es que ese demonio se nutre y se engrandece de la avaricia, la envidia, el desprecio o la necesidad de dominio. Todas esas dimensiones han tenido a su vez unos efectos temibles a lo largo de nuestra historia.

La malevolencia del Wetiko ha gobernado nuestra realidad durante mucho tiempo. Es más, a día de hoy avanza con soltura por muchas de nuestras parcelas sociales más comunes. Le damos poder, lo obedecemos y nos dejamos llevar. Por ello, tal y como Carl Jung nos explicó en su momento en libros como “El encuentro con la Sombra”, nuestra responsabilidad está en tomar conciencia de ello, en hacer conscientes todas esas pulsiones que navegan en nuestros abismos inconscientes.

En caso de que todos nos dejáramos llevar por dichas pulsiones, por poseer lo que tiene el otro, por manipular a nuestros allegados en beneficio propio o en conseguir el máximo beneficio posible aún a costa de hacer daño a los demás, caeríamos en una psicosis colectiva donde todos acabaríamos perdiendo. El egoísmo no es un mal moderno, es una enfermedad vieja que aún no hemos erradicado. 

Paul Levy nos revela de forma casi iluminadora que para trabajar en nuestra propia sombra y poder así disipar o disuadir al Wetiko, debemos practicar la autorreflexión. Al fin y al cabo ese demonio interno no es más que todo el conjunto de nuestra personalidad aún no desarrollada, no trabajada y descuidada.

Es una parte de nosotros mismos que escondemos; al ocultarla permitimos que ella misma busque su alimento, que se nutra de la codicia, la envidia o el desprecio para llenar así sus vacíos. Seamos por tanto capaces de sanar el “virus” del egoísmo trabajando nuestros conflictos internos, potenciando nuestro crecimiento personal y lidiando con esa sombra que resta calidad a la vida y al propio concepto de humanidad.


lunes, 23 de agosto de 2021

Helene Deutsch, lo femenino en el psicoanálisis

Helene Deutsch fue la primera en la historia del psicoanálisis en referirse a la psicología femenina de forma específica. Su trabajo y su propia vida sirvieron de inspiración para infinidad de autoras que, como Simone de Beauvoir, querían abrir el camino hacia el feminismo.

Helene Deutsch fue la primera mujer en la historia del psicoanálisis en dedicarse al estudio de la psicología femenina y la primera en dirigir la Asociación Psicoanalítica de Viena. Sus aportes matizaron el excesivo enfoque masculino que el psicoanálisis había tenido hasta entonces y sirvieron de insumo para la posterior obra de Simone de Beauvoir.

Helene Deutsch es considerada una de las mejores maestras en la historia del psicoanálisis. Formó a un importante número de psicoanalistas con notable acierto. Como mujer, se rebeló contra los mandatos de su época y siempre demostró que poseía la voluntad y el carácter para vivir según su propio criterio y normas.

Sus contemporáneos la definían como una mujer extremadamente bella e inteligente. A estas virtudes habría que agregar su proverbial disciplina y perseverancia. No solo fue célebre entre sus colegas europeos, sino que también escribió varias de las más importantes páginas de la psiquiatría en Estados Unidos.

Helene Deutsch, una mujer independiente

Helene Deutsch fue la menor de cuatro hermanos, nació en 1884 en un pequeño pueblo llamado Przemyśl, que entonces formaba parte del Imperio Austrohúgaro y, en la actualidad, pertenece a Polonia.

Provenía de una familia judía de mentalidad bastante abierta; su familia no reparó en proporcionarle acceso a la educación privada en casa, en una época en la que no era usual que las mujeres estudiaran.

Su padre era abogado y Helene era su preferida. Su madre, en cambio, era una mujer autoritaria y distante, que no expresaba afecto hacia su hija. Aunque Helene Deutsch era una niña brillante, su carácter era depresivo. Esto se debía a la frialdad de su madre y al hecho de que su hermano mayor intentó violarla.

A los 16 años, se convirtió en la amante de Herman Liebermann, un hombre mucho mayor que ella que, además, estaba casado. Esto suscitó un gran escándalo familiar y social; sin embargo, Helene apenas le prestó atención.

Su amante era un prominente líder de la socialdemocracia y vivió con ella una relación tormentosa. Ella, sin embargo, lo siguió cuando él fue elegido parlamentario en Viena. En esa ciudad, Helene Deutsch conoció a Rosa Luxemburgo, una mujer que le sirvió de modelo para avanzar en su pensamiento y sus estudios.

Estudios y desafío

En 1907, Helene Deutsch comenzó a estudiar Medicina en la Universidad de Viena. En aquel entonces, solo había siete mujeres en la facultad y Helene era una de ellas.

Poco después, puso fin a su relación con Libermann y se trasladó a Munich para especializarse en psiquiatría bajo la dirección de Emil Kraepelin. En 1912 obtuvo su título y, de manera casi simultánea, comenzó a despertar su interés por el psicoanálisis.

Ese mismo año, se casó con Felix Deutsch, un médico internista que se desempeñó como médico personal de Sigmund Freud. Helene comenzó a trabajar como médica asistente en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Viena, en la que le fue asignada la sección de mujeres. Esta experiencia en la clínica desencadenaría todo su estudio posterior. A partir de este momento, Helene decidiría sumergirse en el estudio de la psicología femenina.

Helene Deutsch inició un psicoanálisis con Sigmund Freud, pero después de un año, este señaló que debía interrumpirse, pues no encontraba señales de neurosis en ella. Más adelante, se hizo un nuevo análisis, esta vez, con Karl Abraham en Berlín. En 1917, tuvo a su único hijo, Martin, que más adelante se convirtió en un destacado físico.

El aporte de Helene Deutsch

Helene Deutsch nunca fue una disidente del psicoanálisis clásico. Asumió los conceptos esenciales de la teoría, pero aportando un enfoque diferente.

Trató de aplicar todos esos conceptos a la psicología femenina específicamente, convirtiéndose en la primera psicoanalista en escribir un libro acerca de este tema. Principalmente, puso énfasis en el estudio del narcisismo, tratando de ver cómo se expresaba o manifestaba en hombres y en mujeres.

Además, Helene se atrevió a abordar cuestiones vinculadas con el erotismo femenino y abrió el psicoanálisis hacia un nuevo campo que, hasta la fecha, no había sido tratado: la maternidad.

Instó a Freud para que explorase más la psicología femenina y le dio una interpretación constructiva a la supuesta pasividad femenina, que ella definió como una introspección que facilitaba la intuición.

Junto a su familia, Deutsch emigró a Estados Unidos en 1935. Se instaló en Boston, lugar en el que comenzó a trabajar como psiquiatra adjunta en el Hospital General de Massachusetts.

Su obra Psicología de las mujeres se convirtió en uno de los indispensables clásicos del pensamiento feminista. Su esposo murió en 1964 y ella en 1982, a los 97 años. Su nombre y su obra fueron siempre muy valorados en Estados Unidos y en Europa.

Helene Deutsch le demostró al mundo que las mujeres pueden desempeñarse de manera exitosa en cualquier campo, que no son tan distintas de los hombres y trató de abrir el camino a la psicología femenina. Un campo de estudio que, como es normal en un mundo de hombres, apenas había sido explorado.

domingo, 22 de agosto de 2021

Metodología TEACCH, ¿en qué consiste?

El método TEACCH está dirigido a personas con trastorno del espectro autista (TEA) o problemas de la comunicación. Se creó con el fin de evitar la institucionalización y fomentar la autonomía de estas personas.

Las siglas TEACCH significan, en su traducción del inglés, ‘Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas Asociados de Comunicación‘. La metodología TEACCH permite enseñar a personas con autismo o trastornos de la comunicación un sistema estructurado que posibilite, además de la comunicación, la mejora de las habilidades cognitivas y conductuales.

Esta metodología fue creada por el doctor Eric Shopler, junto con Gary Mesivob, y desarrollada por la Universidad de Carolina del Norte, en los años 70, con el fin de utilizarla en personas con trastorno del espectro autista (TEA). Su objetivo principal era la prevención de la institucionalización innecesaria, que había por entonces, de estas personas en centros asistenciales y que pudieran vivir de manera efectiva en la sociedad, casa y escuela.

La enseñanza estructurada, pilar fundamental de la metodología TEACCH

El objetivo principal de la metodología TEACCH es maximizar la adaptación de materiales y estructurar el entorno para mejorar las habilidades y destrezas funcionales del alumnado que lo usa. Para ello, es necesario adaptar tres elementos: el tiempo, el espacio y el sistema de trabajo. De esta manera, se pretende lo siguiente:

  • El tiempo: organizar tareas cortas.
  • El espacio: organizar el aula, estructuras el espacio por zonas o rincones.
  • El sistema de trabajo: adaptar el material, organizarlo por niveles y áreas de trabajo.
El principio básico de la adaptación es una enseñanza estructurada con estimulación visual en el ambiente. Para que esta adaptación sea accesible y fácil para la persona con TEA u otros trastornos de la comunicación, debe existir un nivel de estructuración. Estos niveles de estructuración, además de constituir una jerarquía, debe responder a las siguientes preguntas:

  • Estructuración física del entorno-zonas: ¿Qué se hace aquí?
  • Apoyo visual-horario individual: ¿Cuándo se hace?
  • Sistema de trabajo estructurado: ¿Qué debo hacer?
  • Rutinas y estrategias de trabajo: ¿Qué hago y cómo?
  • Estructura visual: ¿Cómo se hace?
Pautas para desarrollar la metodología TEACCH

  • El carácter de los objetivos deben ser funcionales: cualquier objetivo que se pretenda plantear debe adecuarse a la edad cronológica, realista y funcional, evitando planteamientos abstractos que no puedan asumir o limitarse al currículo académico ordinario.
  • Realizar el proceso de enseñanza-aprendizaje de forma motivadora, basándose en los gustos e intereses de la persona con TEA, intercalando las actividades con las más costosas.
  • Utilizar la clasificación y el emparejamiento como punto fundamental en nuestro sistema de trabajo.
  • Evitar el aprendizaje por ensayo/error.
  • Moldeamiento de la conducta: consiste en reforzar, en aproximaciones sucesivas, conductas que el sujeto emita y que se asemejen a la conducta meta.
  • Ocupación de rutinas que puedan ser modificadas después.
  • Refuerzos positivos ( verbal y físico) y negativos, siempre que sea necesario.
  • Uso de lenguaje verbal conciso, con frases cortas y claras.
  • Uso preferente de la modalidad visual para recibir la información de forma clara y concisa. Utilización de materiales pictográficos y analógicos, aprovechando sus habilidades y la apariencia.
  • Uso de gestos para comunicarse, siempre que sea necesario.
  • Fomentar la enseñanza en entornos naturales.
  • Ofrecer a la persona con TEA solo y exclusivamente la ayuda mínima necesaria para reforzar así la autonomía. Para esto, es necesario dar a cada persona el tiempo necesario de la información acogida y la respuesta aprendida ( espera estructurada).
El uso de agendas y horarios, instrumentos imprescindibles de la metodología TEACCH

El programa TEACCH incorpora agendas diarias individualizadas como una forma de atender a las necesidades de las personas con TEA. En las agendas se trabaja asociando cada día con una actividad para facilitar la comprensión y la situación espacio-temporal. Por su claridad y predictibilidad, son un instrumento útil para fomentar la comunicación. El uso de las agendas tiene varios beneficios:

  • Fomentan el orden, la predictibilidad y la organización a las vidas de las personas con TEA.
  • Proporcionan rutinas cómodas, predecibles y consistentes cuando se tiene que pasar de una actividad a otra.
  • Ofrecen una rutina estructurada, fundamentada y agradable que ayuda a que los cambios sean lo más llevaderos posibles, disminuyendo así la ansiedad que provocan las situaciones de cambios.
  • Brindan la oportunidad de moverse por distintos espacios, con independencia de las indicaciones y directrices de una tercera persona, aumentando así la autonomía y reduciendo la dependencia de los demás.
De manera más específica, pueden elaborarse las denominadas agendas de pasos para identificar una tarea a realizar. Las agendas forman parte de un sistema de trabajo que se desarrollará de forma individualizada.

Para ello, es necesario tener en cuenta las particularidades de cada persona con TEA a la hora de optimizar el sistema de trabajo. La individualización de la metodología es un aspecto importante, ya que, aunque las personas con TEA comparten características, cada caso es un mundo.

Además se utilizan los horarios visuales, que emplean imágenes para mostrar a las personas con TEA lo que necesitan realizar para completar una actividad o rutina. El concepto de “terminado” es un principio integrado en esta metodología que permite saber cuándo una tarea es finalizada y su progreso. Este principio es relevante ya que permite disminuir la sensación de angustia asociada al calendario o planificación de una tarea. Así mismo, las rutinas permiten comprender y predecir el orden de los eventos, y han de ser flexibles para cada persona.

En definitiva, la metodología TEACCH supone la asunción de unas guías y pautas generales que, a su vez, se pueden adaptar a cada caso en particular. La utilización de esta metodología tiene una serie de beneficios tanto para la persona con TEA como para el profesional o familiares, permitiendo un ahorro de los esfuerzos y acciones dirigidas a la comunicación de las personas con TEA u otros trastornos de la comunicación.

sábado, 21 de agosto de 2021

Las 81 mejores frases de esperanza en la vida y el amor

Estas frases nos alentarán en esos días de oscuridad para recordar que al final todo pasa y todo llega.

Las frases de esperanza son las luces que grandes mentes de nuestra cultura nos dejaron a modo de legado. Sus propuestas, sus textos y reflexiones aúnan sabiduría, acierto, inspiración… Son en su mayoría extractos de sus libros y trabajos que siempre vienen bien recordar para hallar un poco de calma en días de caos e incertidumbre.

Desde un punto de vista terapéutico sabemos que cultivar y poner en práctica la esperanza reduce la angustia, mejora la autoconfianza, la flexibilidad mental y la persona se siente más positiva para encarar su presente y su futuro.

Asimismo, tampoco podemos olvidar un aspecto. La mente esperanzada no define a quien asume que el mañana estará siempre a su favor; en realidad, caracteriza también a quien activa recursos propios y acciones para trabajar en aquello que quiere y desea. Esa es la clave, combinar la ilusión con la acción, la confianza con la determinación. Y estas frases nos lo recuerdan.

Frases de esperanza
Las siguientes frases de esperanza son un intento por recordarnos de qué está hecho este tendón psicológico, esta área del crecimiento personal que todos deberíamos cuidar y promover a diario.

1. La esperanza es un sueño despierto. (Aristóteles)

La esperanza es un ejercicio cotidiano que requiere mantenernos alerta, despiertos y receptivos a lo que nos rodea.

2. No hay nada como un sueño para crear el futuro. (Victor Hugo)

Soñar, anhelar y mantener viva la ilusión son ingredientes esenciales de la esperanza. Gracias a ellos, visualizamos lo que esperamos del futuro y trabajamos en ello para alcanzarlo.

3. La esperanza es pasión por lo posible. (Søren Kierkegaard)

Kierkegaard añade un componente clave a la hora de entender qué es la esperanza. Es esperar con positividad que acontezca algo creíble, factible y real. Porque quien aguarde imposibles solo experimentará decepciones.

4. Mientras hay vida hay esperanza. (Marco Tulio Cicerón)

Cicerón nos legó una de las frases de esperanza más famosas y conocidas, esa con la que recordar que vivir es también cultivar este valor psicológico.

5. La esperanza es promover la ilusión en circunstancias que sabemos que son desesperadas. (GK Chesterton)

En tiempos adversos la mirada esperanzada encuentra una balsa en la que sobrevivir en medio de la tormenta.

6. Si nos mantenemos lo suficientemente tranquilos y preparados, encontraremos una compensación en cada decepción. (Henry David Thoreau)

El filósofo David Thoreau, autor de Walden, nos enseñó como nadie el valor de ser pacientes, de mantenernos serenos aún en medio de las dificultades. Tarde o temprano llegará el cambio o la enseñanza. Esta es una de las frases de esperanza más interesantes.

7. Por muy mala que parezca la vida, siempre hay algo que puedes hacer y lograr. Donde hay vida hay esperanza. (Stephen Hawking)

Stephen Hawking nos legó también numerosas lecciones de crecimiento personal. En toda dificultad siempre habrá algo que podamos hacer, porque la esperanza también es acción.

8. Frases de esperanza: vivo en la posibilidad. (Emily Dickinson)

Vivir en la posibilidad siempre es mejor que existir desde el miedo o desde esa mente que ya no ve soluciones a sus problemas o ventanas a sus angustias.

 9. Es mejor esperar que desesperar. (Johann Wolfgang von Goethe)

Entre las frases de esperanza no podía faltar esta tan clásica de Goethe. Recordemos, la desesperación no nos lleva a ningún lado.

10. Que sus elecciones reflejen sus esperanzas, no sus miedos. (Nelson Mandela)

Toda elección, toda decisión y paso que demos en la vida debe estar guiado por la esperanza.

11. Siempre habrá algo bueno en este mundo por lo que valga la pena luchar. (JRR Tolkien)

Tolkien también nos regaló grandes frases de esperanza: en esta vida siempre hay algo por lo que valga la pena existir, luchar, esforzarnos… Es ese algo que nos confiere ilusión y trascendencia.

12. No pienso en toda la miseria, sino en la belleza que aún permanece. (Ana Frank)

Esa es la clave, aún en medio de la fatalidad es necesario situar la mirada en la luz que entra por grieta.

13. La esperanza es el océano para el río, el sol para los árboles y el cielo para nosotros. (Plutarco)

Pocas definiciones sobre la esperanza son más bellas que la que nos ofreció el historiador Plutarco.

14. Si quieres construir un barco, no juntes a las personas para recolectar madera y no les asignes tareas ni trabajo. Enséñales primero a anhelar la inmensidad infinita del mar. (Antoine de Saint-Exupéry)

Ninguna tarea tendrá sentido si la persona no conoce primero la ilusión, la esperanza, el deseo…

14. Encuentro esperanza en los días más oscuros y me concentro en los más brillantes. Yo no juzgo al universo. (Dalai Lama)

El Universo nos trae días de luz y días de oscuridad. Lo decisivo es seguir avanzando en cualquier circunstancia, ya sea feliz o complicada.

15. Estoy preparado para lo peor, pero espero lo mejor. (Benjamín Disraeli)

Nada nos hace más sabios y válidos como estar listos para lo mejor y lo peor. Porque la vida en ocasiones es amable con nosotros y al instante, nos quita todo lo que dábamos por seguro. Sin duda, una de las frases de esperanza para no olvidar.

16. La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce. (Aristóteles)

Aristóteles nos recuerda que esperar es complicado para todos, pero quien es paciente siempre ve resultados.

17. Nuestra mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos. (Confucio)

Entre las frases de esperanza, esta de Confucio es una de las más destacadas. No importa cuántas veces nos caigamos, lo más decisivo es levantarnos siempre.

18. Mantén tu rostro al sol y nunca verás las sombras. (Helen Keller)

Caminemos siempre por el lado luminoso de la vida.

19. Frases de esperanza. Enfrentarás muchas derrotas en tu vida, pero nunca te dejes vencer. (Maya Angelou)

Dejarnos vencer sin luchar, permitirnos caer sin antes haberlo dado todo, no es bueno ni recomendable. Evitemos arrepentimientos y cultivemos la esperanza.

20. Vivir sin esperanza es dejar de vivir. (Fyodor Dostoyevsky)

La ausencia de esperanza es miedo, es rendición.

21. Cuando estés al final de la cuerda, haz un nudo y agárrate (Theodore Roosevelt)

El presidente Roosevelt y su esposa nos dieron un gran número de reflexiones que siempre vale la pena recordar. Esta en concreto es inolvidable.

22. El pesimista ve dificultades en cada oportunidad. El optimista ve la oportunidad en cada dificultad. (Winston Churchill)

Una regla de tres que nunca falla. Aprendamos a ver esperanzas donde otros ven puertas cerradas.

23. Un líder es un distribuidor de esperanza. (Napoleón Bonaparte)

Nadie como Bonaparte para definirnos qué es realmente un líder: un gestor de esperanzas, un dador de ilusiones, un dinamizador de posibilidades…

24. La esperanza brota eterna en el corazón humano. (Alexander Pope)

La esperanza nunca debería dejar de germinar en nuestro interior.

25. Si usted está pasando por un infierno, siga adelante. (Winston Churchill)

Si estamos ahora mismo pasando por una época de dificultades, sigamos avanzando, continuemos… Tarde o temprano saldremos del túnel.

26. Por muy larga que sea la noche, amanecerá. (Proverbio africano)

Esta idea se relaciona directamente con la frase anterior propuesta por Churchill. La esperanza nos obliga a ser pacientes porque, tarde o temprano, veremos salir la luz del sol.

27. No podrás ir en busca de nuevos horizontes hasta que te atrevas a perder de vista la orilla. (William Faulkner)

Mantener la esperanza nos obliga a también a ser valientes, a actuar a pesar del miedo y la incertidumbre para conquistar aquello que deseamos.

28. Si creemos que mañana será mejor, hoy podemos soportar las dificultades. (Thich Nhat Hanh)

Thich Nhat Hanh también nos ha regalado algunas frases de esperanza. Siempre y cuando mantengamos en mente nuestros propósitos y confiemos en nuestras capacidades, lograremos hacer frente a toda dificultad.

29. Una mente fuerte siempre espera y tiene motivos para tener esperanza. (Thomas Carlyle)

Esperar, confiar, ser pacientes… Esas son las raíces que hacen florecer la esperanza en nuestro corazón.

30. Lo que nos parecen pruebas amargas, a menudo son bendiciones disfrazadas. (Oscar Wilde)

A veces, los giros del destino nos conducen hasta escenarios más afortunados.

31. No eches a perder lo que tienes deseando lo que no tienes; recuerda que lo que ahora tienes estuvo una vez entre las cosas que solo esperabas. (Epicuro)

Esperanza es también saber apreciar lo que nos llega.

32- El mejor puente entre la desesperación y la esperanza es una buena noche de sueño. (E. Joseph Cossman)

Entre las frases de esperanza esta es sin duda una de las más originales a la vez que ciertas. Las cosas se ven mucho mejor después de un buen sueño.

33. El que tiene salud tiene esperanza, y el que tiene esperanza lo tiene todo. (Proverbio indio)

Nada es tan importante en esta vida como que nosotros y los nuestros gocen de buena salud.

35. La mera existencia de las bibliotecas proporciona la mejor evidencia de que todavía podemos tener esperanzas para el futuro del ser humano. (T.S. Eliot)

Otra de las frases de esperanza para no olvidar: la cultura siempre será nuestro faro de aliento, nuestra llave para el progreso.

35. Desear era tener que esperar. (Jane Austen)

El que algo quiere no tiene más opción que ser paciente y trabajar cada día en ello.

36. No hay esperanza que no se mezcle con pequeñas dosis de miedo. (Baruch Spinoza)

Una de las frases de esperanza que nos pone en alerta. La esperanza es el reverso del miedo, pero aún así siempre hay pequeñas pinceladas de temor impresas en ella. Porque nuestra mente, se esfuerza en pensar lo mejor, aunque la incertidumbre siempre pesa.

37. Todo lo que se hace en este mundo se hace con esperanza. (Martin Lutero)

Toda acción lleva impresa un propósito, un fin y un sentido de esperanza.

38. Si no fuera por las esperanzas, el corazón se rompería. (Thomas Fuller)

¿Qué sería de nosotros sin el bombeo constante de las ilusiones y las esperanzas?

39. Eso era todo lo que una persona necesitaba: esperanza. Fue la falta de esperanza lo que lo abatió. (Charles Bukowski)

Sin esperanza no somos nada, el mundo se desvanece y perdemos el rumbo.

40. Donde no hay esperanza, nos corresponde a nosotros inventarla. (Albert Camus)

Albert Camus también nos dejo algunas frases de esperanza para reflexionar. Es tarea nuestra alimentar los sueños y encender el motor de la esperanza.

41. La esperanza es una cosa con plumas que se posa en el alma y canta un melodía sin las palabras que nunca se detiene… (Emily Dickinson)

Entre las frases de esperanza más hermosas no puede faltar este verso de Emily Dickinson definiendo qué era para ella la esperanza.

42. Sonríe, la vida te susurra que la felicidad está al llegar. (Alfred Tennyson)

Levanta la mirada y observa a tu alrededor, hay mil razones para volver a sonreír.

43. La esperanza se cultiva aún en días tristes. (GK Chesterton)

Es cuestión de enfoque y de resistencia mental: hay que mantener la esperanza en cualquier escenario.

44. La esperanza es un verbo con las mangas de la camisa arremangadas. (David Orr)

Entre las frases de esperanza más originales no puede faltar esta donde se nos recuerda que acción y esperanza van de la mano. Los cambios positivos nos llegan mientras trabajamos por nuestros sueños.

45. Recuerde, la esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor de las cosas, y nada bueno muere… (Stephen King)

El maestro del terror, Stephen King, nos da un consejo valioso. Lo que es positivo no se desvanece y por ello la esperanza es una dimensión eterna.

46. Lo que necesitas es reconocer las posibilidades y desafíos que ofrece el momento presente y abrazarlos con valentía, fe y esperanza. (Thomas Merton)

Las mejores oportunidades residen en el momento presente, en eso coinciden muchas de las mejores frases de esperanza.

47. La esperanza es un buen desayuno, pero es una mala cena. (Francis Bacon)

No le faltaba razón a Sir Frances Bacon. De algún modo, cuando llega el final del día siempre nos cuesta más mantener en pie las ilusiones y esperanzas.

48. Siempre es bueno saber que has hecho lo máximo que pudiste. Pero nunca dejes de alentar la esperanza. (Charles Dickens)

¿Quién no recuerda el libro de Dickens Grandes Esperanzas? La historia del huérfano Pip es un gran ejemplo sobre esta dimensión.

49. Camina con la esperanza en tu corazón y nunca estarás solo. (Shah Rukh Khan)

Cuando hay esperanza en tu interior no te faltan los propósitos ni la compañía.

50. La esperanza en sí misma es como una estrella – no se ve en el sol, pero sí en la noche de la adversidad. (Charles Haddon Spurgeon)

Una gran verdad, solo nos acordamos de la esperanza en días de dificultad.

51. La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que todo lo han perdido la poseen aún. (Tales de Mileto)

Otra de las frases de esperanza más interesante. Cuanto menos tenemos es cuando más necesitamos cultivar la esperanza.

52. Un barco no debería navegar con una sola ancla, así como una vida no debería vivirse con una sola esperanza. (Epitecto)

La vida sin esperanza no tiene rumbo ni sentido.

53. El retirarse no es huir ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza. (Miguel de Cervantes)

Saber cuándo actuar y cuándo rendirnos es la esencia de la sabiduría.

54. Los deseos en nuestra vida forman eslabones y esos eslabones hacen una larga cadena llamada esperanza. (Séneca)

Mantengamos una gran cadena a nuestro alrededor elaborada a base de muchos eslabones relucientes de esperanza.

55. Tener esperanza significa estar listo en todo momento para lo que todavía no ha sucedido. (Erich Fromm)

Erich Fromm nos dejó una de las frases de esperanza más bellas sobre las que reflexionar.

56. Cualquier cosa pequeña puede dar esperanza, igual que una vela en la oscuridad. (Christian Mostert)

A veces, basta con recordar a una persona, con clarificar un propósito o con recordar un sueño de infancia…

57. El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta. (Federico García Lorca)

Pocas cosas nos dejan con menos fuerzas que cuando perdemos la ilusión y la esperanza.

58. La mejor manera de sentir esperanza es levantarse y hacer algo. No esperes a que las cosas buenas lleguen de la nada. (Barak Obama)

Una gran reflexión de Barak Obama.

59. Espera, que solo el que espera vive. (Unamuno)

La esperanza es espera, así que aprendamos a ser pacientes.

60. No debemos estar nunca desesperanzados, ya que nunca llegaremos a estar irreparablemente rotos. (John Green)

Mientras haya esperanza nunca nos sentiremos abatidos o indefensos.

61. Si no hay esperanza en el futuro, no hay poder en el presente. (John Maxwell)

Si dejamos de creer en el mañana y en lo bueno que nos va a traer, el aquí y ahora no tiene sentido.

62. Nunca pierdas la esperanza. Las tormentas fortalecen a las personas y nunca duran para siempre. (Roy T. Bennett)

Ninguna adversidad es eterna mientras cultivamos la ilusión, la positividad y la esperanza.

63. Aprender de ayer, vivir hoy, mantener la esperanza para mañana. (Albert Einstein)

Ese ciclo no debería terminarse nunca. Aprender de lo vivido, apreciar el presente y alimentar la esperanza… ¿puede haber algo mejor?

64. El futuro se compone de esperanza. (Isaac Marion)

Otra de las frases de esperanza que incide en la misma idea: el futuro está hecho de esperanzas.

65. La fe es la primera cosa que deberías guardar en el cofre de tu esperanza diaria. (Sarah Ban Breathnach)

Fe, esperanza, anhelo, confianza… Todas estas dimensiones son una misma cosa.

66. El ayer es un sueño y el mañana una ilusión. Si vives bien el hoy harás del ayer un recuerdo feliz y del mañana una visión de esperanza. (Kālidāsa)

Otra de las frases de esperanza para no olvidar: confiemos en el futuro, es nuestra esperanza.

67. Cada momento tiene sus placeres y también su esperanza. (Jane Austen)

Eso es al fin y al cabo la felicidad, disfrutar y mantener en nuestro interior relucientes ilusiones.

68. La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia. (John Ruskin)

El impaciente se precipita, la persona impulsiva no siempre será una buena arquitecta de la esperanza.

69. Esperanza no es lo mismo que optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte. (Václav Havel)

Esta es una de las frases de esperanza más acertadas y valiosas. Tengámoslo claro, esperanza no es dar por sentado que todo va a ir bien, sino entender que pase lo que pase, podremos afrontarlo y aceptarlo.

70. La esperanza es como el sol, arroja todas las sombras detrás de nosotros. (Samuel Smiles)

Mantengamos la vista al frente, vayamos siempre por el sendero de la luz y la esperanza.

71. Si no fuera por la esperanza, el corazón se rompería. (Proverbio Griego)

Sin la esperanza andaríamos vacíos y con el corazón roto.

72. La esperanza es poder ver que hay luz a pesar de toda la oscuridad. (Desmond Tutu)

La vida es un juego de luces y sombras donde siempre debe quedar un espacio intermedio para la esperanza.

73. Lo que el oxígeno es para los pulmones, tal es la esperanza para el sentido de la vida. (Emil Brunne)

La esperanza nos hace latir, nos activa y es el motor que nos ayuda a avanzar.

74. La esperanza es como un camino en el campo. Nunca hubo un camino, pero cuando mucha gente camina por él, el camino cobra existencia. (Lin Yutang)

Tengámoslo claro, la esperanza es un trabajo cotidiano que requiere dinamismo, esfuerzo y voluntad.

75. De todos los males que uno padece, la esperanza es una cura universal y barata. (Abraham Cowley)

Dispensémosla en grandes cantidades. Nunca hay suficiente esperanza en el mundo.

76. La esperanza es tenaz. Sigue viviendo y trabajando cuando la ciencia le ha dado lo que debería ser su golpe mortal. (Paul Laurence Dunbar)

Entre las frases de esperanza más originales está esta del poeta y dramaturgo Paul Laurence Dunbar. Nunca demos por vencida a esta dimensión.

77. La esperanza es eterna. (Alexander Pope)

Mientras creamos en ella, nunca se desvanecerá. Una de las frases de esperanza para grabárnosla a fuego en nuestra mente.

78. Deje que sus esperanzas, no sus heridas, den forma a su futuro. (Robert H. Schuller)

Dejemos a un lado el dolor del ayer, importa solo el mañana y lo que está por llegar.

79. Niéguese siempre a perder el ánimo y la esperanza. (Mahatma Gandhi)

Tengamos presente esta frase de Gandhi, que nada ni nadie nos arrebate este bien tan preciado.

80. Mientras respiro, espero. (Proverbio latino)

Respirar es vivir y toda vida es esperanza.

81. Puedes cortar todas las flores, pero no puedes evitar que llegue la primavera. (Pablo Neruda)

Pase lo que pase, la vida siempre avanza y al final, llega el buen tiempo, la calma y la esperanza.

82. La esperanza y el miedo no pueden ocupar el mismo espacio. Invite a uno a quedarse y al otro a marcharse. (Maya Angelou)

Concluimos nuestro listado de frases de esperanza con una bella e importante reflexión de Maya Angelou. La esperanza no es buena compañera del miedo, así que invitemos a este último a que se vaya, a que se quede un lado mientras seguimos trabajando en nuestros sueños.

viernes, 20 de agosto de 2021

Test que evalúan la creatividad

La creatividad es una habilidad a la que todos recurrimos. Se puede medir y también entrenar a través de test o pruebas sencillas. ¡Descúbrelas!

La creatividad es una habilidad que todos, en gran o menor medida, poseemos. Se puede entrenar y su manifestación comprende más allá de los usos asociados a ella. La creatividad no solo está en la pintura, la música o el resto de las artes. Nos acompaña en nuestro día a día para ponerla en práctica; desde las tareas cotidianas más simples hasta las más complejas.

Cómo solucionar problemas o situaciones que nos sobrevienen depende, en gran medida, de cuán creativos seamos. En psicología existen diferentes formas de entrenar y medir la creatividad. Para ello, existen diferentes test o pruebas que la evalúan. A continuación, describimos 4 pruebas que evalúan la creatividad.

1) Test de los usos alternativos

El psicólogo estadounidense J.P.Guildford, en 1967, desarrolló el test de los usos alternativos. Guildford llevó su campo de estudio al desarrollo de la inteligencia y la creatividad.

Esta prueba consiste en mencionar durante 2 minutos un uso diferente al asociado a un objeto específico. Por ejemplo, un uso diferente al que se le puede dar a un lápiz. La idea es que las personas más creativas son capaces de apreciar la realidad desde más puntos de vista.

Por tanto, a mayor número de usos que concebimos sobre un objeto, mayor será el nivel de creatividad. Sin embargo, esta prueba no mide la creatividad solamente en función de estos usos, sino también evalúa el pensamiento divergente.

El pensamiento divergente es el proceso cognitivo que realiza el cerebro con el fin de generar ideas creativas al analizar y explorar muchas soluciones al respecto. Es un tipo de pensamiento que nos permite elaborar diferentes respuestas válidas a un problema determinado.

Este test evalúa el pensamiento divergente a través de 4 categorías: la fluidez, la originalidad, la elaboración y la flexibilidad. Las respuestas dadas en esta prueba se evalúan por tal clasificación:

  • Fluidez: se evalúa a través del número de respuestas dadas, es decir, la suma total de los usos otorgados en el periodo de dos minutos.
  • Originalidad: evalúa el uso poco frecuente y novedoso de las respuestas dadas. Cuanto más inusual y poco frecuente sea el uso elaborado, mayor originalidad tendrá la respuesta, y por tanto, mayor creatividad.
  • Elaboración: esta clasificación viene dada por la cantidad de detalles y lo elaborada que esté la respuesta. A mayor elaboración, mayor creatividad.
  • Flexibilidad: esta característica evalúa las áreas que abarcan las respuestas. Por ejemplo, responder que un lápiz sirve para escribir o colorear comprende un área, decir que también sirve para recoger el pelo corresponde a otra.

2) Test de la figura incompleta

El psicólogo Ellis Paul Torrance, en los años 60, creó varios test para medir la creatividad y el más conocido es el Test de la Figura incompleta. El objetivo de este test es completar un dibujo, en un papel, a partir de una imagen determinada. El tiempo máximo es de 5 minutos y durante ese tiempo se pueden trazar diferentes formas y perspectivas. En este test se evalúan dos categorías:

  • Elaboración: evalúa la cantidad de detalles y cómo de elaborado está el dibujo. A mayor cantidad de detalles, mayor elaboración, y por tanto, mayor creatividad.
  • Originalidad: la originalidad viene determinada por la frecuencia de los usos. Un uso poco frecuente y novedoso de la imagen perfilada, es un signo de mayor creatividad.

3) Adivinanza

Se trata de responder a una adivinanza o acertijo en el menor tiempo posible, de forma acertada. Cuanto antes se otorgue la respuesta correcta mayor será el nivel de creatividad.

En este caso, al contrario que en el test de los Usos Alternativos, solo hay una respuesta válida. Si este test mide el pensamiento divergente, las adivinanzas evalúan el pensamiento convergente.

Guilford definió pensamiento convergente como “aquella habilidad de dar la respuesta correcta a una pregunta ordenando de manera lógica la información disponible”.

Los psicólogos también emplean las adivinanzas para medir el potencial de resolución de problemas o el pensamiento convergente.

4) Asociaciones remotas

Esta prueba consiste en fomentar las relaciones entre diferentes palabras o conceptos. Así, se exponen tres palabras, a las que hay que buscar una cuarta que las relacionen. Mediante esta prueba se evalúa la creatividad, pero también la capacidad de establecer relaciones

El test de asociaciones remotas de Mednick está compuesto por 30 ítems y durante 30 minutos se responden las preguntas, para posteriormente puntuar las respuestas correctas.

La base teórica en la que se fundamenta es que cuánto menos frecuente sean las relaciones establecidas, mayor es el nivel de creatividad. Todas estas pruebas, aunque no son una ciencia exacta, son muy útiles para medir la creatividad. Además, tienen la ventaja algunas de poder ser autoaplicables  y por tanto ofrecen la oportunidad de autoexaminarnos. De esta manera, también podemos entrenar la creatividad.

La sencillez de estas pruebas permiten ser accesibles y, por tanto, se pueden emplear en cualquier área que se necesite evaluar la creatividad. Ejemplo de ello es que estas pruebas son empleadas en diversas áreas de la psicología, desde la evaluación psicológica en psicoterapia a la selección de personal en recursos humanos, con la finalidad de conocer la creatividad de las personas.

jueves, 19 de agosto de 2021

El mito de Thor, dios del trueno

El mito de Thor tiene origen nórdico, pero es conocido en el mundo entero. Como en otras mitologías, este dios representa al guerrero valeroso y justo que protege a su pueblo. Más que de fuerza, va armado de magia.

El mito de Thor es uno de los más antiguos del mundo y también uno de los más famosos de la cultura nórdica. Tan profunda fue la incidencia de este mito que sobrevivió a la cristianización de los países escandinavos. De hecho, en pleno siglo XXI cuenta con creyentes que lo ven como una figura sagrada en el llamado “neopaganismo”.

Uno de los aspectos más llamativos del mito de Thor es que este dios tenía influencia sobre muchos ámbitos distintos a la vez. Aunque destacaba por su faceta de guerrero temerario y belicoso, lo cierto es que también estaban consagrados a él aspectos tan disímiles como la protección, el clima, la justicia, las lidias y los viajes.

Así mismo, el mito de Thor describe a este personaje como un dios sabio y reflexivo, muy hábil en los juegos mentales. De otro lado, se le asociaba a la fertilidad, ya que era el dios del rayo, traedor de lluvia e indispensable para que las cosechas florecieran y el vino madurara. Como era habitual entre los dioses, Thor también tenía poderes mágicos.

El origen del mito de Thor

El mito de Thor dice que este personaje era hijo de Odín, dios supremo de los nórdicos. Su madre era la diosa Jöro, la personificación de la Tierra. El padre, también llamado Wotan, era un ser complejo y ambivalente. Se le asociaba con la poesía y la inspiración, pero al mismo tiempo con la furia y la locura.

Thor, en cambio, era una figura más consistente. Quizás por ello, a pesar de no ser el dios supremo, su culto estuvo más extendido que el de Odín. Este último tuvo tres hijos: Vali, Balder y Tho, el más destacado de todos ellos. En su conjunto, los dioses habían sido creados a partir de los árboles de olmo y fresno.

A diferencia de otras mitologías, en la nórdica y germana los dioses eran mortales y estaban dominados por la fuerza del destino, al que se llamaba “Ragnarök”. Este es una gran batalla del fin del universo en la que los dioses deben enfrentarse a los gigantes de hielo, sus eternos rivales. Deben luchar hasta morir y de los sobrevivientes nacerá el nuevo mundo.

Thor, un dios con poderes

El mito de Thor señala que este dios se casó con Sif, diosa de la fidelidad y las cosechas. De ella se cuenta que tenía largos cabellos dorados y que eso desató la envidia de Loki, dios del fraude. Aprovechó que dormía y le cortó las trenzas, pero fue sorprendido por Thor. Loki, asustado, le encargó a unos enanos la confección de un cabello de oro para Sif, el cual crecería como cabello natural.

Thor tuvo dos hijos varones, Modi y Magni, y una hija mujer, Thrudr. El dios del trueno se hizo famoso por su martillo mágico, llamado Mjolnir. Este había sido elaborado por unos enanos que, importunados por un moscardón, cometieron el error de dejarle un mango demasiado corto.

El martillo tenía la propiedad de nunca errar en el blanco y volver siempre a las manos de su dueño. Thor portaba unos guantes de hierro para no ser lastimado por el arma mágica. Así mismo, el martillo podía ser recogido y llevado con disimulo. Disparaba rayos y el mito de Thor señala que era además un símbolo y un amuleto.

Thor viajaba en un carro halado por dos machos cabríos: Rechina dientes y Dientes brillantes. Tenían la particularidad de que el dios podía asarlos y comerlos si tenía hambre. Solo debía dejar intactos sus huesos. Luego, con un solo toque de su martillo mágico, los animales cobraban vida y tomaban su forma original. De este modo, el dios del trueno también era creador de vida.

Un final inesperado

Thor profesaba gran antipatía por los gigantes y los enanos. Uno de estos últimos quiso desposar a su hija. Se llamaba “Alviss”, lo que significaba ‘el que sabe todas las cosas’. El dios del trueno le dijo que le daría a su hija si contestaba todas las preguntas que le hiciera. Alviss aceptó y así pasaron horas y horas, hasta que llegó la luz del sol, y esta lo convirtió en piedra.

El mito de Thor cuenta que el dios también poseía un cinturón que duplicaba su fuerza. Con esos grandes poderes vivió grandes aventuras y se destacó por su valor y fiereza en el combate. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a una serpiente gigante y esto marcó su fin.

La serpiente, engendrada por Loki, viejo enemigo de Thor, lanzó un ataque salvaje contra el dios. Alcanzó a ponerle su veneno. Thor le lanza su martillo y logra matar a la bestia, pero ya era tarde: estaba envenenado. Así murió y pasó a la vez a la eternidad.

miércoles, 18 de agosto de 2021

Las 4 actitudes vitales, según el análisis transaccional

El análisis transaccional plantea que existen cuatro actitudes vitales en los seres humanos. En cada persona predominaría una de ellas, lo que condicionaría cómo se relaciona consigo misma y con los demás.

Las actitudes vitales son un concepto central en el análisis transaccional. Este es un enfoque de psicoterapia derivado de la psicología humanista que surgió en los años 50 del siglo XX. Su creador fue Eric Berne, un médico y psicólogo canadiense, influenciado hasta cierto punto por el psicoanálisis freudiano.

Según el análisis transaccional existen tres estados del yo: Niño, Padre y Adulto. El Niño motivaría la conducta impulsiva y centrada en lo inmediato. El Padre se asocia con los prejuicios, opiniones, normas y leyes que han transmitido los progenitores. El Adulto es el estado de autonomía.

A partir de estas tres instancias surgen las actitudes vitales. Para Eric Berne, las actitudes vitales son una especie de “guiones”, es decir, formas de actuar estereotipadas. Estas son inconscientes y determinan la forma en que una persona se relaciona con el mundo. Tales actitudes son las siguientes.

1. Yo estoy mal-Tú estás bien, la primera de las actitudes vitales

El análisis transaccional plantea que esta es la primera de las actitudes vitales que esgrime un ser humano. En particular, esta actitud se estructuraría durante el primer año de vida y de manera inconsciente. Esta actitud vital surge del estado de indefensión en el que está un niño frente a los adultos que le rodean. Él es quien necesita de ellos porque no puede atender a sus necesidades y además es muy vulnerable. A veces su llamada será atendida y otras veces no.

En la vida adulta se puede mantener esta actitud, a veces porque hubo sobreprotección en esa etapa y más adelante no se avanzó en el desarrollo emocional. Quien mantiene esta postura se torna muy demandante con el mundo. Quiere atención, ayuda, protección. Fomenta una actitud depresiva, de inferioridad y sin confianza en sí mismo.

2. Yo estoy mal-Tú estás mal

En la segunda de las actitudes vitales existe una estructura en la que predomina la idea de un malestar generalizado. Uno está mal, pero los demás también. Muchos definen a esta actitud como nihilista. Se configura en el segundo año de vida, una etapa en la que el niño recibe menos atención y caricias que durante el primer año.

En esa etapa aparecen las reprimendas, pero además la exploración del mundo lleva a que el niño tenga más tropiezos, caídas y experiencias de dolor. Se puede crear la idea de que “todo está mal”. Una infancia dolorosa o trágica hace que esta actitud eche raíces.

Cuando persiste esta actitud en el adulto, predomina la desesperanza, la apatía y la angustia. Hay tendencias autodestructivas y se impone la falta de motivación o de interés para avanzar o solucionar problemas. No están dispuestos a arriesgar o a luchar. Una de sus frases recurrentes es: “todo da igual”.

3. Yo estoy bien-Tú estás mal

Esta actitud vital se configura entre los 2 y 3 años y corresponde a la etapa en la que el niño compensa el dolor que le provocan las reprimendas con caricias que él mismo se hace. Se trata de una postura de autocompensación en la que el otro es relativamente rechazado, despreciado o anulado.

Los niños que sufren una condición de abandono o violencia en esta etapa son más susceptibles de desarrollar esta actitud vital de forma muy intensa. Puede terminar reflejándose en la infancia y en la vida adulta como una postura perseguidora o salvadora. Así pues, los demás están mal y por tanto hay que eliminarlos o rescatarlos.

Esta posición se refleja en la vida adulta como ausencia de autocrítica, convicción de que se tiene siempre la razón y tendencia a culpar a los demás de todo. Genera personas dominantes, dadas a enjuiciar a los demás, pelear o pasar por encima de la gente.

4. Yo estoy bien-Tú estás bien

Esta actitud vital tiene dos caras diferenciadas. La primera es insana y tiene que ver con una posición maniaca: todo está bien, todo es maravilloso, no hay nada malo en mí ni en nadie. Estas personas, por lo general, recibieron demasiada atención durante la infancia. El efecto de esto es la irresponsabilidad y la falta de compromiso. También hay una impulsividad feliz y sin precauciones. Lo usual es que cuando estas personas tienen una experiencia decididamente negativa pasen al extremo opuesto: la posición nihilista.

Por otro lado, esta actitud vital también puede representar al realista. En este caso lo que hay es algo así como: “yo estoy más o menos bien y tú estás más o menos bien”. Corresponde a quienes logran encauzar su desarrollo personal de forma autónoma y se aprecian tanto a sí mismos como a los demás.

En el análisis transaccional, las actitudes vitales determinan la calidad de las relaciones con los demás. Estas, a su vez, influyen de forma decisiva en el sentimiento de bienestar o malestar frente a la vida y en las posibilidades de evolucionar.